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Las secuelas más silenciosas y graves de un año de covid-19
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Las secuelas más silenciosas y graves de un año de covid-19

Una de cada cinco personas se quedó sin diagnosticar durante los primeros meses de la pandemia. Los expertos auguran el impacto del coronavirus en la enfermedad oncológica

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Estos son sus nombres y estas son sus vidas, y sus luchas son la representación real de la victoria contra la batalla del cáncer antes de la llegada del SARS-CoV-2. Hablamos, por ejemplo, de Pilar, mamá de Elena, que tenía seis 6 años cuando le diagnosticaron leucemia y lo superó, pero hablamos también de Alejandro (44 años), que ha pasado por un cáncer de próstata, o de María Isabel (59 años), linfoma, o el caso Miguel Ángel Montero que comenzó tras el diagnóstico de un mieloma, pero este verano cuando tuvo una recaída y se infectó de covid-19 mientras recibía tratamiento de quimioterapia, se complicó aún más retrasando su tratamiento: “Mejor no recordar esos días que fueron muy difíciles".

placeholder Miguel Ángel y el Dr. Joaquín Martínez
Miguel Ángel y el Dr. Joaquín Martínez

Tras superar el Covid y conseguir que mis niveles se estabilizarán, mi médico me recomendó entrar en un ensayo de la Unidad CRIS de Tumores Hematológicos del Hospital 12 de Octubre con el Dr. Joaquín Martínez. No lo dudé y aquí estoy con uno de los tratamientos más fáciles que he tenido, es un simple pinchazo. Es increíble, yo no daba un duro por mi vida y ahora me doy largos paseos". Su caso es, como el de los citados anteriormente, con los que que la Fundación de Investigación Cris contra el Cáncer conmemora el día de hoy. Pero queda otro gran camino por delante.

"Aunque todavía no disponemos de datos oficiales, se estima que durante la primera ola los diagnósticos pudieron reducirse en un 20%"

Los motivos: tras la llegada de covid y, como aclara Isabel Echavarría a Alimente, secretaria científica de SEOM, oncóloga médico del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, "la pandemia ha supuesto sin duda un gran impacto en lo sanitario, y ha obligado a reorganizar la asistencia sanitaria y destinar recursos al manejo de esta infección".

Por ello, en muchos casos se ha retrasado el diagnóstico del cáncer, "al haberse suspendido los programas de cribado (mama, colon, citologías…), por la dificultad para el acceso al sistema sanitario y el retraso en la realización de pruebas, así como por el miedo de los pacientes a acudir al hospital. Todo ello ha hecho que se reduzcan los diagnósticos de cáncer, y aunque todavía no disponemos de datos oficiales sobre dicho impacto, se estima que durante la primera ola los diagnósticos pudieron reducirse en hasta un 20%", agrega.

Según el documento: Impacto de la pandemia covid1-9 en personas afectadas por cáncer en España, "una de cada cinco personas se quedó sin diagnosticar durante los meses de marzo a junio de 2020. Y peor aún: "los pacientes han sufrido en sentimiento de estar solos aunque físcamente no lo estén".

Con respecto a los tratamientos, "la pandemia también ha tenido impacto en los pacientes que ya se encontraban realzándolo. Por un lado, se han retrasado cirugías, o se han escogido modalidades de tratamiento con menor riesgo de inmunosupresión y menor necesidad de acudir a los hospitales como, por ejemplo, con tratamientos orales. La asistencia en los servicios de Oncología Médica se ha mantenido, pero ha tenido que reorganizarse. Se ha priorizado la consulta telefónica siempre que no supusiera un detrimento en la calidad de la atención al paciente, y se han sopesado de forma aún más detenida de lo habitual los potenciales riesgos y beneficios de cada intervención", recuerda la doctora de la SEOM.

Qué recursos se van a necesitar

Es fundamental "que no se vuelva a paralizar la atención de patología grave no-covid, porque si no vamos a ser testigos de un aumento de la mortalidad secundaria por estas patologías. Para ello, deben garantizarse circuitos diagnósticos, quirúrgicos y terapéuticos para la atención de estos pacientes", insiste.

Desde SEOM se elaboró un documento de posicionamiento sobre la necesidad de priorizar la vacunación en pacientes oncológicos, "en el que se insiste en que los pacientes con cáncer, especialmente aquellos en tratamiento o tumores avanzados, deben ser vacunados de forma preferente. Dentro de los pacientes oncológicos, se consideran que tienen el mayor riesgo aquellos en tratamiento por cáncer de pulmón o neoplasias hematológicas", agrega.

Medidas para frenar 'la otra pandemia', la oncológica

Por todo ello defiende que es imprescindible "garantizar que se mantengan los circuitos diagnósticos, quirúrgicos y terapéuticos para los pacientes con cáncer (y otras patologías graves no-covid como puede ser la cardiovascular, entre otras), y que no todos los recursos se destinen a la atención del virus".

A pesar de la pandemia, "el cáncer sigue siendo un problema de primer orden, sigue ocurriendo, e incluso en varones, de enero a mayo, ha seguido siendo la primera causa de mortalidad, por encima de las infecciones. Por tanto, la asistencia de estos pacientes no puede quedar relegada a un segundo plano, y deben garantizarse los recursos sanitarios que permitan continuar con su asistencia".

