Esta es la principal razón que te impide dormir bien
La influencia que tienen las horas que dormimos en la facilidad para engordar está demostrada en diversos estudios científicos. La ciencia ha encontrado una conexión entre la grasa corporal y las células cerebrales implicadas en el sueño
En España, entre el 20 y el 30% de la población tiene dificultad para dormir, una cifra que es aún mayor en Estados Unidos, donde unos 70 millones de adultos duermen mal y el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) lo considera un problema de salud pública. Curiosamente, estas cifras son similares a las del sobrepeso y obesidad, otras de las grandes preocupaciones sociosanitarias, que afectan a cerca de la mitad de la población (el 39% de los adultos tiene sobrepeso y el 13% obesidad), según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cruzando datos se deduce que ambas cosas, sueño y obesidad, van a la par y así lo confirman diferentes estudios científicos, y hoy en día se admite que una mala calidad del mismo se relaciona con más riesgo de aumento de peso al alterar el apetito y consumir más calorías.
"Si se ayunara un día, aumentaría el sueño pues las reservas energéticas se están agotando"
Un equipo de investigadores de las universidades de Pensilvania y de Nevada ha dado la vuelta a esta relación y ha demostrado lo contrario, es decir, que la obesidad impide dormir, un hallazgo publicado por la revista 'PLOS Biology'. "Creemos que el sueño es una función del cuerpo que intenta conservar la energía en un entorno donde los niveles energéticos están bajando. Nuestros hallazgos sugieren que si se ayunara durante un día, aumentaría el sueño porque las reservas energéticas se están agotando”, explica David Raizen, profesor asociado de Neurología y miembro del Chronobiology and Sleep Institute en Penn.
Dieta y sueño
En las personas, la interrupción aguda del sueño puede aumentar el apetito y la resistencia a la insulina, y quienes habitualmente duermen menos de seis horas por noche son más propensas a ser obesas y diabéticas. Y a la inversa, la inanición afecta al sueño, una consecuencia que, según los científicos, se ha demostrado en los humanos y también en ratas, moscas de la fruta y gusanos, “lo que indica que el sueño está regulado, al menos en parte, por la disponibilidad de nutrientes”.
Comprobadas estas relaciones, lo que los investigadores querían era dilucidar el conjunto, es decir, el mecanismo conjunto de dormir y comer. "El insomnio y otras patologías crónicas, como la diabetes, están relacionadas, pero es solo una asociación”, apunta Alexander van der Linden, profesor asociado de Biología en la Universidad de Nevada y coautor del estudio de 'PLOS Biology'. “No está claro si dormir poco predispone a la obesidad, o viceversa”, añade.
Para desentrañar los mecanismos que relacionan el metabolismo y el sueño, los investigadores utilizaron el C. elegans, un pequeño gusano (nemátodo), en el que también se estudia el envejecimiento (entre otros fenómenos fisiológicos). Los investigadores modificaron genéticamente el C. elegans para 'apagar' una neurona que controla el sueño, pero que no impide que puedan seguir comiendo, respirando y reproduciéndose. Con la neurona del sueño apagada, los investigadores comprobaron que se produjo una caída severa en los niveles ATP, la molécula que suministra energía al organismo. "Eso sugiere que dormir es un intento de conservar energía; en realidad no está causando la pérdida de energía", aclara Raizen.
Más grasa
Un hecho que sorprendió a los científicos es que esos C. elegans mutantes (sin el gen del sueño) acumularon un exceso de grasa, similar a la condición de obesidad humana, a pesar de que sus niveles de ATP disminuyeron.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que liberar depósitos de grasa es un mecanismo por el cual se promueve el sueño, y que la razón por la que los gusanos mutantes no dormían es porque no podían liberar su grasa. Para probar esta hipótesis, los investigadores volvieron a manipular a estos animales para que actuara una enzima que la liberó. Con esa manipulación, los gusanos pudieron dormir nuevamente.
Para Raizen, esto puede ser una razón por la que las personas obesas tienen dificultades para dormir. "Podría existir un problema de señalización entre las reservas de grasa y las células cerebrales que controlan el sueño", conjetura.
El neurobiólogo admite que quedan muchas cosas que descubrir sobre el sueño, pero este trabajo contribuye a despejar una de sus funciones: "En este campo, está implantada la idea de que lo que rodea al sueño depende del cerebro o las células nerviosas, y nuestro trabajo sugiere que esto no es necesariamente cierto. Hay una interacción compleja entre el cerebro y el resto del cuerpo que se conecta para regular del sueño".
En España, entre el 20 y el 30% de la población tiene dificultad para dormir, una cifra que es aún mayor en Estados Unidos, donde unos 70 millones de adultos duermen mal y el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) lo considera un problema de salud pública. Curiosamente, estas cifras son similares a las del sobrepeso y obesidad, otras de las grandes preocupaciones sociosanitarias, que afectan a cerca de la mitad de la población (el 39% de los adultos tiene sobrepeso y el 13% obesidad), según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Los cambios de sueño por el covid-19 ponen en riesgo tu corazón Álvaro Hermida
- Esto es lo peor que puedes comer cuando quieres dormir Ángeles Gómez
- Si estás durmiendo mal estos días, no debes olvidar hacer esto Patricia Matey