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Si tienes el hígado graso, eres mucho más vulnerable al covid-19
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Más riesgo

Si tienes el hígado graso, eres mucho más vulnerable al covid-19

Es un problema muy habitual que afecta al 25% de la población y, además, se acompaña de obesidad, lo que dispara el peligro de enfermar por el nuevo coronavirus. Una nueva investigación encuentra la clave de esa propensión a infectarse

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

La pandemia de covid-19 no da tregua, y ya suma más de 40 millones de infectados en todo el mundo y 1,1 millones de fallecidos. El final de esta crisis parece que está, en el mejor de los casos, a muchos meses vista. Por ello, y a falta de vacunas y tratamientos altamente eficaces, lo que mejor funciona es protegerse, con la ya célebre regla de las 3C de la OMS (evitar espacios cerrados, concurridos y los contactos), a la que el Ministerio de Sanidad de España suma la de las 3M: mascarillas, lavado de manos y 1,5 metros de distancia. Estas son las directrices que debemos cumplir toda la población.

La obesidad de grado I aumenta un 27% el riesgo de morir por covid y si hay también daño hepático, el pronóstico es peor

Ahora bien, paralelamente, los científicos trabajan en identificar factores de riesgo que hacen a quienes los presentan más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2 y también a desarrollar más complicaciones. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) ha elaborado una lista de enfermedades que predisponen a padecer covid-19 grave, entre las que aparece la diabetes tipo 2 (que tienen 5 millones de personas en España), obesidad (el 25% de la población es obesa) y enfermedades hepáticas, entre otras situaciones.

Puerta de entrada

Un equipo multicéntrico español, con participación internacional, ha publicado en el 'Journal of Hepatology' una investigación que ha encontrado que los pacientes con obesidad e hígado graso con inflamación tienen más riesgo de padecer complicaciones tras la infección por coronavirus SARS-CoV-2. En España, la mortalidad por covid-19 varía entre el 2% y el 6%, pero la obesidad está detrás del 75% de pacientes con formas graves de la enfermedad e incrementa el riesgo de muerte un 27% en obesidad de grado I (IMC entre 30 y 35) y se duplica para IMC superiores a 40, describe un trabajo publicado en el 'British Medical Journal', un dato al que se suma el que un porcentaje alto de pacientes presenta algún tipo de fallo hepático, lo que incrementa aún más su vulnerabilidad.

placeholder Atención a enfermo de covid-19. (EFE)
Atención a enfermo de covid-19. (EFE)

La enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta a más del 25% de la población adulta y es la principal causa de enfermedad hepática crónica (también de cirrosis y cáncer de hígado en los países desarrollados), además de estar asociada a obesidad. El estudio del 'Journal of Hepatology', liderado por Rubén Nogueiras, investigador del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la Universidade de Santiago de Compostela (CiMUS y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición-CIBEROBN), y Malu Martínez Chantar (CIC bioGUNE y CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas, CIBEREHD), ha demostrado que los pacientes con obesidad y EHGNA con inflamación (una fase más avanzada) tienen elevada la expresión de la enzima ACE2 (el receptor celular del virus) y de la molécula Tmprss2, que facilita la unión de las membranas del virus y la célula. “Estos pacientes presentan, por lo tanto, una maquinaria de entrada del virus muy eficaz, aumentando su vulnerabilidad en caso de infección”, aseguran los doctores Nogueiras y Martínez Chantar.

Por el contrario, en este mismo trabajo se ha identificado que esta maquinaria de entrada del virus no está acelerada en pacientes con obesidad y esteatosis (un estadio más leve que la enfermedad hepática) ni en pacientes con obesidad y diabetes tipo 2, que también están muy ligadas a la infección por el nuevo coronavirus.

Implicaciones prácticas

Las posibles implicaciones clínicas de estos hallazgos se basan en que "sientan las bases para entender por qué los pacientes con patología hepática presentan una mayor susceptibilidad a la infección por Sars-CoV-2, así como un peor pronóstico tras la infección", explica a Alimente María J. González-Rellán, coautora del artículo. "Nuestro ánimo es que este conocimiento permita empezar a explorar posibles medidas de profilaxis y tratamiento adaptado a pacientes con estas características, actualmente inexistentes. Por el momento, una mayor conciencia sobre el riesgo que corre este grupo de personas puede ayudar a prevenir situaciones de contagio", subraya.

Foto: Foto: Unsplash/@nci.

Para contextualizar la importancia de este estudio, la investigadora apunta que de ese 25% de población que tiene EHGNA, "más del 10% progresa hacia una etapa más severa, conocida como esteatohepatitis". Lo preocupante es que esa cifra puede ser aún superior, ya que hay muchos afectados que lo desconocen. La explicación es, detalla González-Rellán, que "el hígado es un órgano con una gran capacidad de regeneración y actividad metabólica. Estas características hacen que hasta que la funcionalidad del hígado no se reduce hasta un 20-30%, muchos de los síntomas pasan desapercibidos para los pacientes, lo que dificulta un diagnóstico temprano de la enfermedad".

Es cierto que el nuevo artículo aclara que la gravedad de las consecuencias por covid-19 se ha encontrado en personas con la enfermedad hepática avanzada. Sin embargo, "aportamos otro dato muy importante, que es que existe una correlación positiva entre el grado de daño en el hígado y la susceptibilidad a ser infectado. Ello implica que el simple hecho de no tener un hígado sano ya puede ser un condicionante para el desarrollo de la enfermedad, incluso en etapas tempranas", advierte la científica del CiMUS.

La pandemia de covid-19 no da tregua, y ya suma más de 40 millones de infectados en todo el mundo y 1,1 millones de fallecidos. El final de esta crisis parece que está, en el mejor de los casos, a muchos meses vista. Por ello, y a falta de vacunas y tratamientos altamente eficaces, lo que mejor funciona es protegerse, con la ya célebre regla de las 3C de la OMS (evitar espacios cerrados, concurridos y los contactos), a la que el Ministerio de Sanidad de España suma la de las 3M: mascarillas, lavado de manos y 1,5 metros de distancia. Estas son las directrices que debemos cumplir toda la población.

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