Soy Laura Bolea, Licenciada en Periodismo y especializada en gastronomía y periodismo deportivo. Cuando me saqué la carrera sabía que quería ganarme la vida escribiendo pero nunca pensé que terminaría haciéndolo de gastronomía. Todo tiene explicación. Compaginé mis estudios con un trabajo como camarera en el restaurante El Rumba, en Navacerrada. Allí aprendí muchísimo sobre gastronomía y el servicio de sala y por aquel entonces ya empecé a notar que aquello me gustaba más de lo normal, teniendo en cuenta que en un principio mi mayor motivación era ganar dinero.

Al finalizar periodismo me fui a vivir un año a Brighton (UK) para aprender inglés y, tras mi vuelta, cursé un Máster en Periodismo Deportivo (otra de mis grandes pasiones), con intención de buscarme la vida como reportera, cronista o lo que buenamente consiguiera. Para poder financiarlo volví a encontrarme con dicho restaurante aunque, esta vez, con sus fogones. De la mano de Jorge Domínguez descubrí los secretos de un gran cocinero y los ritmos de una cocina profesional, y lo que empezó por gustarme terminó por entusiasmarme, emocionarme.

Mientras yo seguía pensando en escribir crónicas de partidos de fútbol o en participar en algún debate radiofónico puntero -soñar es gratis-, continuaba trabajando en el restaurante con alegría, hasta que un buen día me llamaron del medio de comunicación en el que hice las prácticas años atrás, para ofrecerme un puesto de trabajo en su guía gastronómica de Madrid. Lo acepté encantada y aquella bonita casualidad (o no, a veces creo mucho en el destino) terminó por desencadenar este maravilloso tinglado.

Hoy, cuatro años después, estoy especializada en escribir crónicas, sí, pero de cocina, contándole a todo aquel que quiera escuchar las buenas historias que nos proporciona este jugoso mundo. A comer. La comida está servida.