Los expertos alertan del peligro de los vapeadores: "No son una alternativa"
Los cigarrillos electrónicos se han convertido en una opción para todos aquellos que quieren dejar la nicotina, pero también crean adicción y no son más sanos
Cada año fallecen -como consecuencia de cardiopatías inducidas por el tabaco- alrededor de 1,9 millones de personas, según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad advierte que las tendencias de la prevalencia del consumo de tabaco en 2000-2025, durante casi las dos últimas décadas el número total de consumidores de tabaco a nivel mundial ha disminuido de 1.397.000 millones en 2000 a 1.337.000 millones en 2018, lo que supone aproximadamente una reducción de 60 millones de personas.
“La mayoría de esos dispositivos contienen más nicotina que el tabaco normal, lo que genera más adicción y dependencia cuando se intenta dejar”, afirma el doctor Sam
"A pesar de estos avances, los progresos en el cumplimiento de la meta mundial fijada por los gobiernos de reducir el consumo de tabaco en un 30% para 2025 siguen sin estar bien encaminados. Sobre la base de los progresos actuales, se logrará una reducción del 23% para 2025. Solo 32 países están actualmente en vías de alcanzar la meta de reducción del 30%", afirma.
Sin embargo, la pandemia ha servido para algunos fumadores "de excusa" para aumentar su consumo, aunque para otros ha significado el punto de inflexión para dejarlo. Pero dejar de fumar es un auténtico reto, por eso muchas personas se pasan a los cigarrillos electrónicos o vapeadores como primer paso para abandonar el hábito.
Los vapeadores no son la alternativa
Aunque se hayan promocionado como tal, los experto avisan de que los cigarrillos electrónicos no son la alternativa saludable al tabaco e insisten en que “generan mayor adicción” y conllevan “graves consecuencias en la salud”.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial sin tabaco, que se celebra hoy, el jefe del servicio de neumología de MD Anderson Cancer Center de Madrid, el doctor Allan Sam señala que “usar el cigarrillo electrónico como un método para dejar de fumar es un error con consecuencias graves para la salud” y además, recuerda que “la mayoría de esos dispositivos contienen más nicotina que el tabaco normal, lo que genera más adicción y dependencia cuando se intenta dejar”.
“No son una solución y no se sabe a largo plazo los efectos que tendrán en la salud”, sostiene el especialista, quien reconoce que originalmente estos cigarrillos electrónicos se inventaron como terapia para dejar de fumar. “Nacieron como un sustituto que simulara el hecho de volver a echar humo, pero al añadirles más carga de nicotina que la que lleva el cigarrillo normal, resultan más adictivos”, alerta. Estos cigarrillos electrónicos también se conocen como vapeadores, ya que generan un vapor de agua que recuerda al humo del tabaco tradicional.
"Al tabaco se le considera una droga porque genera síndrome de abstinencia y eso es precisamente por la nicotina", asegura el doctor
De acuerdo con el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, los cigarrillos electrónicos, denominados Dispositivos Susceptibles de Liberación de Nicotina (Ley 28/2005 y Real Decreto 579/2017), están incluidos en la categoría de productos relacionados con el tabaco. “Se han encontrado sustancias cancerígenas en líquidos y vapor de cigarrillos electrónicos, por lo que no se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o exposición al vapor”, explican desde el Ministerio de Sanidad, por eso, no recomienda el uso de cigarrillos electrónicos como una estrategia para dejar de fumar.
Además desde el Ministerio de Sanidad enumeran algunas de las sustancias que se han encontrado. “La solución que está dentro de los dispositivos y el vapor de los cigarrillos electrónicos contienen sustancias químicas nocivas como los anticongelantes (hechos de uno o dos químicos: propilenglicol o etilenglicol), dietilenglicol y agentes carcinógenos como las nitrosaminas que pueden provocar cáncer”.
Populares en los jóvenes de 14 a 18 años
El doctor Sam señala que el problema del tabaco reside en la adicción que provoca la nicotina. “La nicotina es un estimulante (no una de las sustancias que acompañan en la combustión al tabaco y que son cancerígenas). Al tabaco se le considera una droga porque genera síndrome de abstinencia y eso es precisamente por la nicotina. Al ser adictiva, se sigue consumiendo”, explica.
“Los vapeadores, los de cartucho cerrado, que están aprobados principalmente en Europa, son los que llevan concentraciones más altas de nicotina, generando mayor adicción que el cigarrillo tradicional. A mayor carga de nicotina, se origina una mayor dependencia”, aclara.
"En las muestras de Anatomía Patológica que se han obtenido de ciertos vapeadores, sí se llegan a observar cambios no cancerígenos como displasias en todo el aparato respiratorio", apunta el experto
Y esta dependencia, según los datos que ofrece el doctor, comienza cada vez más temprano, “especialmente entre los 16 y los 20 años”. De hecho, el experto avisa de que “en España, prácticamente la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años ha utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos (48,4%), siendo más frecuente entre los chicos que entre las chicas, con independencia de la edad. Esta proporción supone un incremento de más del doble en dos años”.
Aunque de momento no se conocen los efectos a largo plazo, el doctor Sam apunta que “el hecho de que la mezcla para generar este vapor de agua conlleve formaldehído, un cancerígeno, lleva a pensar que el vapeador a largo plazo puede provocar cáncer de algún tipo, a nivel orofaríngeo e incluso pulmonar”.
Además, alerta de que "en las muestras de Anatomía Patológica que se han obtenido de ciertos vapeadores, sí se llegan a observar cambios no cancerígenos como displasias en todo el aparato respiratorio" y, en algunos casos, "enfermedades pulmonares bastante graves en jóvenes que utilizan con frecuencia vapeadores, llegando a necesitar hasta trasplantes pulmonares en aquellos que mezclaban aceite de cannabis con su vapeador habitual", alerta.
Cada año fallecen -como consecuencia de cardiopatías inducidas por el tabaco- alrededor de 1,9 millones de personas, según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad advierte que las tendencias de la prevalencia del consumo de tabaco en 2000-2025, durante casi las dos últimas décadas el número total de consumidores de tabaco a nivel mundial ha disminuido de 1.397.000 millones en 2000 a 1.337.000 millones en 2018, lo que supone aproximadamente una reducción de 60 millones de personas.
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