La vitamina C es una ayuda útil para prevenir y tratar el covid-19
El ácido ascórbico ha demostrado su eficacia para reducir la duración y gravedad de los catarros. Ahora confirma su utilidad frente a la infección (y la gravedad) por coronavirus. La clave: su poder antioxidante, antiinflamatorio e inmunomodulador
El consumo de vitaminas y suplementos nutricionales crece de año en año desde 2015. El interés por el autocuidado de la salud fue el detonante y la irrupción del SARS-CoV-2 ha consolidado la demanda. El objetivo es fortalecer nuestra inmunidad para protegernos de la potencial infección por coronavirus. La llegada de diferentes vacunas supone, sin duda, una enorme esperanza, pero hasta que se alcance la llamada inmunidad de rebaño, y ya inmersos en la tercera ola de covid-19, son muchas las personas que buscan ‘el mejor suplemento o vitamina’ para prevenir la enfermedad.
Y no son solo ciudadanos de a pie; los médicos también necesitan conocer la evidencia científica que existe en torno a la eficacia de fármacos, vitaminas y otras moléculas para atajar el covid-19.
La clave del potencial del ácido ascórbico está en sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomuduladoras
La vitamina D es una de las más reconocidas para este fin, como han descrito en Alimente nuestros expertos. Pero no es la única opción. La vitamina C, un nutriente esencial, es un excelente aliado para prevenir la infección, mejorar la enfermedad y como terapia complementaria en los pacientes ingresados en cuidados intensivos.
La clave de todo ese potencial se encuentra en las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras del ácido ascórbico.
Muchas ventajas, pocos inconvenientes
Estas afirmaciones se basan en los hallazgos que arroja una revisión de la literatura científica sobre los efectos de la vitamina C en infecciones respiratorias y covid-19, realizada por un equipo de investigadores británicos (incluidos de la Universidad de Oxford), estadounidenses y neozelandeses, un trabajo independiente que no ha recibido financiación externa.
Los autores explican que la evidencia disponible hasta este momento indica que la vitamina C oral (2 a 8 g al día) puede reducir la incidencia y la duración de las infecciones respiratorias, y “la vitamina C intravenosa (6 a 24 g al día) ha demostrado reducir la mortalidad, las hospitalizaciones y el tiempo de ventilación mecánica en infecciones respiratorias graves”, si bien admiten que son necesarios, “con urgencia”, más ensayos que avalen los hallazgos.
Dado su perfil de seguridad favorable, su bajo coste y que es frecuente que los pacientes con infecciones respiratorias graves presenten niveles bajos de ácido ascórbico, los investigadores proponen evaluar el estado de vitamina C de los pacientes y “tratarlos en consecuencia con la administración intravenosa en las UCI y la administración oral en los hospitalizados con covid-19”. El beneficio es alto y el precio (efectos secundarios) es un aumento de trastornos digestivos (sobre todo diarreas).
Las cantidades diarias recomendadas de esta vitamina son 90 mg los hombres y 80 mg las mujeres (100 g de naranja tiene 50 mg, 59 mg el kiwi y 44 mg el brócoli cocido,110 crudo), aunque el Instituto Linus Pauling apuesta por llegar hasta los 400 mg en mayores de 50 años con el fin de fortalecer su sistema inmunológico. No obstante, la cantidad se puede aumentar -de manera segura- hasta los 2 o 3 gramos diarios si hay una infección viral, dado que los niveles de ácido ascórbico en sangre disminuyen rápidamente en situaciones de estrés (infecciones, traumatismos o intervenciones quirúrgicas).
Carencias confirmadas
Los autores de este trabajo, que se ha publicado en la revista ‘Nutrients', insisten en la relación que existe entre las infecciones respiratorias y las cifras de vitamina C, y apuntan que niveles más altos se asocian a una reducción del 30% del riesgo de neumonía, un hallazgo importante porque los pacientes con covid-19 grave desarrollan esta afección pulmonar.
Médicos intensivistas del Hospital Vall D’Hebrón, en Barcelona, han confirmado esa relación. En un artículo recogido en ‘Critical Care’, los especialistas informan de “niveles extremadamente bajos” de vitamina C en pacientes graves con síndrome de distrés respiratorio agudo asociado a covid-19. A pesar de que el hallazgo tiene la limitación de haberse hecho en un número pequeño de pacientes, los especialistas animan a sus colegas a medir el ácido ascórbico en los enfermos graves.
En Reino Unido, algunos hospitales han administrado un gramo de vitamina C intravenosa a enfermos de covid-19 ingresados en UCI, y la mortalidad registrada ha sido del 29%, muy inferior al 41% de todas las UCI del país informado por las autoridades sanitarias británicas.
¿Qué hace la vitamina C?
La célebre y temida tormenta de citoquinas está detrás de la mala evolución de la infección por coronavirus. En esa fase crítica, la vitamina C “contribuye a la regulación a la baja de las citocinas, protege el endotelio (la capa que recubre los vasos sanguíneos) de la lesión oxidante y tiene un papel esencial en la reparación de tejidos”, informa el artículo. Un papel que se puede explicar porque promueve al alza la expresión de proteínas antioxidantes y a la baja las citoquinas proinflamatorias. Es decir: activa unos mecanismos de defensa.
Además de este efecto, existe bastante evidencia científica de que los suplementos de vitamina C disminuyen la duración y gravedad de los catarros. Este dato es relevante en la pandemia actual porque muchos constipados están causados por coronavirus. Por ello, los autores defienden: “En el contexto del SARS-CoV-2, para reducir la conversión de una infección leve a la fase crítica de covid-19, dado el efecto de la ingesta regular de vitamina C sobre la duración y gravedad de los resfriados, sería apropiado que los pacientes con infecciones por virus respiratorios evaluaran los beneficios de la vitamina C terapéutica”.
Toda la evidencia acumulada avala la utilidad de tomar suplementos de vitamina C en estos meses críticos de pandemia, un consejo dirigido especialmente a “grupos de alto riesgo de mortalidad por covid-19 y de deficiencia de vitamina C”, enfatizan los investigadores.
Tomar suplementos es seguro debido a que la eventualidad de excederse con las dosis de ácido ascórbico son remotas al tratarse una vitamina hidrosoluble y, por tanto, se elimina por la orina. Con todo, la mejor opción es aprovechar que estamos en plena temporada de cítricos y comer varias piezas cada dia.
El consumo de vitaminas y suplementos nutricionales crece de año en año desde 2015. El interés por el autocuidado de la salud fue el detonante y la irrupción del SARS-CoV-2 ha consolidado la demanda. El objetivo es fortalecer nuestra inmunidad para protegernos de la potencial infección por coronavirus. La llegada de diferentes vacunas supone, sin duda, una enorme esperanza, pero hasta que se alcance la llamada inmunidad de rebaño, y ya inmersos en la tercera ola de covid-19, son muchas las personas que buscan ‘el mejor suplemento o vitamina’ para prevenir la enfermedad.