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¿Tienes más de 45 años? Elegir quién te hace las colonoscopias es lo más importante
  1. Bienestar
No todos los médicos son iguales

¿Tienes más de 45 años? Elegir quién te hace las colonoscopias es lo más importante

Es un procedimiento rutinario diseñado para detectar el cáncer de colon cuanto antes. Pero la pericia, edad, formación y hasta el género del profesional que la realiza pueden ser más que relevantes para detectar esta terrible enfermedad

Foto: Foto: iStock.
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"Ningún doctor lo sabe todo. Es por esto por lo que se dice 'practicar' la medicina". La función de esta cita anónima es recordarnos que los médicos son mortales, seres humanos (que han estudiado una auténtica barbaridad, eso sí) capaces de cometer errores y pasar cosas por alto. No es de extrañar que los situemos, por regla general, en un pedestal del conocimiento humano, como una especie de seres divinos, irrebatibles y superiores, debido a las cosas impresionantes que consiguen, como entender una ecografía de una embarazada. La inmensa parte de nosotros -¡oh mortales!- no somos capaces de intepretar absolutamente nada de las imágenes en blanco y negro que nos enseña la madre cuando nos dice "y esta es su manita", así que hacemos lo correcto y simplemente asentimos con educación. Sin embargo, un médico es capaz de detectar en esas imágenes hasta la más mínima irregularidad anatómica, lo que resulta impresionante. Pero hay grandes diferencias entre médicos. Exigirle a un doctor de atención primaria que realice una operación a corazón abierto es más que excesivo. El problema es que, en ocasiones, médicos capacitados para llevar a cabo las mismas tareas tienen índices de éxito muy diferentes, lo que puede resultar un problema importantísimo para pacientes de enfermedades muy serias como el cáncer de colon.

"Preguntar al profesional sobre sus datos profesionales (colonoscopias anuales) empodera al paciente"

Esta afección, que según datos del Instituto Nacional de Estadística es el tercer cáncer más común en la población española, es también uno de los más peligrosos. Esto se debe a que es prácticamente asintomático hasta que se ha desarrollado considerablemente. Esta es una de las razones por las que el cáncer de colon se ha convertido en una de las enfermedades con mayor tasa de mortalidad. Su detección se basa, para las personas que no forman parte de un grupo de riesgo (como tener parientes que lo hayan padecido), en pruebas periódicas. De hecho, según la American Cancer Society, "aquellas personas que tienen un riesgo promedio de padecerlo deberán comenzar las pruebas de detección periódicas a la edad de 45 años". La susodicha prueba consiste en una colonoscopia. Un procedimiento relativamente sencillo (pero también harto incómodo y doloroso) que consiste en la introducción de un tubo, que transmite imágenes a un monitor, por el recto del paciente, y que recorre todo su intestino grueso hasta el ciego (la primera 'cámara' del intestino grueso, que es donde desemboca el delgado). Durante el visionado de las imágenes -en tiempo real- el médico responsable de llevarla a cabo presta atención a las paredes intestinales buscando irregularidades, en concreto pólipos. Estos son sobrecrecimientos de la pared intestinal, en ocasiones producidos por un cáncer.

Es aquí donde la pericia, atención, experiencia y esfuerzo del médico responsable puede marcar la diferencia entre que algo que debería ser visto lo sea y que no. Se ha especulado mucho al respecto, pues una gran responsabilidad recae en las manos de un solo especialista durante un proceso que rara vez suele exceder la media hora. Es necesario que esa persona, si está ahí el pólipo, lo vea. ¿Pero puede influir el sexo del médico en las probabilidades de diagnóstico? ¿Y si es cirujano y no gastroenterólogo? ¿Y su edad? ¿Y si ha hecho 190 colonoscopias en el último año en vez de 215? Se han llevado a cabo varios estudios intentando llegar a conclusiones al respecto. Estos han sido los más relevantes:

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En 2005, el doctor Gavin G. Harewood, de la División de Gastroenterología y Hepatología de la Clinica Mayo, en Estados Unidos publicó un informe en el que se valoraba el ratio de éxito en 'llegar al final' de las colonoscopias realizadas por médicos dependiendo de los años de experiencia y cantidad de colonoscopias llevadas a cabo en ese año por el facultativo. Se observaron los datos de más de 17.100 colonoscopias realizadas entre enero y diciembre de 2003. ¿Los resultados? Los médicos que tenían una experiencia mayor a los 9 años tenían un índice de éxito superior al 95%, mayor que el 89% de las logradas por los que tenían menos de 5 años de experiencia. Lo mismo ocurría con la rutina. Los doctores que realizaban más de 200 colonoscopias al año tenían un índice de éxito del 92,5%, mientras que los que realizaban menos de las susodichas 200 solo lograban sus objetivos en el 88,5% de los casos. Como el doctor Harewood explicaba en su informe: "Más estudios deben llevarse a cabo para proporcionar datos que ayuden a llegar a un consenso que recomiende la cantidad mínima de procedimientos anuales para considerar al practicante como capacitado".

