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La bebida (y la acción) que te va a proteger del hígado graso
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Ensayo en ratones

La bebida (y la acción) que te va a proteger del hígado graso

Una investigación constata que el extracto de té verde en combinación con ejercicio reduce en un 75% la gravedad de la enfermedad no alcohólica. Se cree que la razón hay que buscarla en los polifenoles de la planta

Foto: Foto: Unsplash@/elsip.
Foto: Unsplash@/elsip.

Si hay un tema que en Alimente creemos importante abordar es el del hígado graso no alcohólico. Hemos recogido por ello estudios con impacto, como una investigación que refleja el papel de los vegetales crucíferos (brócoli, coles, coliflor...) en su prevención. Ahora la ciencia vuelve a aportar un trabajo sobre esta enfermedad a la que todos tachan de gran problema de salud pública.

No es para menos. Asociada a la diabetes y a la obesidad, afecta a uno de cada tres adultos y en un 20% de los casos evoluciona a cirrosis. La constante preocupación de la comunidad científica, que ha elevado en más de una ocasión su voz para alertar tanto a las autoridades sanitarias como a la población de los peligros que encierra y advertir que mirar para otro lado o ignorarla no la va a hacer desaparecer, también se está traduciendo en un esfuerzo en investigación. Otros factores de riesgo relacionados con ella son, como aclara Julieta de la Morena, farmacéutica experta en nutrición, “tener el colesterol y los triglicéridos elevados, así como padecer síndrome metabólico”.

Se pronostica que la enfermedad afectará a más de 100 millones de personas para 2030


De la mano de investigadores de la Universidad Penn State, llega una publicación que pone el foco en el extracto de té verde en combinación con el ejercicio al lograr reducir la gravedad de la enfermedad en un 75% en ratones alimentados con una dieta alta en grasas. Un hallazgo que puede apuntar hacia una posible estrategia de salud para las personas.

"El resultado es importante -explica Joshua Lambert, autor del ensayo-, porque la enfermedad del hígado graso no alcohólico es un problema de salud global significativo que se espera que empeore. Debido a la alta prevalencia de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes tipo 2, se pronostica que afectará a más de 100 millones de personas para 2030. Y actualmente no existen terapias validadas para la enfermedad".

En la literatura científica

Años antes, concretamente en 2016, la revista Internal 'Journal of Prevention Medicine' publicaba un trabajo cuya introducción reza: "El té verde es una de las bebidas más populares del mundo. Se cree que tiene efectos beneficiosos en la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades, una de las cuales es el hígado graso no alcohólico. El presente estudio investigó los efectos de su consumo en pacientes afectados".

placeholder Foto: Unsplash/@sebasta.
Foto: Unsplash/@sebasta.

El ensayo fue clínico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo (sustancia inactiva). Un total de 80 participantes (20–50 años) con EHGNA fueron asignados aleatoriamente en dos grupos para recibir un suplemento de extracto de té verde (500 mg por día) o placebo durante 90 días.

El resultado: "La suplementación con el extracto disminuye las enzimas hepáticas en los pacientes con EHGNA y se puede considerar como un tratamiento para mejorar los niveles séricos de las mismas en pacientes afectados", documentan los investigadores de la Universidad Isfahan, en Irán.

El té verde se obtiene de la planta Camellia sinensis, que es un arbusto o árbol pequeño perenne que tiene una raíz principal, hojas verdes de 4 a 15 cm de longitud y flores de color blanco amarillento. No se conoce con exactitud la fecha en la que se cultivó la primera de ellas. Según la tradición china, el emperador Shen Nung, hace aproximadamente 4.000 años, estaba calentando una olla con agua debajo de un árbol y cayeron algunas hojas en el agua, él bebió toda la olla y al hacerlo se sintió renovado, por lo que decidió promover su cultivo en el resto del imperio

En el nuevo estudio se encontró que los ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante 16 semanas que consumieron extracto de té verde y que regularmente corrieron sobre una rueda tenían solo una cuarta parte de los depósitos de lípidos en sus hígados en comparación con los que se veían en los órganos de los animales del grupo control. Los roedores que fueron tratados solo con extracto de té verde o ejercicio tenían aproximadamente la mitad de grasa en sus hígados que el grupo de control.

Además de analizar los tejidos hepáticos de ratones en el estudio, que se ha publicado en el último 'Journal of Nutritional Biochemistry', los investigadores también midieron el contenido de proteínas y grasas en sus heces. Y descubrieron que los que consumieron el extracto de té verde y se 'movían' tenían niveles más altos de lípidos y proteínas fecales.

