El colesterol: verdades y mentiras
Que solo afecta a la gente con obesidad o sobrepeso o que los niños no lo padecen son algunas creencias falsas sobre el colesterol, que además impiden su correcto control. Pero hay más
El colesterol es necesario para que la maquinaria que conforma nuestro cuerpo funcione correctamente, pues desempeña un papel fundamental en funciones tan primordiales como la creación de algunas hormonas, como las sexuales y las tiroideas, o los ácidos biliares, que intervienen en la digestión de las grasas. Sin embargo, a pesar de su importancia, los niveles del mismo deben ser equilibrados; es decir, ni en exceso ni en defecto si queremos evitar la aparición de diferentes enfermedades, especialmente cardiovasculares. Así, según la Fundación Española del Corazón, los niveles de colesterol total deseables son 200 mg/dl.
Aun así, el colesterol es uno de los grandes enemigos a batir por una gran parte de la población, que, dicho sea de paso, cada vez incluye a personas más jóvenes. Según el citado organismo, "cada vez son más los niños y jóvenes que, debido a una dieta incorrecta y al sedentarismo, se convierten en serios candidatos a padecer hipercolesterolemia en el futuro".
No obstante, pese a las evidencias de su importancia y la insistencia de distintos organismos en que la tengamos clara, permanece envuelto en una serie de creencias, muchas de ellas erróneas, que conllevan un mal cuidado del mismo y, por lo tanto, consecuencias para nuestra salud. La Fundación de Hipercolesterolemia Familiar y la Asociación Americana del Corazón se han puesto manos a la obra y arrojan luz sobre algunas muy extendidas.
El colesterol muy bajo puede ser perjudicial
Falso. Tal y como hemos anticipado, los niveles de colesterol total deben estar equilibrados si queremos evitar la aparición de distintas enfermedades. Es cierto que tenerlos más bajos es saludable, por cuanto reduce los factores de riesgo que causan enfermedades cardiacas. ¿Y extremadamente más bajos ? Sí. Según la Fundación de Hipercolesterolemia Familiar, "son compatibles con la salud y el desarrollo normal del cerebro, así como de la producción de hormonas dependientes del colesterol".
Solo lo tiene la gente con sobrepeso u obesidad
Falso. Cualquier persona puede tener hipercolesterolemia, independientemente de las características de su cuerpo. Ahora bien, es cierto que tener unos kilos de más o ser obeso multiplica las probabilidades de tener el colesterol elevado. Pero "ser delgado no lo protege de este problema", tal y como explica la Asociación Americana del Corazón. Por lo tanto,"independientemente del peso, la dieta o el nivel de actividad física, deberíamos medir el nivel de colesterol con regularidad".
El colesterol elevado afecta más a los hombres
Falso. Es más, "la enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte en las mujeres". Es verdad que las mujeres premenopáusicas suelen tener mayores niveles de estrógeno, lo que sube los niveles de colesterol HDL ('bueno'). Pero las mujeres que están atravesando la menopausia o que son posmenopáusicas tienden a tender niveles de colesterol LDL ('malo') más altos, ya que tienen menores niveles de estrógeno. No obstante, la ateroesclerosis (endurecimiento y rigidez de los vasos sanguíneos, que impiden en muchas ocasiones la llegada del flujo sanguíneo hacia los tejidos y los órganos, "ocurre a una mayor edad en las mujeres que en los hombres".
Según la Fundación Española del Corazón, los niveles de colesterol total deseables son 200 mg/dl
La margarina ayuda a mantener los niveles de colesterol más que la mantequilla
Falso. Es cierto que la mantequilla es generosa en grasas saturadas, pero algunos tipos de margarina tienen "un contenido mayor de ambos tipos de grasas", tal y como explica la Asociación Americana del Corazón. Además, "las margarinas líquidas y las margarinas untables que vienen en pomo tienden a tener menos grasas 'malas'. Así que compara etiquetas y elige la que tenga cero gramos de grasas trans en los datos de nutrición y nada de aceites hidrogenados en los ingredientes".
Si no está en la etiqueta del alimento, es sano
Falso. El hecho de que indique ausencia de colesterol o que es bajo en grasas no es sinónimo de saludable. De hecho, suelen tener un alto contenido en otro tipos de grasas poco saludables como las saturadas y las trans. Así que, tal y como aconseja la Asociación Americana del Corazón, debemos "revisar las etiquetas de los alimentos para ver si tienen grasa saturada o trans y, por lo tanto, determinar el total de calorías. Además, es importante tener en cuenta que la porción en que se basan dichos datos puede ser menor que el contenido completo del envase, es decir, puede que el envase incluya más de una porción".
La medicación te permite no cuidar la alimentación
Falso. Es cierto que una medicación específica y administrada tal y como la ha prescrito el médico ayuda a regular los niveles de colesterol, pero no es milagrosa. Es decir, es importante complementarla con una dieta sana, variada y equilibrada y actividad física regular si queremos reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiaca o un derrame cerebral. Tal y como recomienda la Asociación Americana del Corazón, "haga actividad aeróbica de moderada a intensa al menos 150 minutos a la semana, actividad vigorosa por 75 minutos a la semana o una combinación de ambas, de preferencia esparcidas durante la semana".
Los niños no necesitan preocuparse por el colesterol
Falso. "Como los adultos, los niños pueden tener niveles de colesterol elevados. Esto es particularmente importante para aquellos que heredan los niveles de colesterol altos de su madre, su padre o ambos. Es una afección que se llama hipercolesterolemia familiar (HF). Estos niños tienen un alto riesgo de tener un ataque al corazón o un derrame cerebral a edad temprana. Un pronto diagnóstico y tratamiento son esenciales en estos casos".
El colesterol es necesario para que la maquinaria que conforma nuestro cuerpo funcione correctamente, pues desempeña un papel fundamental en funciones tan primordiales como la creación de algunas hormonas, como las sexuales y las tiroideas, o los ácidos biliares, que intervienen en la digestión de las grasas. Sin embargo, a pesar de su importancia, los niveles del mismo deben ser equilibrados; es decir, ni en exceso ni en defecto si queremos evitar la aparición de diferentes enfermedades, especialmente cardiovasculares. Así, según la Fundación Española del Corazón, los niveles de colesterol total deseables son 200 mg/dl.