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¿Un fármaco reciclado para salvar las venas de la diabetes?
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Investigación

¿Un fármaco reciclado para salvar las venas de la diabetes?

Muchas enfermedades tienen elementos comunes, lo que, teóricamente, lleva a que puedan compartir tratamientos. Así ocurre en el alzhéimer y el daño vascular en obesidad, como han encontrado científicos británicos

Foto: Foto: Unsplash/@thoughtcatalog.
Foto: Unsplash/@thoughtcatalog.

Las enfermedades propias del estilo de vida occidental -obesidad, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia- tienen una cara oculta que es la verdadera causa de la morbilidad y mortalidad que acarrean: el daño vascular. Las venas y las arterias se endurecen (arterioesclerosis) y disparan el riesgo de que se produzca un ataque cardiaco (infarto) o cerebral (ictus).

La elevación prolongada de las cifras de glucosa en la sangre, como ocurre en la diabetes, además de dañar a los grandes vasos también afecta a las pequeñas venas y capilares (microcirculación) dando lugar a problemas tan conocidos (y temidos) por los afectados como son la retinopatía diabética (que deriva en ceguera), daño renal y el pie diabético. En la práctica clínica, una de las prioridades es ralentizar al máximo la progresión del daño vascular (que pasa por el buen control de los niveles de glucosa).

La enzima BACE1 está implicada en el daño vascular en diabetes y en la formación de proteína beta amiloide en el alzhéimer

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Leeds y la Universidad de Dundee (Reino Unido) han descubierto un mecanismo clave que desencadena cambios en los vasos sanguíneos que en ocasiones pueden conducir a enfermedades cardiovasculares. El proceso se inicia cuando las personas comienzan a producir en exceso una enzima llamada BACE1, que a su vez crea una proteína llamada beta amiloide, que es la implicada en la enfermedad de Alzheimer.

Conexiones sorprendentes

Los autores, que han publicado su trabajo en 'The Journal of Clinical Investigation', explican que los niveles elevados de beta amiloide están asociados con daños en la capa que recubre la superficie de los vasos sanguíneos (endotelio) que dificultan el funcionamiento normal de las venas y dan lugar a hipertensión arterial y aterosclerosis (la acumulación de placa en las paredes vasculares). "Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de ataques cardiacos o derrames cerebrales, pero aún no sabemos exactamente por qué, pero esta nueva investigación ayuda a encontrar la conexión", describe Eddie Johnston, portavoz de Investigación en Diabetes UK. "Si la enzima BACE1 es responsable de este mayor riesgo, representa un objetivo prometedor para nuevos tratamientos, lo que podría ayudar a las personas con diabetes a vivir más y en mejores condiciones", agrega.

placeholder Foto: Unsplash/@giulia_bertelli.
Foto: Unsplash/@giulia_bertelli.

Los científicos británicos han analizado en animales el efecto de un fármaco experimental, llamado M-3, que paraliza los efectos de la enzima BACE1. Los experimentos en ratones obesos o con diabetes han puesto de manifiesto que la molécula no solo detiene la enfermedad en los vasos sanguíneos sino que la revierte.

Paul Meakin, del Instituto de Medicina Cardiovascular y Metabólica de la Universidad de Leeds y autor principal del estudio, asegura que "los efectos terapéuticos del compuesto experimental fueron marcados, y se revirtió la progresión de la enfermedad en los vasos sanguíneos gravemente dañados". Y añade: "En ciencia se miran los datos y se buscan indicios que revelen la presencia de algo, pero en nuestro trabajo los efectos que observamos fueron contundentes".

Para el investigador, "lo más emocionante es que hay medicamentos que pueden dirigirse a la enzima BACE1", y esto "abre la posibilidad de que se pueda desarrollar un medicamento que inhiba las acciones de BACE1, con la evidencia no solo de parar la progresión del daño vascular sino también de revertirlo".

Vieja conocida

La enzima BACE1 no es una recién llegada al mundo de la investigación. Antes que los investigadores británicos, la industria farmacéutica se fijó en ella por su papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (BACE1 está directamente relacionada con la formación de placas de beta amiloide que se encuentran en los cerebros de las personas que murieron con la enfermedad neurodegenerativa), y comenzaron a desarrollar moléculas inhibidoras de BACE1 aunque, por ahora, han resultado ineficaces contra el alzhéimer.

placeholder Foto: Unsplash/@scienceinhd.
Foto: Unsplash/@scienceinhd.

Mike Ashford, profesor de neurociencia en la Universidad de Dundee, insiste en la conexión entre enfermedad de Alzheimer y enfermedad vascular e hipertensión en personas con obesidad y diabetes. "Estos hallazgos sugieren la posibilidad emocionante de que medicamentos que ya existen, pero que desafortunadamente no han mostrado ningún beneficio en los ensayos clínicos para la enfermedad de Alzheimer, se puedan usar para tratar la enfermedad vascular en obesos con diabetes".

El profesor Jeremy Pearson, director médico Asociado de la Fundación Británica del Corazón, comparte el entusiasmo y recuerda que "el daño a los vasos sanguíneos causado por la diabetes acelera y empeora las enfermedades circulatorias y cardiacas. Estos hallazgos identifican una nueva vía dañina que ya está dirigida por un medicamento en desarrollo para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer". El paso ya está dado, ahora el medicamento debe probarse en personas para confirmar su efecto.

Los especialistas españoles consultados por Alimente prefieren, de momento, no pronunciarse acerca de la potencial utilidad de ese fármaco y argumentan que "es todavía pronto para hablar de ese efecto, puesto que aún se encuentra en una fase experimental".

Las enfermedades propias del estilo de vida occidental -obesidad, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia- tienen una cara oculta que es la verdadera causa de la morbilidad y mortalidad que acarrean: el daño vascular. Las venas y las arterias se endurecen (arterioesclerosis) y disparan el riesgo de que se produzca un ataque cardiaco (infarto) o cerebral (ictus).

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