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La historia del hombre que no reconoce una mitad de su cuerpo
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La historia del hombre que no reconoce una mitad de su cuerpo

Una quincena de profesionales del Hospital Civil de Málaga encabezan un estudio pionero para constatar si la terapia novedosa del uso de realidad virtual puede contribuir a la recuperación de pacientes con ictus

Foto: La terapia de realidad virtual semiinmersiva del Hospital Civil de Málaga
La terapia de realidad virtual semiinmersiva del Hospital Civil de Málaga

Imagínense que una lámina recorre su cuerpo desde la cabeza hasta la ingle. Dividiéndolo de una forma casi simétrica y con la percepción de que ambas partes son autónomas. Inconexas. Esta es la turbadora sensación que se apodera de algunas personas que han sufrido un ictus y para las que una de sus mitades se convierte en un elemento extraño incapaz de reconocer. Su término científico es heminegligencia y es uno de los daños cerebrales cuyos efectos trata de revertir una quincena de sanitarios de la unidad de Rehabilitación del Hospital Civil de Málaga. Doctoras, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales que desde hace meses trabajan con una terapia “ambiciosa” y pionera que implica la utilización de la realidad virtual a través de escenarios semiinversivos.

Lorena Aguilar, Adela Benítez y Vanesa Velasco son las tres facultativas especialistas que lideran este novedoso proyecto que, actualmente, y hasta el mes de octubre, se encuentra en una fase de recogida de datos, pero cuyas conclusiones preliminares están siendo “muy ilusionantes”.

placeholder La terapia del Hospital Civil de Málaga
La terapia del Hospital Civil de Málaga

La piedra angular de esta investigación es ‘Nirvana’, una plataforma de realidad virtual que “genera entornos en los que el paciente tiene que interactuar a través de una serie de juegos y secuencias de actividades”, detalla Aguilar, y añade que unos sensores de movimientos distribuidos por la sala reproducen en la pantalla las acciones que realiza el enfermo. Una forma “amena y competitiva” que les permite mejorar la movilidad y la estabilidad con ejercicios de autoasistencia. Limpiar unos cristales, hacer la compra en un supermercado o echar ingredientes en una olla siguiendo los pasos de una receta son acciones que nos pueden parecer rutinarias, pero realizarlas con esta técnica de realidad semiinversiva puede potenciar la autonomía de unos pacientes que tarde o temprano tendrán que desenvolverse en el día a día.

Con esta terapia “trabajamos la parte física, pero también la cognitiva”, precisa Nuria Fernández, una de las seis fisioterapeutas que participa en el proyecto, y que explica que los daños cerebrales que pueden sufrir este tipo de pacientes son muy variados. Una de estas secuelas se denomina anomia, que es la incapacidad para recordar el nombre de las cosas y que es uno de los síntomas de la afasia, un trastorno que acaba impidiendo la comunicación. Aunque, sin lugar a dudas, la heminegligencia es la consecuencia que más interés suscita entre los profanos en la materia. Esta dolencia demuestra las laberínticas complejidades del cerebro y es capaz de provocar que el enfermo “sienta como extraña una parte del cuerpo”, como si perteneciese a otra persona, algo ajeno a su ser.

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Adela Benítez, que reconoce que “cuesta que los familiares comprendan qué les ocurre a sus seres queridos” cuando tratan de explicarles esta patología, recuerda un caso reciente que ejemplifica a la perfección esta afección. El protagonista era un hombre de avanzada edad que llevaba tiempo ingresado. “Una mañana, cuando lo estaban desplazando para aplicarle su terapia, nos percatamos de que estaba muy ansioso, nervioso. Repetía insistentemente que había olvidado algo en la habitación. Le preguntamos qué era, pero no sabía responder. En ese momento nos percatamos de que tenía bajo la sábana el brazo pléjico del lado del cuerpo que no reconoce, así que lo destapamos y se lo pusimos junto al otro. Entonces sonrió y dijo que era lo que estaba buscando”, relata la médica, que añade que ha habido casos en los que “el enfermo aseguraba que su brazo o su pierna estaba en el armario o que era de otra persona”.

