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La fórmula para reducir la propagación del covid en el dentista
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Medidas de seguridad

La fórmula para reducir la propagación del covid en el dentista

Los investigadores han descubierto que el tipo de instrumento y el funcionamiento pueden ser claves para evitar la propagación de la enfermedad a través de aerosoles

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A pesar de ser una enfermedad nueva, existen ya algunas evidencias sobre cómo se transmite el coronavirus, la tasa de letalidad que tiene y el periodo de incubación. Todos los estudios que se han llevado a cabo han confirmado que son dos las principales vías de transmisión: a través de gotitas respiratorias (denominadas gotas de Flügge) y a través de transmisión por contacto directo (superficies contaminadas, manos, etc).

En cuanto al periodo de incubación, se sabe que tiene un promedio de 5-6 días, aunque existe evidencia científica de que en algunos casos se ha llegado a prolongar hasta los 14. La tasa de letalidad de esta enfermedad varía entre el 0,4% y el 4% dependiendo de la zona de infección.

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Teniendo en cuenta estos datos, la odontología se ha convertido en una práctica de riesgo en esta pandemia. Por este motivo, los dentistas han tenido que incorporar algunas medidas de seguridad para evitar el aumento de contagios en las consultas.

Seguridad en el dentista frente a los aerosoles

Los procedimientos que se llevan a cabo en el dentista pueden aumentar el riesgo de transmisión viral porque se utilizan instrumentos como materiales rotatorios de alta velocidad o aparatos ultrasónicos que generan aerosoles, es decir, las partículas que surgen cuando se mezcla la saliva (u otras secreciones) con el agua y el aire.

“Estos aerosoles, además de poder ingresar por vía respiratoria, se depositan en las superficies, en la mascarilla, ropa de trabajo, manos, pudiendo ser una fuente de contaminación. Debido a ello, las medidas estándares no son suficientemente efectivas para prevenir la diseminación del covid-19”, como se desprende del 'Informe técnico II. Desafíos emergentes del coronavirus en clínica dental', publicado por el Consejo General de Dentistas de España.

En este sentido, un grupo de investigadores del Imperial College London y del King's College London han medido, usando cámaras de alta velocidad y láseres, el nivel de aerosoles que se generan durante los procedimientos dentales como la eliminación de caries, la aplicación y el pulido de empastes y el ajuste de prótesis, y han sugerido cambios para mejorar la seguridad tanto de los pacientes como del personal de los consultorios dentales.

El taladro

En este estudio se sugiere que los dentistas deben evitar el uso de taladros dentales que utilizan la mezcla del aire y agua, y en el caso de usarlos, deben controlar la velocidad de rotación. Se han identificado parámetros que permitirían que algunos procedimientos como los empastes dentales se realicen produciendo 60 veces menos gotas de aerosol que los instrumentos convencionales.

"Los aerosoles son una ruta de transmisión conocida para el virus que está detrás del covid-19, así que hemos probado soluciones que reducen la cantidad de aerosoles producidos en primer lugar. Esto podría ayudar a reducir el riesgo de transmisión durante los procedimientos dentales", explica el autor principal, el Dr. Antonis Sergis, del Departamento de Ingeniería Mecánica del Imperial.

Por su parte, el coautor de la investigación, el profesor Owen Addison, de la Facultad de Odontología y Ciencias Orales y Craneofaciales del King's College de Londres, asegura: "Este importante trabajo describe los mecanismos básicos que conducen a las características de los aerosoles dentales que actualmente consideramos de alto riesgo. Aunque no podemos ofrecer todos los procedimientos, porque la desaceleración de nuestros taladros es mucho menos eficiente, ahora tenemos la base para hacer más de lo que hemos hecho en los últimos 6 meses".

Los resultados, publicados en el 'Journal of Dental Research', ya están siendo incluidos como evidencia en las guías para las prácticas dentales en el Reino Unido durante la pandemia. Esta investigación en colaboración utilizó la experiencia en ingeniería del Imperial y la experiencia clínica de dicha Facultad.

Un mililitro de saliva = 120 millones de copias de virus

Descubrieron que el uso de los taladros de turbina de aire, que son el tipo más común de taladro dental, crea densas nubes de gotas de aerosol que se propagan a una velocidad de hasta 12 metros por segundo y pueden contaminar rápidamente toda una sala de tratamiento. Solo un mililitro de saliva de pacientes infectados contiene hasta 120 millones de copias del virus, cada una de ellas con capacidad de infectar.

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Probaron un tipo diferente de taladro, conocido como micromotor eléctrico de alto par, con y sin el uso de corrientes de agua y aire. Encontraron que el uso de este tipo de taladro a bajas velocidades de menos de 100.000 rpm sin corrientes de aire producía 60 veces menos aerosoles que los tipos de taladro con turbina de aire.

Por otro lado, los investigadores han encontrado otros factores que fomentan la concentración y propagación del virus, y que estas dependen de la posición del paciente, la presencia de sistemas de ventilación y el tamaño y la geometría de la habitación. También influyen la dirección y velocidad iniciales del propio aerosol, que pueden verse afectadas por el tipo de instrumento de corte (rebaba) y la cantidad y el tipo de agua de refrigeración utilizada.

A pesar de ser una enfermedad nueva, existen ya algunas evidencias sobre cómo se transmite el coronavirus, la tasa de letalidad que tiene y el periodo de incubación. Todos los estudios que se han llevado a cabo han confirmado que son dos las principales vías de transmisión: a través de gotitas respiratorias (denominadas gotas de Flügge) y a través de transmisión por contacto directo (superficies contaminadas, manos, etc).

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