El descubrimiento que abre una puerta a la esperanza contra la esclerosis múltiple
Se trata de un problema de salud mayúsculo. No tiene cura conocida y, hasta ahora, solo podemos disminuir la velocidad a la que se desarrolla. Por suerte, desde Alemania llega una revelación que es de lo más prometedora
Entre todas las enfermedades que nos puede tocar sufrir por el simple hecho de ser seres humanos, la esclerosis múltiple es una de las peores. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que afecta más a las mujeres que a los hombres. Su causa principal es la desmielinización de las neuronas que forman los nervios. La mielina se encuentra dentro de las vainas de mielina, unas estructuras que envuelven el nervio permitiendo que la señal eléctrica viaje a mayor velocidad. La esclerosis múltiple suele aparecer entre los 20 y los 40 años de edad, aunque, en algunos casos, se presenta a cualquier edad.
Como decíamos, la esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa para la que no existe cura. Por suerte, desde hace algunos años se han descubierto formas de disminuir la velocidad a la que progresa esta afección. Ahora, un estudio elaborado por investigadores de la Ruhr-Universität Bochum, en Alemania, han descubierto que determinados ácidos grasos son capaces de disminuir la progresión de la enfermedad.
"La microbiota es un órgano endocrino autosuficiente qué interactúa con el ambiente que le rodea (nuestro cuerpo)"
Todo se debe, una vez más, a la acción que los millones de bacterias que viven en el interior de nuestro intestino (la microbiota) tienen sobre nuestra salud. Estos microorganismos están asociados a las enfermedades autoinmunes (de las que forma parte la esclerosis múltiple). "Así es como las bacterias intestinales pueden afectar directa e indirectamente a estructuras del cuerpo humano alejadas del intestino como el cerebro. De este modo, la microbiota actúa como un órgano autosuficiente endocrino qué interactúa con el ambiente que le rodea (nuestro cuerpo)", explica el investigador Aiden Haghkia, el autor principal del estudio.
Grasas al rescate
Como sabemos, una los principales factores que hacen del aceite de oliva uno de los alimentos más sanos que existen son los ácidos grasos lo componen. En este estudio los investigadores se centraron en uno de cadena corta llamado acido propiónico. Los investigadores llevaron a cabo su estudio administrando este ácido graso a pacientes de esclerosis múltiple junto con su medicación habitual.
Los resultados de este experimento fueron una tasa reducida de recaída en la enfermedad y una disminución del riesgo de la progresión de la incapacidad asociada a esta enfermedad a largo plazo. Por si eso fuera poco, las resonancias magnéticas llevadas a cabo al inicio del estudio indicaron que el acido propionico puede ayudar a reducir la atrofia cerebral, lo que es un signo de muerte celular.
Como explican los investigadores, no es que el ácido propionico actúe directamente sobre la esclerosis múltiple, sino que este compuesto es absolutamente esencial para la presencia de ciertas bacterias buenas en nuestro intestino. Es por esto que el investigador Aiden Haghkia admita que "los descubrimientos qué investigaciones futuras llevan a cabo sobre este órgano todavía, en gran medida, desconocido nos permitan desarrollar nuevas vías dietéticas que sean innovadoras y que se conviertan complementos de las terapias médicas actuales".
Entre todas las enfermedades que nos puede tocar sufrir por el simple hecho de ser seres humanos, la esclerosis múltiple es una de las peores. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que afecta más a las mujeres que a los hombres. Su causa principal es la desmielinización de las neuronas que forman los nervios. La mielina se encuentra dentro de las vainas de mielina, unas estructuras que envuelven el nervio permitiendo que la señal eléctrica viaje a mayor velocidad. La esclerosis múltiple suele aparecer entre los 20 y los 40 años de edad, aunque, en algunos casos, se presenta a cualquier edad.