La terapia 'revolucionaria' contra la obesidad y la diabetes
El trasplante fecal se está convirtiendo en un tratamiento de éxito para muchas enfermedades. Ahora, científicos de Copenhague, con los que Alimente ha hablado, lo han probado con éxito en estas patologías. Esperan iniciar pronto ensayos en humanos
La lucha contra la pandemia del covid-19 no nos puede llevar a retirar la vista de otras epidemias que están asolando a la población, incluso creciendo en estos tiempos de coronavirus. Hablamos de sobrepeso y obesidad y de sus consecuencias, como la diabetes.
Como reconoce la Sociedad Chilena de Obesidad, "cuanto más se investiga en obesidad, más difícil resulta defender que el exceso de peso es solo la suma de una comida rica en calorías y poco ejercicio físico. Las últimas investigaciones dan cada vez más peso a la flora intestinal, ese mundo interior con millones de bacterias beneficiosas que pueblan nuestro sistema digestivo. Se sabe que lo que ingerimos condiciona esta flora y también nuestra propensión a engordar".
"Creemos que nuestro método también funcionará en humanos. Estamos tratando de obtener fondos para un ensayo clínico"
De hecho, un estudio de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, dio un paso más en esa línea de trabajo al identificar las bacterias humanas que promueven la delgadez y favorecen la salud metabólica. Estas nuevas bacterias, llamadas bacteroidetes, podrían convertirse en la próxima herramienta contra la obesidad. Ya sea con productos probióticos o con un trasplante de flora intestinal, como contaban los investigadores en la revista 'Science'.
En los últimos años, los trasplantes de microbiota fecal (FMT, por sus siglas en inglés) de donantes sanos a pacientes enfermos se han convertido en una forma popular de tratar un tipo grave de diarrea causada por la bacteria Clostridioides difficile en humanos. Ensayos recientes en ratones sugieren que un tratamiento similar, en el que solo se trasplanta el virus en las heces, puede ayudar a las personas que padecen obesidad y diabetes tipo 2. La mayoría de las partículas de virus transmitidas son los llamados bacteriófagos, virus que atacan específicamente a otras bacterias y no a los humanos.
Nuevas evidencias
Ahora un estudio de la Universidad de Copenhague, dirigido por Torben Sølbeck Rasmussen y publicado en 'Gut Microbiota', documenta la posibilidad de tratar la obesidad y la diabetes mediantes esta técnica.
"Cuando transmitimos partículas de virus de las heces de los ratones delgados a los obesos, los que pesan más engordan significativamente menos en comparación con los que no reciben heces trasplantadas", dice a Alimente el autor principal del ensayo.
Apunta, además, en sus declaraciones: "Creemos que nuestro método también funcionará en humanos. Actualmente estamos tratando de obtener fondos para un ensayo clínico".
Y parece probable "una autorización, ya que se han llevado a cabo varios estudios que utilizan el FMT para la obesidad y la diabetes. Con él, tanto la parte bacteriana como la viral de las heces se transfieren, mientras que con el trasplante de viroma fecal (FVT, por sus siglas en inglés) solo transferimos la parte viral, por lo que es probable que obtenga 'la vía libre' para ensayos clínicos".
En la actualidad, insiste, "hemos demostrado su eficacia en ratones. El siguiente paso es mostrar una prueba de concepto en humanos y luego continuar con un ensayo clínico a gran escala y bien desarrollado".
El investigador defiende que "al transferir los bacteriófagos (es decir, los virus que atacan únicamente a las bacterias), podemos aliviar la disbiosis del microbioma intestinal y sus efectos negativos asociados en el huésped, como el deterioro del equilibrio del azúcar en la sangre".
El método también parece proteger a los ratones contra el desarrollo de intolerancia a la glucosa: un paso previo a la diabetes tipo 2, un trastorno del metabolismo de la glucosa. Los experimentos demostraron que los ratones obesos que recibieron un trasplante de virus intestinal de ratones magros reaccionaron a una inyección de glucosa no de manera diferente a los delgados.
El ensayo
"En los ratones obesos con una dieta alta en grasas, que no recibieron el trasplante de virus, observamos una disminución de la tolerancia a la glucosa, que es un precursor de la diabetes. Por lo tanto, hemos influido en el microbioma intestinal de tal manera que los ratones con estilos de vida poco saludables no desarrollan algunas de las enfermedades comunes desencadenadas por una mala alimentación ", aclara Torben Sølbeck Rasmussen.
Él enfatiza que el método no es una solución independiente y que debe complementarse con un cambio en la dieta. Además, el tratamiento probablemente no se centrará en la obesidad general, sino más en los casos más graves.
Se entiende que la obesidad y la diabetes tipo 2 están relacionadas con desequilibrios en el microbioma gastrointestinal, también conocido como flora intestinal. En los últimos años, se ha descubierto que la composición de los virus en el intestino desempeña un papel crucial en el equilibrio de este microbioma.
"Si se come mal durante el tiempo suficiente, se corre el riesgo de crear un desequilibrio en su tracto intestinal. Aquí, tenemos un medio de recuperar el equilibrio disparando las partículas de virus que faltan en el sistema", dice Dennis Sandris Nielsen, coautor del trabajo.
Los investigadores extrajeron heces de ratones alimentados con una dieta estándar baja en grasas durante un período de tiempo. Luego se filtraron las heces para que todas las bacterias vivas se clasificaran, mientras que las partículas de virus, principalmente bacteriófagos, se concentraron. Los virus fueron trasplantados a través de un tubo en los roedores que habían estado en dietas altas en grasas durante seis semanas. Los ratones continuaron con la dieta grasa durante otras seis. Posteriormente, se examinaron después de una prueba de glucosa y se midió el aumento de peso.
Solo virus: sin bacterias
El estudio aborda uno de los problemas actuales con los trasplantes fecales. Hoy en día, las heces se trasplantan en forma no filtrada en la creencia de que son las bacterias intestinales las más efectivas. Sin embargo, en casos raros, el método produce efectos secundarios cuando las enfermedades se transmiten inadvertidamente a través de las bacterias de las heces trasplantadas. De hecho, un paciente en los Estados Unidos murió por tal hecho el año pasado.
"Nuestro estudio demuestra que hay un efecto después de que las bacterias vivas se han filtrado de las heces. Por lo tanto, se transmiten principalmente partículas de virus. Esto hace que el método sea más seguro", insiste Nielsen.
Los resultados demostraron una disminución significativa del aumento de peso en ratones con una dieta alta en grasas con virus intestinales trasplantados, en comparación con los ratones no trasplantados en la dieta alta en grasas. Al mismo tiempo, la tolerancia a la glucosa en sangre de los ratones trasplantados se normalizó, mientras que se redujo en los otros ratones obesos.
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