El covid-19 descubre las debilidades de nuestro sistema de salud
La contundencia con la que la pandemia ha castigado a la población ha acabado con el espejismo de la excelencia de la sanidad española. La realidad es más sombría: hay importantes carencias por resolver
La pandemia de covid-19 ha supuesto un duro reto para los sistemas sanitarios de todo el mundo. No solo por la mortalidad directa debida a la enfermedad, sino también por el efecto que ha tenido en otras patologías, que han visto como sus diagnósticos y tratamientos han sido aplazados semanas (cuando no meses). A las terribles cifras que está dejando la pandemia, hay que añadir otra, la de pacientes cuyas consultas médicas se han retrasado, con consecuencias relevantes.
La huella que el covid-19 está dejando en España ha centrado el debate entre expertos, organizado por la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS), una sesión en la que los especialistas han desvelado los problemas que nuestro sistema sanitario lleva arrastrando desde los años de la gran crisis económica de 2008.
“Presumíamos de un sistema de salud muy bueno cuando en realidad estaba cogido por los pelos y con recursos muy escasos"
María Isabel Portillo, médico de Medicina Preventiva y Salud Pública y coordinadora del Grupo de Trabajo de Cribados de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), ha sido la primera en destapar las vergüenzas: “Presumíamos de un sistema de salud muy bueno cuando en realidad estaba cogido por los pelos, consecuencia de una gran desinversión en salud pública. La llegada de la pandemia nos ha pillado en un momento terrible, con recursos muy escasos”.
Recomponer la situación
Esta escasez se ha agravado en las patologías no-covid, que han visto como se dirigían todos los esfuerzos en controlar las consecuencias derivadas de la pandemia. Sin embargo, Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se ha mostrado partidario de mirar hacia adelante, y para este objetivo es importante un buen análisis para intentar reconducir la situación: “El secuestro de recursos del covid ha sido asimétrico. Ahora hay que salir del estado de shock en que llevamos desde hace once meses y hacer un análisis de la situación en que ha quedado cada área de salud para empezar a equilibrar los recursos, sabiendo exactamente qué se ha dejado de hacer y que es necesario retomar”.
Sin duda, uno de los colectivos que más se ha visto afectado ha sido el de pacientes con enfermedades minoritarias, que ya estaban en una situación muy precaria antes de la llegada de la pandemia, como ha apuntado Isabel Roig, cuidadora de un paciente de ELA. “Yo no sé lo que son cuidados paliativos y llevo cuidando de mi marido con ELA desde hace 19 años. La salud pública estaba muy deteriorada y todo esto ha puesto de relieve sus deficiencias. Para poder salir adelante es necesario un cambio de chip y entender que la investigación no es un gasto, sino una inversión”.
También Begoña Barragán, paciente oncológica y presidenta de Gepac (Grupo Español de Pacientes con Cáncer), ha insistido en que esta pandemia no tiene la culpa de todo: “No podemos pretender tener profesionales de primera a precio de saldo. La sanidad es algo en lo que es prioritario invertir y hacerlo pensando a largo plazo, no pensando solo en los próximos cuatro años de un mandato político”.
Para Ángel Cequier, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), lo importante ahora es planificar el futuro, y para hacerlo es fundamental un buen análisis que permita entender dónde estamos y a dónde queremos llegar. “La situación es reversible, pero hay que tomar medidas. Tenemos que saber qué sistema sanitario queremos para las próximas dos décadas, y para eso solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para saber en qué países se ha sabido gestionar mejor todo el problema derivado de esta pandemia”, ha argumentado.
En este sentido, todos los expertos han coincidido en que la principal clave que se ha de tener en cuenta a la hora de rediseñar el sistema sanitario es garantizar, sobre todo, la equidad en el acceso. “El covid ha aumentado las diferencias y ha atacado más fuertemente a las personas más vulnerables. Hay que reestructurarlo todo para que no se produzca la situación de que solo las personas con recursos puedan acceder a los tratamientos y pruebas que necesitan”, ha defendido la doctora Portillo.
La telemedicina no es una llamada telefónica
Durante la primera oleada de la pandemia, la necesidad de reducir al mínimo la presencia de otros pacientes en los centros de atención primaria y hospitalaria motivó que se cancelaran prácticamente todas las visitas presenciales. Se habló entonces de que la telemedicina sería una solución que vendría para implantarse, una nueva realidad con matices: “La telemedicina es algo más que una llamada de teléfono. Esto ha servido en un momento puntual, pero la telemedicina es algo mucho más complejo”, ha advertido el oncólogo Rodríguez-Lescure.
En esta apreciación ha coincidido Ángel Cequier, que ha apuntado también que es necesaria una mayor inversión tecnológica para realmente aprovechar las ventajas que este tipo de atención puede ofrecer: “Además es importante definir claramente qué tipo de paciente puede beneficiarse y cuál no, ya que no sirve para todos por igual”. Y en este sentido, Begoña Barragán ha reclamado la necesidad de mejorar las infraestructuras de comunicación en el mundo rural para plantearse la telemedicina como una solución al problema del acceso equitativo.
El cansancio de los profesionales
Toda la situación de la pandemia ha generado una gran presión sobre los profesionales sanitarios, que han tenido que lidiar durante todo un año con ella, viendo como se tensionaba enormemente el sistema. Para Cequier, “lo más difícil es asumir que hay determinados colectivos que pasan de las medidas preventivas. Ves a gente sin mascarillas o que no cumplen con la distancia social, y eso es uno de los factores que incide en la sobrecarga de los profesionales sanitarios”.
María Isabel Portillo ha añadido que otro condicionante ha sido la irresponsabilidad en la toma de decisiones: “Lo primero tiene que ser la salud, sin ella no hay nada más. Y basándonos en eso debemos tomar medidas claras, con criterios sanitarios y no políticos. Si no bajan los contagios, no podremos recuperar las consultas, aunque queramos”.
La pandemia de covid-19 ha supuesto un duro reto para los sistemas sanitarios de todo el mundo. No solo por la mortalidad directa debida a la enfermedad, sino también por el efecto que ha tenido en otras patologías, que han visto como sus diagnósticos y tratamientos han sido aplazados semanas (cuando no meses). A las terribles cifras que está dejando la pandemia, hay que añadir otra, la de pacientes cuyas consultas médicas se han retrasado, con consecuencias relevantes.