Causas, síntomas y tratamiento para mejorar la psoriasis
La alimentación es uno de los factores más recurrentes para combatir la psoriasis, gracias a ingredientes ricos en nutrientes como el aguacate, los cereales, el pescado azul o las bebidas de soja, entre otros
Como hemos podido ver en alguna otra ocasión, la psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que afecta principalmente a la piel, las uñas y las articulaciones. Es crónica y suele hacer acto de presencia a través de brotes puntuales. Afortunadamente, y en contra de la creencia popular, no se trata de una afección contagiosa.
Más concretamente, la psoriasis surge en los llamados linfocitos T., unas células de la sangre que protegen el cuerpo humano de diversas infecciones y enfermedades. Al activarse, desencadenan multitud de respuestas celulares, entre las que destacan la dilatación de los vasos sanguíneos, que da lugar a las manchas rojas vinculadas a dicha dolencia.
“La psoriasis afecta alrededor del 2,3% de la población y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. La enfermedad no es hereditaria, pero hay una predisposición genética para padecerla, y un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis. Se sabe que, además de esta predisposición, son necesarios otros factores desencadenantes”, explican desde la Asociación de Pacientes de Psoriasis, Artritis Psoriásica y Familiares. Bajo esta premisa, ¿cuáles son los síntomas que acompañan a la enfermedad?
Tipos de psoriasis y síntomas principales
Antes de conocer los signos propios de la enfermedad, es importante enumerar los tipos de psoriasis a los que podemos enfrentarnos, aunque existen muchas variedades, pues cada paciente se enfrenta a ella de manera distinta.
- Psoriasis en placas. La más frecuente y que produce las típicas lesiones secas y de color rojo, cubiertas con escamas, en la piel. Estas pueden provocar también picazón o dolor, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
- Psoriasis en gotas. Es más común en niños y adultos jóvenes y suele desencadenarse por una infección bacteriana. Su nombre se debe a las descamaciones en forma de gotas que aparecen en la piel.
- Psoriasis en las uñas. En este caso, las heridas o manchas afectan únicamente a las uñas de las manos y los pies. Si la psoriasis alcanza una gravedad inusitada, las uñas pueden astillarse.
- Psoriasis inversa. “Afecta principalmente a la piel de las axilas, la ingle, debajo de los senos y alrededor de los genitales. La psoriasis inversa causa manchas lisas de piel roja e inflamada que empeoran con la fricción y la sudoración”, explican desde la Clínica Mayo.
La psoriasis es crónica, afecta alrededor del 2% de la población y suele aparecer entre los 15 y 35 años
Aunque los linfocitos T. son el origen del problema, lo cierto es que no se conoce con exactitud la causa de la psoriasis. Lo que sí está claro es que existen diversos factores desencadenantes que pueden empeorar o estimular la aparición de los brotes. Hablamos de lesiones que se pueden producir en la piel, como cortes, picaduras de insectos o quemaduras solares; el consumo excesivo de alcohol y tabaco, el estrés, un déficit de vitamina D o la ingesta de ciertos medicamentos.
Una vez que la enfermedad ya se ha desarrollado, los signos más frecuentes son, como ya hemos visto, manchas rojas en la piel cubiertas por escamas gruesas, uñas engrosadas, piel seca y agrietada, picazón y articulaciones inflamadas y rígidas. Esta sintomatología aparece puntualmente, sin avisar y puede durar varias semanas e incluso meses. Afortunadamente, después suele disminuir y desaparecer por completo hasta nuevo aviso.
Tratamiento para mantener a raya la psoriasis
"Es importante recordar que no hay ningún tratamiento que funcione para todo el mundo y que la forma en que un paciente responde a un tratamiento concreto puede cambiar con el tiempo. A menudo se necesitan varias 'pruebas' para encontrar el tratamiento más adecuado”, recuerdan desde el portal especializado Psoriasis 360º.
En general, dichas terapias suelen actuar de varias formas distintas: mediante el consumo de medicamentos elaborados con células humanas que actúan sobre el sistema inmunitario o fármacos convencionales cuyo objetivo es controlar la inflamación, terapias de luz ultravioleta o por vía tópica, es decir, a través de la aplicación localizada de cremas u otras sustancias sobre las lesiones.
Además, la higiene es fundamental para no empeorar el estado de la enfermedad y evitar que se originen más brotes. La alimentación también puede ser un complemento de gran ayuda en este sentido. Lo mejor es recurrir a nutrientes con efectos antiinflamatorios y protectores del sistema inmunitario. Los ácidos grasos omega 3, los antioxidantes, el zinc, el magnesio, el selenio y la vitamina D -cuya fuente principal son los rayos solares- puede ser los más útiles, presentes en productos de consumo diario como el pescado azul, los cereales integrales, el pimiento, el aguacate, las verduras de hoja verde, el aceite de oliva o las pipas de calabaza, entre otros.
Por el contrario, también resulta imprescindible eliminar de la dieta sustancias nocivas que debilitan el organismo. Dentro de este grupo se encuentran las grasas saturadas, las grasas trans y los hidratos de carbono refinados. Así, debemos olvidarnos de los embutidos, la carne roja, los lácteos enteros, los alimentos de origen industrial y procesados, las bebidas azucaradas, los fritos o el azúcar de mesa.
Como hemos podido ver en alguna otra ocasión, la psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que afecta principalmente a la piel, las uñas y las articulaciones. Es crónica y suele hacer acto de presencia a través de brotes puntuales. Afortunadamente, y en contra de la creencia popular, no se trata de una afección contagiosa.
- Los mejores alimentos para proteger tu piel en los días de frío Verónica Mollejo
- Tu piel puede estar en peligro, salvo si comes este producto Verónica Mollejo
- Piel atópica: causas, síntomas y alimentos que pueden ser un remedio efectivo Verónica Mollejo