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Más allá del covid-19: si ya has cumplido 40, presta atención
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Riesgo de enfermedad cardiaca

Más allá del covid-19: si ya has cumplido 40, presta atención

Con miedo al coronavirus es normal que dejemos de lado la preocupación por otras afecciones que, sin embargo, son la principal causa de muerte en el mundo occidental. Un estudio español muestra que las placas de ateroma se forman ya en la mediana edad

Foto: Foto: Unsplash/@iamchang.
Foto: Unsplash/@iamchang.

El miedo es el miedo. Y en tiempos de covid-19 se dibuja en forma de mascarillas, de aislamiento, de falta de predicción. Pero hay más 'jinetes del Apocalipsis' que estaban antes, que están ahora y que estarán. La intención de este artículo no es la de sembrar pánico. Todo lo contrario. Pretende únicamente que no olvidemos que hay otros enemigos fuera y que estemos atentos para que 'la actualidad' no despiste nuestra atención.

"Casi la mitad de las personas aparentemente sanas de 40 a 50 años podría estar desarrollando una acumulación de placas de grasa"


Hablamos por tanto de tu corazón. Hablamos del último estudio elaborado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), dirigidos por el Dr. Valentín Fuster, director del CNIC e investigador principal del estudio PESA-CNIC-Santander, que revela: "Casi la mitad de las personas aparentemente sanas de entre 40 y 50 años podría estar desarrollando una acumulación de placas de grasa –ateroma– en las arterias y de una forma mucho más rápida de lo que se pensaba hasta ahora".

El PESA-CNIC-Santander (‘Progresión de la aterosclerosis subclínica temprana’), estudio realizado en colaboración entre el CNIC y el Banco de Santander, incluye a 4.200 hombres y mujeres sanos de mediana edad a los que se está siguiendo mediante tecnología de imagen y biomarcadores sanguíneos de ómicas desde hace más de 10 años. El uso de técnicas de imagen no invasivas, asegura el Dr. Fuster, “nos permite identificar la progresión y detectar el avance de la enfermedad de forma más precoz que con otros marcadores clásicos, como la presencia de calcio coronario mediante TAC, permitiendo así adelantar la identificación de aquellos individuos con mayor riesgo y que se podrían beneficiar de intervenciones tempranas”.

En declaraciones a Alimente, Borja Ibáñez, director de Investigación Clínica en el CNIC y cardiólogo de la Fundación Jiménez Díaz, señala: "Este estudio abre la posibilidad de identificar sujetos con mayor riesgo de tener eventos adversos (infartos, ictus, etc). El hecho de tener placas de ateroma que progresan rápidamente puede identificar este grupo de riesgo (aunque esto debe ser validado en el seguimiento en marcha del estudio)".

Corazón y covid-19

Este diario pregunta a los especialistas del CNIC también por las implicaciones del covid-19 en las enfermedades cardiovasculares. Respuesta: "Las evidencias recientes muestran que sujetos con patología cardiovascular (hipertensión, obesidad, diabetes, insuficiencia cardiaca, etc.) tienen mayor riesgo de presentar una evolución más complicada que los sujetos sin esta patología. Sin embargo, ahora mismo el manejo es igual para todo el mundo: confinamiento en el domicilio y evitar la exposición lo más posible".

E insiste: "Estudios observacionales realizados en China, y en marcha en Italia y España, muestran la asociación descrita en la respuesta anterior. Otro tema complicado es si existe una asociación entre el uso de algunos antihipertensivos y la mayor o menor propensión a tener una mala evolución en caso de infección (o incluso mayor o menor riesgo de padecer la infección). No existe ninguna evidencia de que el uso de estos fármacos (inhibidores de la ECA y antagonistas de receptores de angiotensina, dos grupos de fármacos usados como primera elección en hipertensión) confiera mayor riesgo. Por todo ello, no debe suspenderse el tratamiento de fármacos antihipertensivos en esta epidemia".

Según Cardioalianza.org, "las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte tanto a nivel mundial como en nuestro país. Así lo demuestran los últimos datos de mortalidad publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)*, en los que se refleja que las muertes por tal causa son las responsables del 28,8% (122.465 muertes) del total de defunciones (263,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes); por delante de los tumores con el 26,7% (243,4 fallecidos por cada 100.000 habitantes) y de las enfermedades del sistema respiratorio, 12,2% (110,9 fallecidos por cada 100.000 habitantes). (*datos publicados en diciembre de 2018 que hacen referencia al total de defunciones producidas en 2017).

