Epilepsia, alzhéimer, migrañas... La dieta idónea para tu cerebro
Las investigaciones constatan que la keto y las bajas en carbohidratos ayudan a los pacientes con epilepsia, alzhéimer, migrañas o párkinson
De ellas se dice que tienen múltiples beneficios para la salud. Nos referimos a las dietas cetogénicas o keto y a las bajas en carbohidratos, de las que se sabe que contribuyen a la pérdida de peso y a controlar la diabetes. Pero pueden hacer mucho más por ti: proteger tu cerebro y ser muy útiles en determinados trastornos cerebrales, como epilepsia, alzhéimer y párkinson.
Hoy en el Día Internacional de la Epilepsia es importante recordar, como apunta la Sociedad Española de Neurología (SEN) que esta enfermedad se define como una patología que "se caracteriza por una predisposición continuada a la aparición de crisis epilépticas, y que se acompaña de consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales. Su prevalencia en Europa es del 0,7 % de la población, afectando a unos seis millones de habitantes (entre 300.000-400.000 España), con 400.000 nuevos casos cada año, cuya tasa de incidencia mundial es de 61,44 × 100.000 personas/año. La expectativa de vida está reducida entre 2 y 10 años con una tasa de mortalidad 2-3 veces mayor que la de la población general, siendo el coste total de la epilepsia en Europa de 20 mil millones de euros por año. La OMS, en su medición de la carga global por enfermedades en el mundo, señala que la epilepsia es la segunda enfermedad neurológica en años de vida potencialmente perdidos o vividos con discapacidad".
¿Qué son las dietas bajas en carbohidratos y cetogénicas?
Aunque existe una gran superposición entre ambas, también hay algunas diferencias importantes.
Dieta baja en carbohidratos:
- La ingesta puede variar de 25 a 150 gramos por día.
- Las proteínas generalmente no están restringidas.
- Las cetonas pueden o no aumentar a niveles altos en la sangre. Las cetonas son moléculas que pueden reemplazar parcialmente a los carbohidratos como fuente de energía para el cerebro.
Dieta cetogénica:
- La ingesta de carbohidratos está limitada a 50 gramos o menos por día.
- Las proteínas a menudo están restringidas.
- Uno de los principales objetivos es aumentar los niveles de cetonas en sangre.
En una dieta estándar baja en carbohidratos, el cerebro seguirá dependiendo en gran medida de la glucosa, el azúcar que se encuentra en la sangre, como combustible. Sin embargo, el cerebro puede quemar más cetonas que con una dieta normal.
El mito de los 130 gramos de carbohidratos
Es posible que hayas escuchado que el cerebro necesita 130 gramos de carbohidratos por día para funcionar correctamente. Este es uno de los mitos más comunes sobre lo que constituye una ingesta saludable de carbohidratos.
De hecho, un informe de la Junta de Alimentos y Nutrición de la Academia Nacional de Medicina afirma: “El límite inferior de carbohidratos dietéticos compatibles con la vida aparentemente es cero, siempre que se consuman cantidades adecuadas de proteínas y grasas”.
Aunque no se recomienda una dieta cero en carbohidratos porque elimina muchos alimentos saludables, definitivamente puedes comer mucho menos de 130 gramos por día y mantener una buena función cerebral. Sin embargo, el hígado aumenta su producción de cetonas aún más durante el ayuno o cuando la ingesta de carbohidratos cae por debajo de los 50 gramos por día. Cuando se eliminan o minimizan los carbohidratos, las cetonas pueden proporcionar hasta el 75% de las necesidades energéticas del cerebro.
Las dietas con carbohidratos proporcionan energía al cerebro a través de procesos llamados cetogénesis y gluconeogénesis. Aunque la mayor parte del cerebro puede usar cetonas, hay otras zonas que requieren glucosa para funcionar. En una dieta muy baja en carbohidratos, parte de esta glucosa puede ser suministrada por la pequeña cantidad de carbohidratos consumidos.
El resto proviene de un proceso llamado gluconeogénesis, que significa 'producir nueva glucosa'. En él, el hígado crea glucosa para que la utilice el cerebro. La produce usando aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas. El órgano también puede generarla a partir del glicerol, la 'columna vertebral’ que une los ácidos grasos en triglicéridos, la forma de almacenamiento de grasa del cuerpo.
Gracias a la gluconeogénesis, las partes del cerebro que necesitan glucosa reciben un suministro constante, incluso cuando la ingesta de carbohidratos es muy baja.
En epilepsia
Es una enfermedad caracterizada por convulsiones vinculadas a períodos de sobreexcitación en las células cerebrales. Puede provocar movimientos espasmódicos incontrolados y pérdida del conocimiento.
