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Hábitos y alimentos para combatir la depresión posvacacional
  1. Bienestar
EL PODER DE UNA BUENA dieta

Hábitos y alimentos para combatir la depresión posvacacional

El 65% de los españoles padecen los síntomas, entre los que se encuentran el cansancio, el insomnio, problemas para concentrarse o episodios de estrés. ¿Cómo podemos evitarlos?

Foto: Es muy duro. (iStock)
Es muy duro. (iStock)

Las vacaciones de verano son ya cosa del pasado. La calma, la serenidad y el reposo que caracterizan esta época del año ceden ahora el relevo a unos sentimientos totalmente opuestos y que acompañan a un trastorno conocido como depresión posvacacional. Como su propio nombre indica, se trata de un estado emocional en el que el trabajador se enfrenta a un proceso de adaptación complicado entre ese periodo de descanso y la vuelta a la vida activa, plagada de responsabilidades y preocupaciones.

Este síndrome tan presente en la sociedad moderna produce ciertas molestias que afectan directamente al rendimiento de las actividades rutinarias del individuo. Una apatía que además suele ir escoltada por otros síntomas, como problemas en la vista, dolor de cabeza, ansiedad, sudoración, cambios de humor, incremento de las palpitaciones o dolencias cardíacas y respiratorias, entre otros. Bajo esta premisa, ¿qué papel juega la alimentación a la hora de combatir la depresión posvacacional?

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Hábitos de vida saludables

¿Sabías que el 65% de la población española padece este trastorno emocional? Los datos de diversos estudios en la materia no dejan lugar a dudas, los síntomas antes expuestos son un elemento más de la vuelta al trabajo para más de la mitad de los empleados. Un bache en el camino que solo ellos pueden superar a base de esfuerzo y constancia. “El regreso a la rutina del trabajo después de las vacaciones de verano obliga a retomar el equilibrio y planificar tanto la alimentación como el ejercicio físico. Es, sin duda, la mejor manera de combatir el síndrome posvacacional”, advierten desde la Farmacia Santamaría.

Siguiendo sus consejos, resulta fundamental iniciar unos hábitos saludables y ajenos a los excesos del verano algunos días antes de comenzar de nuevo la rutina diaria. Esto implica evitar comer y cenar fuera de casa, tomarse una copa todas las noches o dormir hasta altas horas de la mañana. En cuanto al deporte, debe retomarse de manera progresiva, comenzar el entrenamiento con estiramientos o ejercicios de calentamiento y dar prioridad a las actividades aeróbicas.

Lo fundamental en cualquier dieta es que contenga vegetales, fruta, aceite de oliva y frutos secos

En cuanto a la alimentación, hay que combinar una buena hidratación con una dieta a base de productos frescos y libre de procesados. Además, se recomienda encarecidamente planificar el menú de la semana con antelación para evitar posibles tentaciones. “Lo fundamental en cualquier dieta es que contenga hidratos de carbono, proteínas, vegetales y fruta. No abuses de las proteínas animales y procura comer más legumbres, cereales, pescado, fruta y verdura. Tampoco puede faltar el aceite de oliva virgen y frutos secos que aportan calorías”, añaden desde la Farmacia Santamaría.

Una selección donde también son de gran importancia las vitaminas del grupo B y ciertos oligoelementos como el magnesio o el zinc para asegurar un bienestar tanto físico como mental. Sin olvidar la regulación de la glucemia, para evitar altibajos de glucosa en sangre, y “una buena nutrición de los órganos depurativos con el fin de eliminar desechos y toxinas, que es la base troncal hacia un mejor estado anímico y de bienestar”, asegura la dietista-nutricionista Maite Zudaire en el blog 'Consumer'. Conociendo todas estas pautas, ¿qué alimentos concretos debemos incluir en nuestra dieta posvacacional?

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Alimentos contra la depresión posvacacional

  • Pescado azul. Como ya hemos visto en más de una ocasión, el pescado azul posee grandes cantidades de triptófano, conocido también como el aminoácido del bienestar y la felicidad. Sin olvidar los ácidos grasos omega 3, que ayudan a aumentar los niveles de serotonina en el organismo, una sustancia neurotransmisora que también influye notablemente en el equilibrio de nuestro estado de ánimo. El atún, la sardina, el salmón o los boquerones son las opciones más recomendadas.
  • Avena. El desayuno predilecto para muchos comensales es rico en fibra y proteínas vegetales de absorción lenta. Esto estabiliza los niveles de glucosa en sangre y aporta al individuo la energía necesaria para afrontar la jornada laboral y evitar los bajones emocionales. Acompáñala con algo de fruta y yogur para empezar bien el día.
  • Pavo. Este alimento, que incluye proteínas de alto valor biológico y una gran cantidad de agua en su composición, también es portador de un aminoácido conocido como glutamina. Este “tiene la particularidad de ser fuente de energía para el cerebro y un elemento esencial en la metabolización de diversos neurotransmisores, moléculas que transmiten información entre una neurona y otra”, explica Zudaire.
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  • Chocolate. El ingrediente antidepresivo por excelencia. Siempre que su consumo no resulte excesivo, el chocolate negro es capaz de aumentar los niveles de serotonina y endorfinas de nuestro organismo, que afecta sobremanera a la felicidad y bienestar del individuo. Eso sí, debe ser superior al 70% de cacao puro.
  • Kéfir. ¿Sabías que una flora intestinal irregular contribuye a tener más riesgo de sufrir episodios de ansiedad o depresión? El kéfir es un producto lácteo con probióticos que aportan bacterias beneficiosas que equilibran la flora intestinal, evitando así dicho problema.
  • Verduras de hoja verde. Los canónigos, la rúcula, las espinacas o los berros tienen el poder de armonizar la función hepática que, cuando está saturada por los excesos del verano, reduce la capacidad depurativa y afecta en el modo de estar, sentirse y comportarse del individuo. Para estimular esta función, también son de gran ayuda las verduras pequeñas y aquellas con un sabor amargo como la escarola, el apio o las coles.

Las vacaciones de verano son ya cosa del pasado. La calma, la serenidad y el reposo que caracterizan esta época del año ceden ahora el relevo a unos sentimientos totalmente opuestos y que acompañan a un trastorno conocido como depresión posvacacional. Como su propio nombre indica, se trata de un estado emocional en el que el trabajador se enfrenta a un proceso de adaptación complicado entre ese periodo de descanso y la vuelta a la vida activa, plagada de responsabilidades y preocupaciones.

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