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Las estatinas y el dolor muscular: cuando la cura es lo peor
  1. Bienestar
puede llegar a ser muy intenso

Las estatinas y el dolor muscular: cuando la cura es lo peor

Es un medicamento que ha salvado millones de vidas a lo largo y ancho del planeta. La parte mala es que sus efectos secundarios pueden hacer muy complicada la vida de aquellos que se ven obligados a tomarlo

Foto: Foto: iStock.
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La inmensa mayor parte de nuestros órganos son absolutamente fundamentales, pero es innegable que desde hace milenios el corazón ha tenido una relevancia, al menos desde un punto de vista cultural, mayor que el de cualquier otro. Es el que determina si estamos vivos o no y, a pesar de que la ciencia médica ha avanzado lo suficiente como para permitirnos vivir sin él, aunque solo sea durante un corto periodo de tiempo, sigue siendo el buque insignia de nuestra anatomía.

Al mismo tiempo, que sea fundamental también es algo malo, pues debemos tener en cuenta que la primera causa de muerte en el mundo son las enfermedades cardiovasculares. Es un órgano que trabaja sin descanso toda nuestra vida. Con una media de 75 latidos por minuto, al final de nuestros días se habrá contraído, aproximadamente, 3.285.935.100 veces, según datos de la Fundación Española del Corazón. Eso sí que es una máquina fiable. Dicho de otro modo: es mejor que el perfecto reloj suizo jamás hecho.

"Sabemos que reducir tus niveles de colesterol es la llave para disminuir el riesgo de ataque al corazón o infarto"

Pero uno de los mayores enemigos de nuestro sistema cardiovascular es el colesterol. Este puede acumularse en el interior de nuestras arterias (generando ateromas). Suertudos nosotros: en 1971 se descubrió la existencia de sustancias capaces de unirse al colesterol y eliminarlo. Así nacieron las primeras estatinas, uno de los medicamentos más recetados del mundo. Y esto no es de extrañar dado que, según datos del estudio ENRICA, realizado por los doctores José Ramón Banegas, de la Universidad Autónoma de Madrid y su equipo del CIBER, un 50,5% de la población adulta española padece hipercolesterolemia. Las estatinas son más que importantes para tratar esta enfermedad, pero tienen diversos efectos secundarios. Uno de ellos, el más común y el que hace que mucha gente no tome las dosis necesarias o, directamente, no las ingiera en absoluto, es la mialgia; o dicho de otro modo, el dolor muscular.

placeholder Foto: Unsplash/@dulgier.
Foto: Unsplash/@dulgier.

Ahora, un grupo de investigadores del Imperial College de Londres ha dado con una molécula igualmente efectiva para bajar los niveles de colesterol de los pacientes que padecen esta enfermedad, pero con muchos menos efectos secundarios, entre los que no se encuentra la mialgia.

Pero pongamos las cosas en contexto. ¿Por qué es peligroso el colesterol? ¿No había uno bueno? Aunque no son los únicos, existen dos tipos principales de estas proteínas, el LDL o de baja densidad y el HDL, de alta densidad. Este último se encarga de recoger moléculas de lípidos esparcidas por el cuerpo y llevarlas al hígado para que sean metabolizadas y posteriormente eliminadas. El primero, en cambio, hace lo opuesto: 'atrapa' los lípidos y los reparte por el cuerpo. Uno de los mayores problemas que presenta es que uno de los principales lugares donde los deposita es el interior de nuestras arterias. Aunque no es recomendable que esto ocurra en ningún vaso sanguíneo de nuestro cuerpo, en los de mayor tamaño no es un problema (a no ser que se rompa este ateroma), pero en los más pequeños, como las arterias coronarias, encargadas de suministrar sangre al propio músculo cardiaco, sí que representan un peligro importantísimo. Como afirma uno de los autores principales del estudio, el profesor Kausik Ray: "Sabemos que reducir los niveles de colesterol es la llave para disminuir el riesgo de ataque al corazón o infarto, sobre todo si ya has estado diagnosticado con una enfermedad cardiovascular".

Si las estatinas funcionan, ¿por qué cambiar?

El nuevo fármaco, cuya molécula se llama en inglés 'bempedoic acid', ha sido probado durante los últimos años en 2.200 pacientes con hipercolesterolemia. Este estudio al que fueron sometidos los sujetos no solo demostró que la medicina era efectiva, sino también que era segura. Mucho más que las famosas estatinas, al carecer del efecto secundario principal de estas: la debilidad y el dolor muscular. Como explica el profesor Sir Nilesh Samani, director médico de la Fundación Británica del Corazón, "este nuevo fármaco puede proporcionar muchos beneficios a la poca gente que no puede tomar las estatinas".

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Foto: Unsplash/@hush52.

Esto nos lleva irremediablemente a otra pregunta: ¿solo representa una ventaja para aquellos desafortunados que no pueden tomar el fármaco original? La respuesta es buena y contundente: no. Resulta que el nuevo fármaco se puede combinar con las estatinas de toda la vida (que todavía se siguen investigando por múltiples farmacéuticas a lo largo y ancho del mundo). El doctor Sir Nilesh Samani asegura: "Las estatinas hacen un gran trabajo bajando el colesterol, pero el nuevo producto se podría utilizar combinado con ellas como tratamiento adicional para conseguir los niveles de colesterol correctos".

Las industrias médica y farmacéutica tienen sus más y sus menos con la sociedad, de eso no hay duda, pero también proporcionan un servicio innegable y más que valioso a aquellos que más están sufriendo.

La inmensa mayor parte de nuestros órganos son absolutamente fundamentales, pero es innegable que desde hace milenios el corazón ha tenido una relevancia, al menos desde un punto de vista cultural, mayor que el de cualquier otro. Es el que determina si estamos vivos o no y, a pesar de que la ciencia médica ha avanzado lo suficiente como para permitirnos vivir sin él, aunque solo sea durante un corto periodo de tiempo, sigue siendo el buque insignia de nuestra anatomía.