Incremento de casos

Es difícil estimar de forma concreta el incremento en los casos de cáncer en los próximos años, "ya que aún no disponemos de datos globales de cómo ha afectado la pandemia al diagnóstico del cáncer de 2020. Es de esperar que a los que ya se iban a producir en los próximos años, se sumen estos pacientes cuyo diagnóstico se ha retrasado. El momento en el que se note más el incremento de los mismos va a depender de la evolución de la pandemia, ya que aunque inicialmente podríamos haber esperado notar este incremento desde inicios de 2021, la situación actual nos hace pensar que quizá esta compensación de los nuevos diagnósticos tarde más en llegar".

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Qué tipo de cáncer va a aumentar especialmente

En mayor o menor medida, el retraso diagnóstico ha afectado a todos los subtipos tumorales. Sin embargo, "este efecto ha sido más notable en los tumores que se diagnostican en un porcentaje importante de los casos en estadios precoces en los programas de detección precoz (mama, colon, cérvix…). Por ello, es probable que el mayor incremento de dictámenes médicos en los próximos años sea a expensas de estos tumores.

Por desgracia, el retraso en el diagnóstico puede conllevar incrementos en la mortalidad por cáncer. El diagnóstico de tumores en estadios más avanzados hace que sean necesarios tratamientos más agresivos para ese tumor. Y, por otro lado, puede incrementar la mortalidad por pérdida de oportunidad de curación, es decir, tumores que estaban localizados y se podrían haber realizado tratamientos con intención curativa, se hayan diseminado y ya no sea posible plantear estos. Ya hay estudios que refieren que los retrasos diagnósticos y en las cirugías oncológicas se van a acompañar de una disminución de la supervivencia de ciertos pacientes.

La pandemia ha supuesto un gran impacto en lo sanitario, y ha obligado a destinar recursos al manejo de esta infección

La pandemia ha supuesto, sin duda, "un gran impacto en lo sanitario, y ha obligado a reorganizar la asistencia sanitaria y a destinar recursos al manejo de esta infección. Por este motivo es urgente recuperar la plena actividad de la investigación, absolutamente necesaria para seguir avanzando en la supervivencia", documenta la doctora Echavarría.

Emergencia de cáncer

Es por ello que desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) anuncian a Alimente que sabían que la pandemia "iba a provocar una emergencia en cáncer. Los datos que hemos ido obteniendo nos dan la razón, pero esta crisis no ha generado nuevas necesidades en los pacientes con cáncer, sino que ha agravado una situación ya de por sí vulnerable".

El cáncer es igual para todos, "pero no todos somos iguales frente a él. Esta enfermedad genera inequidades en nuestro país y los pacientes no tienen las mismas oportunidades de hacerle frente. Corregir esta situación de inequidad es lo que pretendemos con este Acuerdo Contra el Cáncer para que nadie se quede sin diagnosticar; para apoyar a las personas a superar su miedo; para minimizar el impacto económico en este colectivo doblemente vulnerable y para que puedan acceder a los resultados de investigación. Es urgente reactivar todos los programas de cribado y recuperar todos los diagnósticos que no se han realizado este último año; reforzar la atención psicológica a pacientes y familiares; e informar adecuadamente sobre las medidas de seguridad frente al coronavirus para evitar que los pacientes no acudan al hospital o a los centros de salud por miedo al contagio; romper el círculo cáncer, covid, pobreza, y para eso tenemos que coordinarnos instituciones y entidades sociales para crear una red de apoyo que ayude a esta población vulnerable".

El ejemplo: el melanoma

Una encuesta reciente realizada a más de 700 dermatólogos de todo el mundo ha revelado el impresionante impacto de la pandemia por coronavirus en la detección del cáncer de piel tipo melanoma. En comparación con las revisiones dermatológicas realizadas habitualmente en un año normal, los dermatólogos calculan que puede ser que una quinta parte (un 21 %) de los melanomas no se hayan diagnosticado en 2020, con un tercio (un 33,6 %) de incomparecencias a las consultas a causa de la pandemia.

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Foto: iStock

Si consideramos estas cifras, además de las tasas de incidencia de melanoma más recientes de la Organización Mundial de la Salud, la encuesta parece indicar que, en todo el mundo, más de 60.000 melanomas no se han diagnosticado y que esta cifra, en España, alcanza los 1.113 casos sin detectar.

En la encuesta, desarrollada por la Coalición Global para la Defensa del Paciente con Melanoma (la alianza de organizaciones benéficas relacionadas con el melanoma a cargo de la encuesta), han participado dermatólogos españoles. Dicha participación se ha llevado a cabo a través de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y su Fundación Piel Sana, involucradas desde hace más de 20 años en la prevención del cáncer de piel a través de la campaña Euromelanoma.

Estos son sus nombres y estas son sus vidas, y sus luchas son la representación real de la victoria contra la batalla del cáncer antes de la llegada del SARS-CoV-2. Hablamos, por ejemplo, de Pilar, mamá de Elena, que tenía seis 6 años cuando le diagnosticaron leucemia y lo superó, pero hablamos también de Alejandro (44 años), que ha pasado por un cáncer de próstata, o de María Isabel (59 años), linfoma, o el caso Miguel Ángel Montero que comenzó tras el diagnóstico de un mieloma, pero este verano cuando tuvo una recaída y se infectó de covid-19 mientras recibía tratamiento de quimioterapia, se complicó aún más retrasando su tratamiento: “Mejor no recordar esos días que fueron muy difíciles".

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