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Nuestra memoria espacial prioriza los alimentos más calóricos
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RASGO PROVENIENTE DE NUESTROS ANCESTROS

Nuestra memoria espacial prioriza los alimentos más calóricos

Esta no se vio afectada por el hecho de que los alimentos fueran dulces o salados o por cuánto les gustaba a los participantes cada muestra

Foto: Los perritos tradicionales tienen exceso de calorías y grasas. (iStock)
Los perritos tradicionales tienen exceso de calorías y grasas. (iStock)

Un curioso estudio nos da idea de cómo nuestro cerebro prioriza los alimentos más calóricos sobre el resto, algo que habría ayudado a nuestros ancestros ante épocas de ausencia de alimentos, pero que ahora puede debilitar nuestro proceso de adelgazamiento.

Según esta investigación, publicada en la revista científica 'Scientific Reports', los seres humanos recuerdan con más precisión los lugares donde se encuentran los alimentos ricos en calorías que los bajos en calorías.

Rachelle de Vries, de la Wageningen University & Research (Países Bajos), y sus colegas midieron la memoria de localización de los alimentos al pedir a 512 participantes que siguieran una ruta fija alrededor de una habitación que contenía, colocados en diferentes lugares, ocho muestras de comida u ocho algodones con aroma a alimentos.

Sesgo atávico

Cuando los participantes llegaban a una muestra, probaban la comida u olían la almohadilla de algodón y calificaban cuánto les gustaba.

Este sesgo podría haber ayudado a los ancestros humanos a sobrevivir en entornos con una escasa disponibilidad de alimento

Las muestras de alimentos y olores incluían manzana, patatas fritas, pepino y brownie de chocolate. A continuación se pidió a los participantes que indicaran la ubicación de cada alimento o muestra de olor de alimentos en un mapa de la sala.

Los participantes fueron más precisos, en torno a un 30% más, en la ubicación correcta tanto de los olores como de los alimentos altos en calorías.

placeholder La comida con muchas calorías suele gustarnos más que la que no. (iStock)
La comida con muchas calorías suele gustarnos más que la que no. (iStock)

Según publica 'Neuroscience News', la memoria espacial no se vio afectada por el hecho de que los alimentos fueran dulces o salados o por cuánto les gustaba a los participantes cada muestra.

El mapeo general de los alimentos fue 243% más preciso cuando se presentaron a los participantes solo muestras de alimentos en lugar de algodones con olor a comida.

Los hallazgos indican que la memoria espacial humana está sesgada hacia la localización de alimentos de alto contenido calórico. Este sesgopodría haber ayudado a los ancestros humanos a sobrevivir en entornos con una escasa disponibilidad de alimentos, permitiéndoles localizar eficientemente los alimentos con alto contenido calórico a través de la búsqueda de alimentos, según los autores.

Un curioso estudio nos da idea de cómo nuestro cerebro prioriza los alimentos más calóricos sobre el resto, algo que habría ayudado a nuestros ancestros ante épocas de ausencia de alimentos, pero que ahora puede debilitar nuestro proceso de adelgazamiento.

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