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Las pésimas consecuencias de respirar sílice cristalina
  1. Bienestar
Un macroestudio lo demuestra

Las pésimas consecuencias de respirar sílice cristalina

Inhalar polvo de cuarzo podría estar relacionado con enfermedades reumáticas autoinmunes tales como la esclerosis sistémica y la artritis reumatoide. ¿Qué dice la ciencia?

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La sílice cristalina se encuentra en el suelo, la arena y las rocas, y en el hormigón, la cerámica, el vidrio y otros materiales industriales, ya que es un elemento de la corteza terrestre. Los trabajadores de la construcción, la industria metalúrgica o la agricultura, entre otras profesiones, han estado históricamente expuestos a la inhalación constante de este material.

La exposición a la sílice cristalina respirable aumenta el riesgo de enfermedades reumáticas


Ya en el año 1997, la sílice fue clasificada como carcinógeno de pulmón humano del grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la inhalación de estas partículas finas de sílice se ha considerado un factor de riesgo de silicosis (una enfermedad ocasionada por un depósito de polvo en los pulmones).

Enfermedades reumáticas inmunes

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Ahora, un estudio en una cohorte de tres millones de daneses ha mostrado una asociación entre la exposición ocupacional a la sílice cristalina respirable y las enfermedades reumáticas autoinmunes como la esclerosis sistémica y la artritis reumatoide.

En este análisis, han contado concretamente con 1.541.505 hombres y 1.470.769 mujeres que comenzaron en el mercado laboral entre los años 1979-2015. “A cada trabajador se le asignó anualmente un nivel de exposición a sílice cristalina respirable estimado con una matriz de exposición laboral cuantitativa e identificamos casos de enfermedades reumáticas autoinmunes en un registro nacional de pacientes y examinamos las relaciones exposición-respuesta específicas del sexo por exposición acumulativa y otras métricas”, explica el equipo de científicos.

“Después de la inhalación, las partículas de sílice cristalina respirable se depositan en los alvéolos”, explican los autores del estudio

Cabe destacar que, entre los hombres, el 17% alguna vez tuvo un trabajo con exposición a la sílice cristalina respirable, y lo mismo en el 3% de las mujeres. Además, estas estuvieron menos expuestas que ellos. Por lo que los resultados son más altos para el primer grupo ya que está directamente relacionada la aparición de ciertas patologías con la mayor exposición.

Se sugiere que la exposición a la sílice cristalina respirable aumenta el riesgo de enfermedades reumáticas autoinmunes. Además, el equipo de investigadores ha mostrado la asociación dependiente entre esta circunstancia y la esclerosis sistémica, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y la vasculitis de vasos pequeños, lo que respalda un papel causal de esta exposición ocupacional generalizada.

Posibles mecanismos de acción

Los autores de la investigación han intentado esbozar cómo podría ser el mecanismo de acción desde que se inhalan las partículas. “Después de la inhalación, las partículas de sílice cristalina respirable se depositan en los alvéolos, relatan.

Además, los modelos animales han demostrado que “los macrófagos fagocitan las partículas, activando el sistema inmunológico por secreción de citocinas, quimiocinas y enzimas lisosomales, que activan las células presentadoras de antígenos y, a su vez, productoras de anticuerpos”, apuntan los expertos. Por lo que, continúan, “en individuos susceptibles, un mecanismo de control alterado y la ruptura de la tolerancia dan como resultado la producción continua de autoanticuerpos”.

“La apoptosis de los macrófagos da como resultado la liberación de partículas de sílice y una nueva captación por las células presentadoras de antígeno, lo que contribuye a la inflamación crónica”, añaden. Para la silicosis, se ha demostrado, según destacan, que “la mayor parte de la progresión de la enfermedad tiene lugar después de la terminación de la exposición a la sílice cristalina”.

El tabaquismo es un factor de riesgo “bien documentado” para la artritis reumatoide

“La sílice retenida en el tejido pulmonar y otros mecanismos similares o que se superponen parcialmente como para la silicosis pueden explicar el aumento de los riesgos observados en este estudio más de 20 años después de la exposición. Además, los autoanticuerpos están presentes años antes de que se desarrollen los síntomas clínicos del lupus eritematoso sistémico, y se ha sugerido que las exposiciones desencadenantes en individuos susceptibles conducen primero a autoinmunidad serológica y luego a una enfermedad clínica manifiesta. Esto también podría explicar los mayores riesgos que observamos después de la exposición acumulada más de 20 años antes”, concluyen los autores.

El tabaco, un factor de riesgo

En este estudio, se señala al tabaquismo como un factor de riesgo “bien documentado” para la artritis reumatoide y “probablemente también para el lupus eritematoso sistémico”. Y como los altos niveles de exposición a la sílice cristalina respirable se asociaron, además de con una mayor edad, con una mayor probabilidad de fumar, los autores reconocen que esto podría haber confundido sus estimaciones de riesgo, “al igual que otros factores relacionados con la clase social”.

Sin embargo, defienden que, aun así, han observado un aumento de los riesgos de las enfermedades estudiadas al ajustar por estimaciones de la prevalencia del tabaquismo, el nivel educativo más alto alcanzado y análisis restringidos a trabajadores manuales que se esperaba que tuviesen patrones de estilo de vida bastante comparables en diferentes ocupaciones y niveles de exposición a la sílice.

La sílice cristalina se encuentra en el suelo, la arena y las rocas, y en el hormigón, la cerámica, el vidrio y otros materiales industriales, ya que es un elemento de la corteza terrestre. Los trabajadores de la construcción, la industria metalúrgica o la agricultura, entre otras profesiones, han estado históricamente expuestos a la inhalación constante de este material.

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