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Los alimentos que protegen tu sistema digestivo de los antibióticos
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Los alimentos que protegen tu sistema digestivo de los antibióticos

Estos medicamentos sirven para eliminar las bacterias que están causando una infección. Sin embargo, su consumo también puede tener ciertos efectos secundarios sobre nuestro organismo

Foto: Estos medicamentos matan los bichos malos... y los buenos. (iStock)
Estos medicamentos matan los bichos malos... y los buenos. (iStock)

Los antibióticos son un tipo de medicamento que se utiliza para tratar las infecciones causadas por bacterias, siendo su propósito principal eliminarlas y evitar su propagación. Es imposible negar su importancia a la hora de mejorar el estado de salud de los pacientes. Sin embargo, su consumo también tiene un fuerte impacto en el organismo que puede provocar, entre otras cosas, la eliminación de las bacterias saludables, un cambio en la composición de la microbiota intestinal, diarrea ocasional, cansancio, problemas en la piel e incluso un aumento de peso u obesidad.

Afortunadamente, numerosos estudios en la materia han demostrado que tomar probióticos o bacterias saludables vivas puede reducir el riesgo de padecer dichos síntomas. “Sin embargo, dado que los probióticos suelen ser bacterias, también pueden ser eliminados por los antibióticos si se toman en conjunto. Por lo tanto, es importante tomar antibióticos y probióticos con unas pocas horas de diferencia”, explican desde el portal Nutrición sin Más. Por este motivo, resulta fundamental seguir una dieta concreta durante y después del tratamiento. ¿Qué alimentos ayudan a proteger el aparato digestivo?

Alimentos probióticos

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Foto: iStock.

Como hemos visto anteriormente, este tipo de alimentos contienen microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino la cantidad de tiempo suficiente como para restablecer las funciones básicas de la microbiota intestinal del individuo. Los antibióticos suelen destruir también estas bacterias saludables, por lo que se recomienda su consumo una vez concluido el tratamiento. Cuanta más variedad de probióticos incluyamos en nuestra dieta, mayor será la eficacia para mantener a raya las bacterias responsables de la infección. ¿Qué alimentos forman parte de este grupo?

Dado que los probióticos suelen ser bacterias, también pueden ser eliminados por los antibióticos

  • Yogur. Uno de los ingredientes predilectos durante el proceso de recuperación es el yogur natural, sin azúcar ni edulcorantes añadidos. Además, los expertos recomiendan escoger aquellos que estén elaborados con leche de cabra u oveja, ya que la de vaca es más inmunoestimuladora que el resto.
  • Kéfir. El alimento de moda también es muy beneficioso contra las bacterias. “Su contenido en probióticos es algo mayor que el de un yogur, pero en cambio la diversidad de microorganismos que aportan es muchísimo mayor”, explica la marca de refrescos probióticos y ecológicos Prokey. Al ser líquido, el kéfir también favorece la digestión y reduce su impacto sobre el aparato digestivo.
  • Encurtidos. Las aceitunas, los pepinillos y demás encurtidos aumentan la biodiversidad intestinal e incluyen levaduras y bacterias lácteas de increíble valor nutricional. Eso sí, hay que tener mucho cuidado con su aporte de sal y estar seguros de que el proceso de elaboración es totalmente artesanal.
  • Kombucha. Esta bebida fermentada procedente del este de Europa es conocida en todo el mundo por dos de sus propiedades más destacadas. En primer lugar, mejora la digestión y además limpia en profundidad la sangre y el hígado.

Alimentos prebióticos

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En este caso, se trata de una forma de fibra soluble que ayuda a las bacterias saludables a prosperar dentro del aparato digestivo. Y no solo eso, también estimulan selectivamente su crecimiento, de ahí la importancia de introducirlas también en nuestra dieta diaria. A pesar de que forman parte de la composición esencial de muchos alimentos, la industria recurre a los prebióticos para fabricar galletas, mermeladas, chocolate o productos lácteos, entre otros.

Sin embargo, los ingredientes naturales realmente aconsejables son aquellos que presentan una mayor proporción de inulina en su composición; es decir, un tipo de carbohidrato que no es digerible y llega intacto al intestino grueso para nutrir a los probióticos, que cumplirán la tarea de equilibrar y nutrir la flora intestinal. Dentro de este grupo encontramos el ajo, las alcachofas, los espárragos, la cebolla, los puerros, el diente de león o las bananas.

Otros alimentos recomendados

Aunque la base alimenticia del tratamiento esté asegurada con los probióticos y los prebióticos, existen otros muchos productos que favorecen su función durante el proceso. Un ejemplo son los alimentos ricos en glutamina, capaz de reparar el revestimiento epitelial del intestino, tal y como han demostrado infinidad de estudios. Un plato que incorpora este aminoácido a nuestra dieta es la tradicional sopa de pollo, muy agradable en momentos en los que la salud no nos acompaña. Los frutos secos, las espinacas, el perejil, los lácteos o la carne también poseen una gran cantidad de glutamina.

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Comer alimentos con alto contenido de fibra es igual de beneficioso. “La fibra no puede ser digerida por el cuerpo, pero puede ser digerida por las bacterias intestinales saludables, lo que ayuda a estimular el crecimiento de dichas bacterias”, aseguran desde el portal Nutrición sin Más. En este grupo encontramos los granos integrales, las semillas, las lentejas, el brócoli o las nueces. Sin embargo, los expertos recomiendan consumirlos al terminar el tratamiento, pues la fibra dietética puede disminuir la velocidad en la que se vacía el estómago y se absorben los medicamentos.

Los antibióticos son un tipo de medicamento que se utiliza para tratar las infecciones causadas por bacterias, siendo su propósito principal eliminarlas y evitar su propagación. Es imposible negar su importancia a la hora de mejorar el estado de salud de los pacientes. Sin embargo, su consumo también tiene un fuerte impacto en el organismo que puede provocar, entre otras cosas, la eliminación de las bacterias saludables, un cambio en la composición de la microbiota intestinal, diarrea ocasional, cansancio, problemas en la piel e incluso un aumento de peso u obesidad.

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