"Al examinar los hígados después de que concluyese el estudio y al revisar sus heces durante la investigación, vimos que los ratones que consumieron extracto de té verde y que hacían actividad física, en realidad, estaban procesando nutrientes de manera diferente: sus cuerpos manipulaban los alimentos de manera distinta", dijo Lambert.

Polifenoles

"Creemos que los polifenoles del té verde interactúan con las enzimas digestivas secretadas en el intestino delgado e inhiben parcialmente la descomposición de los carbohidratos, grasas y proteínas de los alimentos", agrega. "Entonces, si un ratón no digiere la grasa en su dieta -añade-, esta y las calorías asociadas con ella pasan a través del sistema digestivo y una cierta cantidad termina saliendo en sus heces".

Para Julieta de la Morena, “los polifenoles confieren al té verde principalmente propiedades hipolipemiantes, disminuyendo en parte la absorción de lípidos y proteínas, y mejorando el perfil lipídico”.

Lambert aclara que puede ser significativo que los ratones tratados con extracto de té verde y ejercicio tengan una mayor expresión de genes relacionados con la formación de nuevas mitocondrias. Esa expresión génica es importante, dice, porque proporciona marcadores que ayudarán a los investigadores a comprender el mecanismo por el cual los polifenoles del té verde y el ejercicio podrían trabajar juntos para mitigar los depósitos de hígado graso.

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Foto: Unsplash@/brucemars.

"Medimos la expresión de genes que sabemos que están relacionados con el metabolismo energético y juegan un papel importante en la utilización de la energía", insiste. Y continúa: "En los ratones que recibieron el tratamiento combinado, vimos un aumento en la expresión de genes que no existían antes de consumir el extracto de té verde y hacer ejercicio".

Se necesita más investigación "para ver si existe una sinergia creada por el extracto de té verde y la actividad para reducir la grasa depositada en el hígado, o si los efectos son simplemente aditivos", recuerda el científico. Su grupo de investigación, en la Facultad de Ciencias Agrícolas, ha estudiado durante 12 años los beneficios para la salud de los polifenoles, a menudo llamados antioxidantes, del té verde, el cacao, el aguacate y otras fuentes.

Efectos en el peso

En estudios anteriores, Lambert y sus colegas demostraron que el extracto de té verde y el ejercicio juntos redujeron drásticamente la masa corporal y mejoraron la salud cardiovascular de los ratones alimentados con dietas con alto contenido de grasa. Pero debido a que no se han llevado a cabo ensayos en humanos que evalúen los beneficios y riesgos para la salud de esta combinación, el científico recomienda precaución a las personas que deciden experimentar con esta estrategia de salud por su cuenta.

"Creo que las personas deberían realizar más actividad física, y reemplazar las bebidas altas en calorías por té verde descafeinado y dietético, que no tiene calorías, es un movimiento inteligente", dijo. "La combinación de ambos podría tener beneficios para la salud de las personas, pero aún no tenemos los datos clínicos".

Para De la Morena, se “han hecho algunos estudios con la asociación de té y ejercicio y se ha observado una mejora en el índice de grasa corporal y peso, y de todos los tés es el verde el que mejores resultados confiere. No obstante, se tendrían que llevar a cabo más investigaciones y, sobre todo, clasificar el tipo de ejercicio en el que se basa el estudio ya que estos resultados no son concluyentes”.

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Foto: Unsplash7@ja_ma.

Para esta especialista, las personas afectadas de la enfermedad deberían "reducir las grasas saturadas, el azúcar y no tomar nada de alcohol. Aumentar la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva virgen extra, con moderación, dado que aunque es saludable no deja de ser grasa y tiene demasiadas calorías, y estas personas deben controlar el peso. Además, sobre todo, tratar de evitar los alimentos con índice glucémico alto, como el arroz blanco, pan, patatas, bollería..., evitando así que afecten más a la glucosa en sangre".

Subraya que "por el contrario, deben aumentar el consumo de alimentos con índice glucémico bajo, como son la mayoría de vegetales, frutas y granos enteros. Otro factor importante a tener en cuenta es controlar el peso, ya que su pérdida en personas obesas mejora considerablemente la enfermedad".

Si hay un tema que en Alimente creemos importante abordar es el del hígado graso no alcohólico. Hemos recogido por ello estudios con impacto, como una investigación que refleja el papel de los vegetales crucíferos (brócoli, coles, coliflor...) en su prevención. Ahora la ciencia vuelve a aportar un trabajo sobre esta enfermedad a la que todos tachan de gran problema de salud pública.

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