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El inesperado efecto del ginkgo sobre la diabetes
  1. Bienestar
el secreto, en los antioxidantes

El inesperado efecto del ginkgo sobre la diabetes

Un nuevo estudio estadounidense confirma que esta enfermedad metabólica, que afecta al 14% de los adultos españoles, tiene un aliado en el extracto de este árbol milenario

Foto: Hojas de Ginkgo biloba. (iStock)
Hojas de Ginkgo biloba. (iStock)

Es una de las enfermedades metabólicas más comunes y de mayor transcendencia, junto a la obesidad, la hipertensión y la dislipemia (niveles de colesterol y/o triglicéridos elevados). Según el Estudio di@bet.es, en nuestro país se registran 11,58 casos de diabetes mellitus tipo 2 por 1.000 personas al año. Esto supone que en doce meses cerca de 400.000 personas desarrollan esta enfermedad crónica en España.

Tal como indica la Fundación para la Diabetes, citando dicho informe, el 13,8% de los españoles mayores de 18 años la sufre y de ellos, el 43% estaba sin diagnosticar. Además, el 12,6% de la población tiene intolerancia a la glucosa o glucosa basal alterada, situaciones que se consideran prediabéticas. Hablamos de un trastorno que indica que el páncreas no produce la insulina suficiente, o bien que el organismo no la utiliza de forma eficaz. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que es la causa directa de más de un millón y medio de fallecimientos en el mundo.

"El ginkgo tiene un efecto muy bueno en las células responsables de la secreción de insulina", H.F. Hetta

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición señala la dieta y el ejercicio físico (además de la farmacología precisa) como pilares de acción frente a la enfermedad. Y aquí un nuevo estudio aporta buenas noticias en cuanto al efecto de las hojas de Ginkgo biloba sobre la diabetes tipo 2.

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Foto: iStock.

El trabajo lo ha llevado a cabo un equipo de investigadores del departamento de Enfermedades Digestivas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati y acaba de publicarse en 'Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity'. Según señala uno de sus autores, el doctor Helal Fouad Hetta, "hemos visto que en ratas diabéticas, el Ginkgo biloba tiene un efecto muy bueno en las células del páncreas responsables de la secreción de insulina, al crear un patrón restaurador similar al que vemos en ratas sanas".

Para llegar a este resultado los científicos provocaron la enfermedad a ratas de laboratorio alimentándolas durante ocho semanas con una dieta alta en grasas seguidas de una inyección de una dosis baja de estreptozotocina. A continuación se dividieron en distintos grupos y a uno de ellos se le administró extracto de hojas de Ginkgo biloba durante cuatro semanas. Como señala el doctor Hetta, "estos extractos han sido usados frecuentemente en la medicina tradicional y han mostrado tener una clara potencia antioxidante".

Antioxidantes... y más propiedades

Ahora, los investigadores han visto cómo después de agregar el ginkgo a sus dietas, la masa de las células beta pancreáticas y la cantidad de insulina en estas células aumentaron notablemente, hasta casi recuperar los niveles normales. Aun así, este hallazgo es preliminar y Helal Fouad Hetta apunta que "no recomendaría comer semillas de ginkgo, porque podrían ser tóxicas. Esta sustancia debería ser tomada en cápsulas o tabletas, en todo caso. Y, por supuesto, si se está tomando medicación es preciso consultarlo con el especialista antes de considerar consumir también Ginkgo biloba". Se trata por tanto de un descubrimiento alentador, pero sobre el que habrá que seguir investigando, según apunta el doctor.

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Foto: iStock.

Estudios previos ya habían señalado que los antioxidantes pueden ayudar a prevenir la diabetes tipo 2, así como a reducir sus complicaciones. Uno de los ejemplos más recientes es el del equipo de científicos de la Universidad Paris-Sud, que el año pasado comprobó cómo una dieta rica en frutas y verduras, con alta variedad de componentes con capacidad antioxidante, se asocia con un menor riesgo de padecer esta enfermedad. En este estudio, publicado en 'Diabetologia' se contó con los datos del estudio europeo EPIC, que incluían a más de medio millón de mujeres participantes, a lo largo de 15 años, e investigaba la relación entre la nutrición y el cáncer.

"No es tóxico utilizado en dosis bajas, pero puede interactuar con otras medicinas", H.F. Hetta

Respecto al Ginkgo biloba, según señala el doctor Hetta, "es una de las especies de árboles vivos más antiguas que existen. La mayoría de los productos que provienen de él están hechos con extractos procedentes de sus hojas. Casi todas las investigaciones sobre el ginkgo se centran en sus efectos sobre la demencia y la pérdida de memoria relacionada con la edad, así como en la enfermedad de Alzheimer. Se presenta comúnmente en tabletas orales, en extractos, en cápsulas o en forma de infusión. No es tóxico cuando se utiliza en dosis bajas, pero hay que ser cauteloso, ya que puede interactuar con otras medicinas".

Además de estas investigaciones que señala el doctor, otras centran su mirada en el poder antiinflamatorio del ginkgo; así, ya en 2008 un trabajo realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur, junto al departamento de Química de la Universidad McGill de Montreal, confirmaron esta capacidad de su extracto y vieron cómo por este motivo tenía un efecto positivo como parte del tratamiento frente a la colitis ulcerosa.

Y hay más: un estudio de la Universidad Jilin, en China, comprobó que este árbol milenario mejora los síntomas del asma, también debido a sus propiedades antiinflamatorias; y otro, realizado en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Shahid Beheshti de Teherán, confirma que su extracto contribuye a reducir los síntomas premenstruales más severos.

Es una de las enfermedades metabólicas más comunes y de mayor transcendencia, junto a la obesidad, la hipertensión y la dislipemia (niveles de colesterol y/o triglicéridos elevados). Según el Estudio di@bet.es, en nuestro país se registran 11,58 casos de diabetes mellitus tipo 2 por 1.000 personas al año. Esto supone que en doce meses cerca de 400.000 personas desarrollan esta enfermedad crónica en España.

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