La fibra puede luchar contra las enfermedades pulmonares

Todos los preocupados por la salud hemos estado más que pesados recomendando sin cesar y durante décadas la fibra alimentaria como algo fundamental. Por supuesto, existen buenísimas razones para que hagamos tal cosa. Este 'nutriente' es una serie de hidratos de carbono que nuestro organismo no puede absorber bajo ningún concepto. ¿Tienen calorías? Técnicamente sí, pero nuestro cuerpo no las puede utilizar jamás, con lo que no nos afecta. Ahora, un grupo de científicos australianos ha relacionado el consumo de la fibra con la prevención y mejora de diversas enfermedades pulmonares.

El trabajo fue liderado por el profesor australiano Phil Hansbro, director del Centre for Inflammation, y presentado en la Reunión Científica Anual Australiana y Neozelandesa para Líderes de Salud Pulmonar y Ciencias Respiratorias (TSANZRS 2019, por sus siglas en inglés). Se centró en los efectos de este nutriente sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), un término empleado para englobar determinadas afecciones como el enfisema, la bronquitis crónica y el asma. Esto es de gran relevancia en el mundo desarrollado. Por ejemplo, en el lugar del estudio, Australia, 1 de cada 7 personas mayores de 40 años sufre EPOC. Las principales causas de esta enfermedad son el tabaquismo, las condiciones genéticas y la exposición duradera a contaminación aérea como la de las ciudades. La EPOC, como explican los investigadores, es la tercera causa de muerte en el mundo y los tratamientos que existen son solo parcialmente efectivos.

"El tabaco reduce la producción de ácidos grasos antiinflamatorios. Esto puede compensarlo la fibra"

El profesor Phil Hansbro indica que "durante muchos años hemos estado investigando la relación entre la fibra alimentaria y los pulmones sanos. En trabajos anteriores establecimos que los suplementos de fibra podían usarse para tratar el asma. Ahora, nuestros descubrimientos sugieren que la fibra podría usarse no solo para eso, sino también para prevenir la EPOC".

Para realizar su investigación, el equipo del doctor Hansbro expuso a ratones a los efectos del humo de cigarrillos (una de las causas conocidas de EPOC). A la vez, un grupo de estos también fue sometido a una dieta rica en fibra fermentable. ¿Conclusión? Aseguran que "el humo del tabaco reducía la producción de ácidos grasos de cadena corta con propiedades antiinflamatorias" y que este efecto podía ser compensado con una dieta rica en fibra. "Descubrimos que este nutriente es capaz de reducir la inflamación y el daño pulmonar, resultando en una mejor función respiratoria", afirma el profesor. Y concluye: "Por primera vez, también hemos conectado estos cambios a la microbiota intestinal y su producción de metabolitos protectores".

Son las bacterias de nuestro intestino las que sí son capaces de 'romper' las largas cadenas de hidratos de carbono que forman la fibra alimentaria. Es en este proceso donde los ácidos grasos beneficiosos son liberados al torrente sanguíneo, lo que les permite llegar a lugares tan alejados como los pulmones.

Para curarse en salud, los investigadores exponen que el consumo de fibra alimentaria en ratones es un paso hacia delante, pero que no previene ni trata todos y cada uno de los síntomas de la EPOC, y que, en el caso de ser usado por seres humanos, debería hacerse en forma de suplemento y no como reemplazo de procedimientos médicos actualmente aprobados. De todos modos, es innegable que basándose en sus resultados, este podría ser el primer paso hacia tratamientos efectivos y (tal vez) curas de la EPOC en el futuro.

En opinión del profesor Hansbro, "cuanto mayor sea nuestra comprensión de la bioquímica relacionada con la rotura de las fibras alimentarias y su efecto en nuestra salud, más cerca estaremos de desarrollar nuevos tratamientos efectivos"