La epilepsia puede ser muy difícil de tratar con eficacia. Hay varios tipos de convulsiones y algunas personas con la afección tienen múltiples episodios todos los días.
Aunque existen muchos medicamentos anticonvulsivos eficaces, estos no pueden controlar eficazmente las convulsiones en aproximadamente el 30% de las personas. El tipo de epilepsia que no responde a los medicamentos se llama epilepsia refractaria.
La dieta cetogénica fue desarrollada por el Dr. Russell Wilder en la década de 1920 para tratar la epilepsia resistente en los niños. Su dieta proporciona al menos el 90% de las calorías de la grasa y se ha demostrado que imita los efectos beneficiosos del hambre en las convulsiones, como demuestra un estudio de 'Frontieres in Neuroscience'.
Los mecanismos exactos detrás de los efectos anticonvulsivos de la dieta cetogénica siguen siendo desconocidos. Pese a ello, este año la revista 'JAMA Pediatrics' recogía un ensayo sobre la epilepsia refractaria que constataba que los niños que adoptaron la dieta cetogénica clásica durante 6 meses vieron disminuir la frecuencia de las convulsiones en un 66%. Aunque la keto clásica puede ser muy eficaz contra las convulsiones, requiere una estrecha supervisión por parte de un neurólogo y un dietista. Las opciones de alimentos también son bastante limitadas. Como tal, la dieta puede ser difícil de seguir, especialmente para niños mayores y adultos.
En la enfermedad de Alzheimer
Aunque se han realizado pocos estudios, parece que las dietas protagonistas de este artículo pueden ser beneficiosas para las personas con enfermedad de Alzheimer.
Muchos investigadores creen que debería considerarse diabetes 'tipo 3' porque las células del cerebro se vuelven resistentes a la insulina y no pueden utilizar la glucosa correctamente, lo que provoca inflamación. De hecho, el síndrome metabólico, un precursor de la diabetes tipo 2, también aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de demencia, la más común.
Los expertos informan que la enfermedad de Alzheimer comparte ciertas características con la epilepsia, incluida la excitabilidad cerebral que conduce a convulsiones.
En un estudio de 2009 de 152 personas con alzhéimer, aquellos que siguieron la dieta MCT (dieta cetogénica de triglicéridos de cadena media, inicialmente 10% de carbohidratos, 20% de proteínas, 60% de triglicéridos de cadena media y 10% de otras grasas) durante 90 días tuvieron niveles de cetonas mucho más altos y una mejora significativa en la función cerebral en comparación con un grupo de control, tal y como recoge 'Nutrition & Metabolism'.
Al igual que con la epilepsia, los investigadores no están seguros del mecanismo exacto que hay detrás de estos posibles beneficios contra la enfermedad. Una teoría es que las cetonas protegen las células cerebrales al reducir las especies reactivas de oxígeno. Estos son subproductos del metabolismo que pueden causar inflamación.
Otros beneficios para el cerebro
Aunque no se han estudiado tanto, las dietas cetogénicas y bajas en carbohidratos pueden tener otros beneficios para el cerebro:
- Memoria. Los adultos mayores con riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer han mostrado una mejoría en la memoria después de seguir una dieta muy baja en carbohidratos durante 6 a 12 semanas, como recoge 'Neurobiology of Aging'.
- Función del cerebro. Un estudio de 'Neuroscience' constata que alimentar a ratas mayores y obesas con una dieta cetogénica conduce a una mejor función cerebral.
- Hiperinsulinismo congénito. Esta patología causa niveles bajos de azúcar en sangre y puede provocar daño cerebral, pero, como documenta 'Orphanet Journal of Rare Diseases', esta condición se ha tratado con éxito con una dieta keto.
- Migraña. Los investigadores informan de que las dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas pueden brindar alivio a las personas que padecen fuertes dolores de cabeza.
- Enfermedad de Parkinson. Un pequeño ensayo control aleatorizado recogido en 'Movement Disorders' comparó la dieta cetogénica con una baja en grasas y alta en carbohidratos. Las personas que adoptaron la keto vieron una mejora mucho mayor en el dolor y otros síntomas no motores del párkinson.
De ellas se dice que tienen múltiples beneficios para la salud. Nos referimos a las dietas cetogénicas o keto y a las bajas en carbohidratos, de las que se sabe que contribuyen a la pérdida de peso y a controlar la diabetes. Pero pueden hacer mucho más por ti: proteger tu cerebro y ser muy útiles en determinados trastornos cerebrales, como epilepsia, alzhéimer y párkinson.