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La boca también se resiente debido al largo confinamiento por el covid-19
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Salud dental

La boca también se resiente debido al largo confinamiento por el covid-19

Las enfermedades de las encías pueden acarrear graves problemas de salud, como afecciones cardiovasculares. La pandemia por covid-19 también tendrá importantes secuelas en la salud oral, advierten los odontólogos

Foto: Foto: Unsplash/@larm.
Foto: Unsplash/@larm.

Tener una sonrisa bonita no es una mera cuestión de estética. Es un reflejo de cómo están de sanos la boca primero y después otros órganos (el corazón principalmente). La salud bucodental preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque 3.500 millones de personas tienen problemas relacionados con ella: la caries es el más frecuente, seguido de las enfermedades de las encías, que afectan a unos 770 millones de personas, el 10% de la población mundial.

La relación entre las bacterias de la boca implicadas en la periodontitis (enfermedad de los tejidos que sostienen al diente: encías, hueso, cemento y ligamentos de los dientes) y patologías cardiovasculares (enfermedad coronaria, infartos, ictus, etc) se conoce desde finales del siglo XX y desde entonces ha sido objeto de numerosos estudios.

Se ha descubierto un tipo de parásito que coloniza la cavidad oral, invade la mucosa y destruye las encías

Uno de los más recientes es el desarrollado por investigadores del Instituto de Ciencias Odontológicas y Craneofaciales de la Universidad de Berlín, y publicado en 'Dental Research', que ha identificado un nuevo causante de periodontitis: el parásito Entamoeba gingivalis. “Este tipo de ameba coloniza la cavidad oral, invade la mucosa y destruye el tejido gingival. Esto permite que un mayor número de bacterias colonicen el tejido huésped, lo que exacerba aún más la inflamación y la destrucción del tejido", describe el profesor Arne Schäfer, director de la investigación.

Bacterias, virus y hongos

El hallazgo se hizo en bolsas periodontales inflamadas de personas (158 con periodontitis y controles sanos) en las que los investigadores detectaron la ameba en el 80% de los pacientes con periodontitis, pero solo en el 15% de los sujetos sanos. Sus observaciones revelaron que, después de invadir las encías, los parásitos se mueven dentro del tejido, alimentándose y matando las células huésped.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Esta no es el único responsable de la enfermedad de las encías pero, según los investigadores: "E. gingivalis contribuye activamente a la destrucción celular dentro del tejido gingival”, e, insisten, en que "este parásito, que se transmite por simple infección de gotitas, es una causa potencial de inflamación oral grave".

El profesor David Herrera, de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, considera que es prematuro hablar del papel de esa ameba en la patología de las encías. “Bajo las mismas (entre ella y el diente) y, en general, en toda la boca, viven millones microorganismo con una altísima variedad de especies (hasta 800 diferentes), entre las que las bacterias son, con mucha diferencia, las más abundantes, pero también hay virus y hongos, y en menor medida, amebas o protozoos”, explica a Alimente.

“Nuestra boca entra en contacto con muchísimas fuentes de microorganismos cada día y a lo largo de nuestra vida (al beber, al comer, al besar…), y algunos de ellos colonizan, de manera temporal o permanente, nuestra boca. Eso no significa que causen ninguna patología”, matiza este profesor de Periodoncia y patrono de la Fundación SEPA (Sociedad Española de Periodoncia).

Sin restar un ápice de interés al trabajo del equipo de Berlín, la trascendencia está en que podría mejorar los resultados de los tratamientos actuales de la periodontitis, una hipótesis que se intenta verificar en un ensayo clínico. Sobre este punto, Herrera advierte que no hay trabajos relevantes sobre cómo eliminarla, aunque “se ha sugerido que el antibiótico metronidazol,, que también actúa como agente antiparasitario, podría erradicar E. gingivalis”.

Enemigos de las encías

Todos los descubrimientos relacionados con las enfermedades de las encías son bien recibidos, tanto por la gran proporción de personas que las sufren (uno de cada tres españoles) como por las consecuencias que pueden tener. La gingivitis solo afecta a la encía, que se inflama por la presencia de bacterias en la placa dental. “Si se elimina con una limpieza de boca profesional y con las medidas de higiene bucodental adecuadas, desaparece la inflamación y se vuelve a la situación inicial”, afirma el especialista.

Sin embargo, en la periodontitis se inflaman todos los tejidos que sujetan a los dientes, se van destruyendo y termina en la pérdida de estos. En el proceso influye la susceptibilidad individual (factores genéticos) pero también el estilo de vida, donde el tabaquismo, el consumo de alcohol y la dieta son factores de riesgo reconocidos. “La carencia de determinados micronutrientes (por ejemplo, la vitamina C) puede favorecer la presentación de problemas periodontales -apunta Herrera-, mientras que otros podrían ser protectores, como los arándanos, los ácidos grasos omega 3 e incluso los flavonoides del vino tinto”.

Huellas del covid-19

Todo lo anterior sucede en condiciones de vida normales, pero que siete semanas de confinamiento van a tener consecuencias en nuestro organismo es algo que nadie duda, y la boca está en primera línea: “Tanto los hábitos dietéticos -picoteos frecuentes y no siempre saludables- como la falta de actividad física y, seguramente, peores cuidados personales van a influir en la salud bucodental en general y en la de las encías en particular. A eso se une la falta de atención profesional bucodental, porque a las clínicas de odontología solo se les permite atender urgencias”.

placeholder Foto: Unsplash/@quangtri.
Foto: Unsplash/@quangtri.

Dos meses son, según los especialistas, mucho tiempo de retraso para atender problemas que con una detección y tratamiento tempranos se resuelven satisfactoriamente, pero al posponer la atención pueden derivar en problemas relevantes.

Desde que irrumpió el SARS-CoV-2 hace cuatro meses ya ha dado muestras de la enorme heterogeneidad de síntomas que puede causar. Aunque los más habituales son tos, fiebre y, en casos graves, las características neumonías bilaterales, hay otras manifestaciones que se van aceptando como propias de la infección, desde lesiones cutáneas (urticarias, sabañones), oculares (conjuntivitis), trastornos de la coagulación y las alteraciones del gusto y el olfato. ¿La infección también se muestra en la boca? El odontólogo Héctor Rodríguez, experto en periodoncia, comenta que “los hallazgos sobre cambios olfativos y gustativos son, por ahora, lo único que relaciona covid-19 y la cavidad oral, y las personas que la hayan tenido deben informar a los dentistas previamente a la cita para que puedan seguir los protocolos establecidos por el Consejo General de Dentistas”.

Tener una sonrisa bonita no es una mera cuestión de estética. Es un reflejo de cómo están de sanos la boca primero y después otros órganos (el corazón principalmente). La salud bucodental preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque 3.500 millones de personas tienen problemas relacionados con ella: la caries es el más frecuente, seguido de las enfermedades de las encías, que afectan a unos 770 millones de personas, el 10% de la población mundial.

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