Las especialistas señalan que esta lesión se produce en el lado del cuerpo contrario al hemisferio del cerebro en el que se ha detectado el daño, aunque precisan que en la mayoría de los casos se manifiesta en la parte izquierda. El lesionado puede llegar a sentir dolor en esa zona, pero lo percibe en otra no afectada por la heminegligencia. “El cerebro es un órgano alucinante, pero también puede ser una putada”, sentencia la fisioterapeuta.

La utilización de Nirvana y las técnicas alternativas que investiga este grupo de expertos están arrojando resultados esperanzadores para que personas que padecen esta dolencia puedan ‘reencontrarse’ con esa parte que consideran extraña. “El objetivo es intentar que se den cuenta de que el mundo sigue existiendo a ese lado”, resume Nuria Fernández.

“El objetivo es intentar que se den cuenta de que el mundo sigue existiendo a ese lado”, resume Nuria Fernández

La realidad virtual usada de forma conjunta con técnicas tradicionales de rehabilitación, puede ayudar a ‘reeducar’ al cerebro para que poco a poco vaya asimilando de nuevo esa parte que considera extraña y recuperar su movilidad, porque hay casos en los que el enfermo “es incapaz de girar la cabeza y mirar hacia ese punto”. Y no es porque tengan un problema en el cuello.

Los ejercicios con realidad semiinversiva estimulan al enfermo y provocan una interacción que, según los resultados parciales del estudio, aceleraría la rehabilitación. “Evidentemente, el grado de mejoría depende de cada paciente, ya que presentan distintas lesiones y hay que tener en cuenta variables como la edad”, recalca la doctora Aguilar, que agrega que una de las ventajas de esta técnica es que no precisa de guantes o gafas 3D que puedan dificultar la implicación de las personas que presentas daños cerebrales más severos. “Uno de sus principales éxitos es su sencillez”, apostilla Benítez, que defiende que “la facilidad de uso incrementa sus ventajas”.

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El trabajo que realizan los expertos malagueños comenzó a principios del año pasado, pero el estallido de la pandemia del covid “obligó a posponerlo”. La investigación, que analiza la respuesta de una veintena de pacientes con afectación motora o cognitiva derivada provocada por un infarto cerebral, está hoy en día en su ecuador tras retomarse en octubre.

La terapia, que no se aplica en ningún otro hospital público de España, se extiende durante un mes e incluye 12 sesiones –tres por semana– con cada paciente. Durante este tiempo, las médicas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales estudian la evolución del enfermo y llevan a cabo la mayor recogida de información. Una vez recibe el alta, se llevan a cabo seguimientos trimestrales y se realizan una serie indicaciones que deben seguir durante el periodo de asistencia ambulatoria.

Los investigadores esperan que el próximo mes de octubre concluya la primera fase del trabajo y que inmediatamente puedan plasmar sus esperanzadoras conclusiones en un estudio que podría aplicarse a otros campos de la rehabilitación. “Desde trastornos motores, hasta cognitivos, sensitivos y del lenguaje”.

Imagínense que una lámina recorre su cuerpo desde la cabeza hasta la ingle. Dividiéndolo de una forma casi simétrica y con la percepción de que ambas partes son autónomas. Inconexas. Esta es la turbadora sensación que se apodera de algunas personas que han sufrido un ictus y para las que una de sus mitades se convierte en un elemento extraño incapaz de reconocer. Su término científico es heminegligencia y es uno de los daños cerebrales cuyos efectos trata de revertir una quincena de sanitarios de la unidad de Rehabilitación del Hospital Civil de Málaga. Doctoras, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales que desde hace meses trabajan con una terapia “ambiciosa” y pionera que implica la utilización de la realidad virtual a través de escenarios semiinversivos.

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