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Los mejores y los peores aperitivos
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Los mejores y los peores aperitivos

Algunos contienen en su composición ingredientes que crean un deseo irrefrenable de seguir comiéndolos. Sin embargo, otros alimentan y aportan beneficios

Foto: Snacks y salsas.
Snacks y salsas.

Es un hecho. Abrimos una bolsa de patatas y no podemos parar hasta que la terminamos, o comenzamos una caja de bombones y cogemos uno, después otro y otro, hasta que finalmente la acabamos. No obstante, determinados tipos de alimentos, como los snacks, las palomitas, el chocolate o la bollería industrial, contienen en su composición propiedades e ingredientes que crean adicción, proporcionándonos unas ganas irrefrenables de seguir comiéndolos. La razón es que activan el centro de placer de nuestro cerebro y los mecanismos de recompensa, lo que conlleva el incremento de las ganas de seguir comiendo para sentirnos saciados. Incluso si los consumimos con frecuencia, generan tolerancia. Es decir, necesitamos comer más cantidad para alcanzar la sensación de complacencia.

Algunas veces, ingerimos aperitivos 'basura' sin ganas, impulsados por el tedio, el aburrimiento o la desocupación. En otras ocasiones, los elegimos como tentempié para calmar el gusanillo a media mañana o a la hora de la merienda, pues son rápidos y además están muy ricos. Sin embargo, estos alimentos a menudo son auténticos pecados calóricos, rebosantes de sal y azúcar, y con cualidades nutricionales que pasan totalmente inadvertidas para nuestra salud.

Asimismo, la sección de aperitivos del supermercado nos lo pone difícil, pues muestra un elenco de opciones muy amplio y llamativo que imposibilita pasar de largo y que constituye una invitación constante a caer en la tentación. Claro que, dentro del extenso universo de los aperitivos, hay diferencias con respecto a su valor nutricional. ¿Cuáles son los que más enganchan? ¿Y los más saludables?

Los más adictivos

placeholder Palomitas de maíz.
Palomitas de maíz.
  • Palomitas. Comer palomitas está intrínsecamente ligado al disfrute de una película en el sofá o en el cine. Su sabor suave y textura crujiente, la cual provoca un agradable estallido en el paladar, convierten este aperitivo en un placer muy apetecible. Sin embargo, la OCU advierte que las palomitas de bolsa tienen un gran aporte calórico, el cual se incrementa en las versiones dulces. Además, son generosas en grasas, sal y azúcares, los cuales activan el centro de recompensas de nuestro cerebro y, por lo tanto, generan adicción. Asimismo, las versiones con mantequilla contienen diacetilo, una sustancia que potencia su sabor y que, además, desencadena el deseo de seguir comiéndolas. Que sean saludables depende de cómo se hagan, pues su composición varía en función de su modo de preparación. Lo ideal es hacerlas en casa y al horno.

Activan el centro de placer de nuestro cerebro, aumentando las ganas de seguir comiendo

  • Patatas fritas. Las patatas fritas son el aperitivo estrella, pues tienen un sabor chispeante y una textura crujiente que regalan a nuestro paladar un festín de sensaciones. Sin embargo, las versiones comerciales en bolsa rebosan grasas, contienen cantidades ingentes de sal e incluyen potenciadores de sabor y diferentes aditivos -según la OCU, cada vez más-. Su consumo incrementa los niveles de dopamina, un neurotransmisor que proporciona una sensación placentera instantánea, pero que nunca genera saciedad. La OCU asegura que "el aceite es el que más influye en el sabor y casi siempre es de girasol. Aunque algunos envases se anuncian 'con aceite de oliva', en realidad contienen más de otros tipos de aceites".
  • Gusanitos, Pelotazos, Risketos, Fritos... Estos snacks son generosos en sal, grasas saturadas, hidratos y, por ende, en calorías. Para hacerlos más atractivos al paladar, incluyen potenciadores de sabor y aditivos, los cuales no aportan nada aprovechable nutricionalmente y además generan enganche. Si llevan queso, sus propiedades adictivas se multiplican, induciéndonos a ampliar su consumo.

Los más saludables

placeholder Los encurtidos son un aperitivo saludable.
Los encurtidos son un aperitivo saludable.
  • Frutos secos. Aunque son ricos en grasas y tienen un gran aporte energético, lo cierto es que constituyen una excelente fuente de nutrientes esenciales, proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Por lo tanto, como los frutos secos acarrean multitud de beneficios para nuestra salud, son una excelente opción para incluirlos en el aperitivo. Claro que, según la OCU, "los beneficios para la salud que presentan en su versión natural disminuyen cuando se consumen salados, tostados o fritos, pues los que han sido tostados pierden vitaminas durante el proceso". Así, según este organismo, "lo recomendable es comer los frutos secos que se venden crudos, ya que conservan todos los nutrientes y los beneficios para la salud".
  • Encurtidos. Pepinillos, cebolletas, toreras, quimbos, aceitunas... Los encurtidos constituyen un aperitivo saludable, pues se conservan en agua, sal y vinagre, los cuales permiten aprovechar todas las bondades nutricionales de los vegetales. Incluso el Instituto Macrobiótico de España recomienda su consumo en el marco de una dieta saludable o contra el malestar digestivo, pues son una fuente natural de probióticos, cuya función es la protección de la flora intestinal. Asimismo, estos vegetales fermentados son discretos en calorías, lo que los convierte en idóneos para picar entre horas. Según la OCU, los pepinillos y las cebolletas son los que menos calorías aportan, con 12 y 30 kcal por cada 100 gramos respectivamente. Por el contrario, las aceitunas negras son más calóricas, pues consumir cien gramos comporta unas 294 kcal. No así las aceitunas verdes, pues aportan 11 kcal cada 100 gramos.

Es un hecho. Abrimos una bolsa de patatas y no podemos parar hasta que la terminamos, o comenzamos una caja de bombones y cogemos uno, después otro y otro, hasta que finalmente la acabamos. No obstante, determinados tipos de alimentos, como los snacks, las palomitas, el chocolate o la bollería industrial, contienen en su composición propiedades e ingredientes que crean adicción, proporcionándonos unas ganas irrefrenables de seguir comiéndolos. La razón es que activan el centro de placer de nuestro cerebro y los mecanismos de recompensa, lo que conlleva el incremento de las ganas de seguir comiendo para sentirnos saciados. Incluso si los consumimos con frecuencia, generan tolerancia. Es decir, necesitamos comer más cantidad para alcanzar la sensación de complacencia.

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