La medicina capaz de corregir tus genes y evitar el intestino permeable
Aunque las causas no están del todo claras todavía, es una enfermedad capaz de empeorar sobremanera la calidad de vida de los que la padecen. La muralla que debería protegernos se llena de agujeros y no nos defiende de nada
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El intestino, por complicado e intrincado que pueda parecer, es un gran filtro. Está diseñado para dejar pasar lo bueno y parar lo malo. Por supuesto, sus funciones van más allá de esta breve descripción y su complejidad es tremendamente notable. Pero, a grandes rasgos, eso es lo que es.
Dado que es un órgano de nuestro cuerpo con tanto trabajo diario, expuesto a agentes externos de forma continua que pueden poner en peligro su funcionalidad, también es de los que más se estropean.
El intestino se llena de agujeros, dejando pasar a la sangre cosas que nunca deberían entrar ahí
Prácticamente, el 100% de la población ha sufrido algún tipo de enfermedad gastrointestinal, desde cortes de digestión a gastroenteritis o intoxicaciones alimentarias. En la mayor parte de los casos, todo se acaba arreglando ya sea gracias al paso del tiempo o a la utilización de medicamentos.
Pero hay otras enfermedades gastrointestinales que sí ponen en serio peligro el bienestar de las personas que las padecen y, en ocasiones, su vida. Algunas de las más populares son las enfermedades inflamatorias intestinales, entre las que destacan la de Crohn y la colitis ulcerosa. Pero en los últimos años se ha empezado a diagnosticar una nueva patología llamada síndrome del intestino permeable. Esta se caracteriza por una alteración en la pared intestinal que permite que determinadas sustancias que no deberían atravesarla lo hagan. Estas pueden ser tanto toxinas como algunos microorganismos patógenos (o que en el interior de nuestro intestino no son malas para nosotros, pero cuando llegan al torrente sanguíneo, sí).
Los síntomas asociados a esta enfermedad son la cefalea, el cansancio, la diarrea, la hinchazón abdominal, diversas intolerancias alimentarias, la dificultad para bajar de peso y el dolor articular. El descubrimiento de este síndrome es relativamente nuevo, tanto las causas como el tratamiento de la enfermedad están todavía en entredicho.
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Una de las teorías que tienen más fuerza es la que habla de la implicación de un factor genético en el desarrollo de una pared intestinal porosa. Por otra parte, se ha relacionado el desarrollo del síndrome de permeabilidad intestinal con los niveles muy elevados de estrés, lo que significaría que la enfermedad podría ser un síntoma físico de una enfermedad psicológica.
Como explican desde el CMED, la lucha contra esta enfermedad se basa en la reducción de los niveles de estrés, el consumo de probióticos naturales como el yogur o el kéfir, una alimentación con niveles muy altos de zinc y aminoácidos como la arginina o la glutamina, y evitar determinados productos como el café, el té, las bebidas alcohólicas, las bebidas con gas o los medicamentos que afectan a la mucosa intestinal.
Por supuesto, es absolutamente necesario el diagnóstico y la supervisión por parte de un médico especializado a la hora de hacer frente a esta patología.
La parte buena es que la ciencia es absolutamente imparable. Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de California en Riverside ha descubierto que un medicamento aprobado por la FDA estadounidense y utilizado para tratar la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide es capaz de reparar los defectos intestinales que convierten a este órgano en permeable.
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El medicamento en cuestión, llamado tofacitinib, es capaz de reparar las células de la mucosa intestinal cuyo deterioro se debe a una mutación del gen PTPN2. Es el mencionado deterioro el que permite que elementos que circulan por el interior de intestino atraviesen la barrera intestinal y entren en nuestro torrente sanguíneo provocando los síntomas anteriormente mencionados.
Todavía es necesaria mucha más investigación al respecto dado que, por ejemplo, este estudio solo se ha realizado en animales y las causas y mecanismos que convierten a la permeabilidad intestinal en un riesgo de salud tan importante como lo es hoy en día (aproximadamente una entre 360 personas lo padecen) son, en gran medida, desconocidas. Como siempre, es necesaria mucha más investigación, pero vamos por buen camino.
El intestino, por complicado e intrincado que pueda parecer, es un gran filtro. Está diseñado para dejar pasar lo bueno y parar lo malo. Por supuesto, sus funciones van más allá de esta breve descripción y su complejidad es tremendamente notable. Pero, a grandes rasgos, eso es lo que es.