Por sexo, los tumores fueron la primera causa de muerte en los hombres (con 300,1 fallecidos por cada 100.000) y la segunda entre las mujeres (con 188,8). Por su parte, las enfermedades del sistema circulatorio fueron la primera causa de mortalidad femenina (279,7 muertes por cada 100.000) y la segunda entre los varones (246,1).

Técnicas de imagen

Gracias a las técnicas de imagen, especialmente las más sencillas, accesibles y que no necesitan radiación, como la ecografía vascular 2D y 3D, explica el Dr. Ibáñez, “podemos detectar y cuantificar la carga o el volumen de enfermedad aterosclerótica y monitorizarla de una forma precisa para así identificar a aquellos individuos que se puedan beneficiar potencialmente de una prevención más intensiva de forma precoz”.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Las recientes Guías de Prevención Europeas 2019 reconocen la utilidad de la evaluación de la aterosclerosis con técnicas de imagen para evaluar el riesgo en los individuos más allá de los factores de riesgo convencionales -edad, sexo, hipertensión, colesterol, tabaco y diabetes-. “La técnica recomendada es el TAC de baja dosis de radiación, que evalúa la presencia de calcio en las arterias coronarias como dato indirecto de la presencia de placas de aterosclerosis. Pero, además –indica el cardiólogo-, las Guías también ponen en valor la utilidad de la evaluación de la carga de aterosclerosis carotídea y femoral mediante la ecografía”.

Lo que ahora aporta el estudio que se publica en 'JACC' es un seguimiento a 3 años del estudio PESA en el que se ha llevado a cabo la primera comparación directa entre ambos marcadores de riesgo en imagen, el calcio coronario por TAC y la carga de aterosclerosis carotídea y femoral por ecografía 2D/3D. Y los resultados, destaca la Dra. Beatriz López-Melgar, autora principal del artículo, “muestran que la ecografía de las arterias periféricas es capaz de detectar la progresión de la aterosclerosis de una forma más eficiente que el estudio del calcio coronario por TAC”.

Lo más habitual es que la enfermedad aterosclerótica -caracterizada por el depósito de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias- se detecte en estadios avanzados, cuando ya ha provocado eventos clínicos, como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular u otros. El tratamiento de este tipo de patologías, cuando ya ha dado síntomas, resulta limitado ya que en un elevado porcentaje los individuos afectados ven disminuida su calidad de vida y, por otro lado, supone un elevado coste económico para el sistema sanitario.

“Hasta este estudio, el primero que analiza la progresión de la aterosclerosis con intervalos frecuentes, se pensaba que esta enfermedad progresaba muy lentamente a lo largo de la vida. Sin embargo, en contra de esta idea, dicha progresión es muy rápida en un 40% de los casos analizados”, afirma Ibáñez. En el futuro, añade, “podremos saber con los datos del estudio PESA si esta progresión tiene que ver con el desarrollo futuro de eventos cardiovasculares. Hasta ahora, la velocidad de progresión no había sido considerada a la hora de categorizar el riesgo de los individuos”.

Los investigadores del CNIC ya habían observado, en análisis previos del PESA, que la presencia de aterosclerosis es frecuente en individuos jóvenes y de mediana edad. “Con este estudio –subraya el Dr. Fuster– hemos determinado cómo progresa la aterosclerosis en sus etapas más iniciales, sin la presencia de síntomas”.

Un dato muy relevante del artículo, apunta López-Melgar, es que, tras un corto periodo de seguimiento de apenas solo 3 años, “el 40% de las personas de entre 40 y 50 años de edad presenta un avance importante de sus placas de aterosclerosis a distintos niveles, incluyendo las arterias carótidas, femorales o coronarias”. Para la autora del estudio, “este hallazgo podría tener consecuencias negativas futuras con respecto al desarrollo de síntomas o eventos clínicos como infartos o ictus”.

Los investigadores concluyen que estos hallazgos, aunque deben ser validados en un futuro próximo con la presencia de eventos en la cohorte del PESA, son de gran valor para identificar estrategias que permitan prevenir la epidemia de la enfermedad cardiovascular.

El miedo es el miedo. Y en tiempos de covid-19 se dibuja en forma de mascarillas, de aislamiento, de falta de predicción. Pero hay más 'jinetes del Apocalipsis' que estaban antes, que están ahora y que estarán. La intención de este artículo no es la de sembrar pánico. Todo lo contrario. Pretende únicamente que no olvidemos que hay otros enemigos fuera y que estemos atentos para que 'la actualidad' no despiste nuestra atención.

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