En el año 2010, los doctores Nancy N. Baxter, Rinku Sutradhar, Shawn S. Forbes, Lawrence F. Paszat, Refik Saskin y Linda Rabeneck, todos miembros de la Univeridad de Toronto, en Canadá, publicaron un estudio similar en el que revisaron los datos de 14.064 pacientes que habían sido sujetos de una colonoscopia. De ellos, 1.260 desarrollaron un cáncer de colon entre los 7 y los 36 meses posteriores (que no existía en el momento de la prueba diagnóstica o que esta lo pasó por alto). A este grupo de pacientes se los denominó con las siglas PCCRC. Los investigadores prestaron especial atención a dos variables claras: si el profesional que llevaba a cabo la intervención era un gastrenterólogo o un cirujano y el lugar (hospital, clínica o ambulatorio) donde se llevó a cabo el procedimiento. Los resultados mostraron que las personas sometidas a una colonoscopia por un médico con un índice de colonoscopia completa (que llegue al ciego) mayor tenían menos probabilidades de desarrollar un cáncer colorrectal en los parámetros de los PCCRC. De la misma manera, los pacientes sometidos al procedimiento por profesionales con una gran cantidad de colonoscopias anuales realizadas también tenían menos riesgo de convertirse en PCCRC.

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El último de los estudios realizados sobre esta materia se publicó el 17 de abril de este mismo año. Ha sido llevado a cabo por los investigadores Carol Burke, Shashank Sarvepalli, Ari Garber y Michael B. Rothberg, de la Cleveland Clinic, en Estados Unidos. Este ha sido el primer trabajo científico que no ha descubierto (y por tanto, dice haber desmentido) diferencias en los índices de éxitos de los practicantes, a pesar de que existiesen diferencias básicas en su formación (que uno fuera un gastroenterólogo y otro un cirujano) o la cantidad de colonoscopias anuales que llevasen a cabo al año. La cantidad de sujetos de estudio tampoco dejaba nada que desear: observaron un total de 16.089 colonoscopias.

Foto: Representación de la H. pilori. (iStock)

Una de las autoras principales del estudio, Carol Burke, pone en contexto los resultados de su trabajo, enfocándolo desde un punto de vista positivo: "Preguntar al profesional que te va a hacer la colonoscopia sobre sus datos profesionales (cuántas realiza al año, su índice de éxito, etc) puede empoderar al paciente y permitirle hacer elecciones informadas".

Y es de eso de lo que se trata, de tengamos toda la información que concierne a nuestra salud, toda. Podremos tomar malas decisiones, para eso existe el libre albedrío, pero nunca serán desinformadas.

"Ningún doctor lo sabe todo. Es por esto por lo que se dice 'practicar' la medicina". La función de esta cita anónima es recordarnos que los médicos son mortales, seres humanos (que han estudiado una auténtica barbaridad, eso sí) capaces de cometer errores y pasar cosas por alto. No es de extrañar que los situemos, por regla general, en un pedestal del conocimiento humano, como una especie de seres divinos, irrebatibles y superiores, debido a las cosas impresionantes que consiguen, como entender una ecografía de una embarazada. La inmensa parte de nosotros -¡oh mortales!- no somos capaces de intepretar absolutamente nada de las imágenes en blanco y negro que nos enseña la madre cuando nos dice "y esta es su manita", así que hacemos lo correcto y simplemente asentimos con educación. Sin embargo, un médico es capaz de detectar en esas imágenes hasta la más mínima irregularidad anatómica, lo que resulta impresionante. Pero hay grandes diferencias entre médicos. Exigirle a un doctor de atención primaria que realice una operación a corazón abierto es más que excesivo. El problema es que, en ocasiones, médicos capacitados para llevar a cabo las mismas tareas tienen índices de éxito muy diferentes, lo que puede resultar un problema importantísimo para pacientes de enfermedades muy serias como el cáncer de colon.

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