Las mejores plantas naturales para cuidar nuestro hígado
Este órgano es uno de los más perjudicados por los excesos gastronómicos y tiene que hacer un trabajo extra para eliminar toxinas. Lo positivo es que en la despensa hay remedios que pueden ayudarle en la tarea
Poco se habla de la importancia que tiene el hígado para las más de 500 funciones que desempeña dentro de nuestro organismo, por lo menos que se sepan hasta el momento. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por él. Se encarga de procesarla, separar sus componentes y liberar los nutrientes.
Además, es el encargado de la producción de la bilis -que ayuda a transportar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino delgado durante la digestión-, de la fabricación de ciertas proteínas, del colesterol, de convertir el exceso de glucosa en glucógeno, del almacenamiento y de la regulación de los niveles de aminoácidos en la sangre, entre otras funciones.
Con los excesos, el hígado es uno de los órganos que más perjudicado sale, ya que tiene que trabajar duramente para eliminar las toxinas causadas por los dulces, grasas y alcohol que ingerimos en cantidades fuera de lo normal.
Para aliviar el maltrato hepático, Alimente ofrece una lista de los mejores extractos de plantas que han demostrado ser de gran ayuda para mejorar la salud del hígado, eso sí, siempre teniendo en cuenta la opinión de un profesional y la interacción que estas plantas puedan tener con algunos medicamentos.
Cardo mariano, para proteger
Casi 2.000 años (desde la época grecorromana) avalan la efectividad de la silimarina o cardo mariano para tratar afecciones hepáticas (como hepatitis o cirrosis) y biliares por sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antiproliferativos e inmunomoduladores. De hecho, es uno de los 10 productos naturales más populares entre la sociedad occidental, y es la medicina botánica más consumida en pacientes con hepatitis C crónica.
En revisiones científicas, la experiencia clínica con silibina (su principal constituyente activo) se relaciona principalmente con sus propiedades como agente desintoxicante y como compuesto hepatoprotector en diferentes enfermedades hepáticas agudas y crónicas.
Los estudios demuestran que la acción antioxidante de la silimarina estimula la regeneración del tejido hepático
El principio activo del cardo mariano es la silimarina, una mezcla compleja de flavonolignanos. Los estudios demuestran que la acción antioxidante de la silimarina estabiliza las membranas celulares, estimula las vías de desintoxicación, promueve la regeneración del tejido hepático e inhibe el crecimiento de ciertas líneas celulares cancerosas.
En este sentido, otro estudio indicó que los pacientes con hepatitis C crónica que recibieron silimarina (650 mg/día) durante 6 meses, mejoraron “el título de ARN-VHC sérico, las aminotransferasas séricas (ALT, AST), la fibrosis hepática y su calidad de vida”.
Ginseng, antioxidante natural
Esta planta se utiliza mucho en la medicina tradicional china como un potente antioxidante y para reducir la fatiga. El ginseng rojo coreano y sus ginsenósidos asociados se han relacionado con diversos beneficios inmunológicos; actividades antineoplásicas, neuroprotectoras y hepatoprotectoras y antidiabético, antiestrés, antiinflamatorias, antihiperlipidémicas y antioxidantes.
Además, en una revisión se analizaron sus efectos en el contexto de la enfermedad hepática crónica, una afección que incluye la enfermedad del hígado graso no alcohólico, enfermedad hepática alcohólica, hepatitis viral crónica y el virus de la hepatitis C, y se confirmaron sus beneficios.
Uno de los últimos estudios, publicado por investigadores coreanos, que se llevó a cabo en 51 hombres con niveles altos de un marcador que se corresponde con el daño hepático, encontró que aquellos que tomaron tres gramos de extracto de ginseng por día durante 12 semanas experimentaron reducciones significativas de este marcador (llamado alanina transaminasa), en comparación con un placebo. También se redujeron los niveles de otro marcador característico del daño hepático que se llama gamma-glutamil transferasa.
La suplementación con extracto de raíz de regaliz redujo significativamente los marcadores del daño hepático en comparación con placebo
A pesar de estas evidencias, esta planta puede interactuar con otros medicamentos lo que puede causar daño hepático, así que siempre es importante tener en cuenta la opinión de un experto.
Té verde, para el hígado graso
La Universidad Estatal de Pensilvania publicó un estudio en el que se comprobó que la combinación del extracto de té verde y el ejercicio reducían la gravedad de la enfermedad del hígado graso relacionada con la obesidad en un 75% en ratones alimentados con una dieta alta en grasas.
En otra investigación en 80 personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico se vio cómo la suplementación con 500 mg de extracto de té verde por día durante 90 días redujo significativamente los marcadores de daño hepático. También se ha demostrado que la ingesta de té verde protege contra diversas afecciones hepáticas, como cáncer de hígado, hepatitis, cirrosis, hígado graso (esteatosis hepática) y enfermedad hepática crónica, aunque se necesita más investigación.
Regaliz, para liberarlo de toxinas
El regaliz tiene efectos antiinflamatorios, antivirales y protectores del hígado, avalados en diferentes estudios científicos. Es efectivo en la protección del hígado, ya que lo ayuda a liberarse de las sustancias tóxicas. Además previene y mejora la cirrosis, y la hepatitis B. También ayuda en la descongestión hepática, aunque tradicionalmente se ha utilizado como laxante suave, antitusivo, expectorante y para otras patologías como úlceras pépticas, asma, faringitis, malaria, dolor abdominal, insomnio e infecciones.
En una revisión se concluyó que la curcumina es capaz de proteger y tratar enfermedades hepáticas y de alterar diferentes vías celulares
Un estudio en 66 personas con enfermedad del hígado graso encontró que la suplementación con dos gramos al día de extracto de raíz de regaliz durante dos meses redujo significativamente los marcadores del daño hepático en comparación con un tratamiento con placebo. A pesar de los resultados, los investigadores insisten en que hacen falta más estudios y que se deben tener en cuenta algunos de los efectos secundarios en personas sensibles al regaliz, como el aumento de la tensión arterial.
Cúrcuma, hepatoprotector natural
La cúrcuma y su principal componente activo, la curcumina, se han relacionado con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas. El estrés oxidativo se ha considerado un factor clave que causa el daño hepático inducido por una variedad de agentes, incluidos el alcohol y los componentes dietéticos, entre otros, que a su vez resulta en la progresión de enfermedades hepáticas.
Según una revisión, la curcumina es capaz de proteger y tratar enfermedades hepáticas y de alterar diferentes vías celulares. “Esta sustancia induce la expresión de hemo oxigenasa-1 que escinde el hemo y produce CO, biliverdina y bilirrubina y otras moléculas antioxidantes. Con respecto a los efectos informados sobre las respuestas celulares, la curcumina inhibe la activación y proliferación de las HSC, lo que conduce a una disminución en la producción de colágeno de la matriz extracelular y protege al hígado de la fibrogénesis”, explica el estudio.
Poco se habla de la importancia que tiene el hígado para las más de 500 funciones que desempeña dentro de nuestro organismo, por lo menos que se sepan hasta el momento. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por él. Se encarga de procesarla, separar sus componentes y liberar los nutrientes.