Todo lo que puedes hacer para evitar el cáncer de piel (y funciona)
Llega a nuestro país un dispositivo que puede ver cada lunar, lesión o imperfección de la dermis en minutos para orientar en el diagnóstico precoz de la enfermedad, aunque lo más eficaz es la fotoprotección y consultar con el dermatólogo
El cáncer de piel es menos frecuente que los de colon, pulmón, mama o próstata, pero no significa que sea una enfermedad rara. De hecho, durante el año pasado, se detectaron 22.229 casos de cáncer de piel no melanoma y 5.489 melanoma, además de otras variedades menos habituales, según los datos ofrecidos por la Asociación Española Contra el Cáncer.
Pero aunque sea menos habitual, y también con unas posibilidades de curación muy altas (superiores al 90% para el carcinoma basocelular) no hay que llamarse a engaño: el cáncer de piel mata (en 2020 fallecieron en España cerca de 1.100 personas por esta enfermedad), una mortalidad que es especialmente alta entre los afectados por melanoma, de los que se se diagnostican 4.000 nuevos casos cada año y el 70% sobrevive a los 5 años (dicho de otra forma, el 30% muere antes de los 5 años del diagnóstico).
Las cifras dibujan una pendiente ascendente porque los casos de cáncer de piel aumentan a razón de un 10% al año, y la incidencia de tumores dermatológicos se ha duplicado en los últimos años. Esta realidad, en la que destaca la enorme efectividad de la prevención y el diagnóstico temprano, ha llevado a declarar el 13 de junio como Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, una iniciativa que secundan 50 países.
La huella del covid-19
Este año, diferentes organizaciones han puesto el acento en los retrasos en el diagnóstico a consecuencia de la pandemia de covid-19. Los datos que arroja la Coalición Global para la Defensa del Paciente con Melanoma (la alianza de organizaciones benéficas relacionadas con el melanoma) en una encuesta realizada a más de 700 dermatólogos de todo el mundo reflejan que la pandemia ha ocasionado un descenso diagnóstico del 21% de los casos de melanoma, lo que se traduce en 1.113 afectados sin diagnosticar en España y 60.000 a nivel mundial.
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“Muchos pacientes han dejado de asistir a sus consultas dermatológicas por miedo a contraer covid-19. La cancelación de muchas cirugías programadas que no fuesen de carácter vital y las anulaciones y retrasos en las consultas ambulatorias han agravado esta circunstancia” explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
Los pacientes que más afectados se han visto han sido los de edad avanzada. “El hecho de vivir solos o con otra persona de edad similar, además de su vulnerabilidad, ha demorado el diagnóstico y el tratamiento”, añade Sánchez Viera.
La esperanza de las vacunas
Los tratamientos funcionan en buena parte de los afectados, y el 90% de los que tienen un carcinoma basocelular (el cáncer de piel más frecuente) se curan. Sin embargo, el verdadero problema es el melanoma metastásico que, como subraya el dermatólogo Ramón Grimalt, profesor de la Universidad Internacional de Cataluña,”responde mal a la quimioterapia y a la radioterapia y tiende a hacer metástasis a distancia en poco tiempo”.
El catalán confía en que en el futuro, el tratamiento del cáncer de piel pase por las vacunas y la personalización, como ya se hace en los tumores de mama y colon.
Aunque las expectativas terapéuticas sean altísimas, la prevención es la medida realmente eficaz. ¿Cómo? Acudiendo al dermatólogo a revisarse los lunares y extremando la protección frente a las radiaciones solares con métodos físicos y cremas.
Innovadora tecnología
Para el examen de los lunares existen técnicas muy avanzadas, capaces de hacer el mapeo completo de los mismos en pocos segundos y detectar el cáncer cutáneo en sus fases más tempranas, como es el dispositivo VECTRA 360®. El Dr. Salvador González, experto internacional en detección precoz del cáncer de piel del Grupo Pedro Jaén, explica que “VECTRA 360® combina imágenes 3D e imágenes de demoscopia digital secuencial (SDDI), lo que lo convierten en la mejor técnica no invasiva para detectar melanomas y cáncer cutáneo no melanoma”.
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Gracias a un sofisticado sistema dotado 92 cámaras e iluminación de polarización cruzada, esta tecnología captura imágenes de toda la superficie de la piel y ofrece una visión tridimensional de las lesiones cutáneas del paciente.
Este equipo es capaz de tomar imágenes de todo el cuerpo y replicar la superficie de la piel en 3D en menos de un segundo de manera que cada lunar, lesión o imperfección se puede ver, evaluar y analizar en pocos minutos por parte de los dermatólogos. “Este análisis fotográfico nos permite acceder a una visión global extraordinariamente detallada de toda la superficie cutánea del paciente. Además, gracias a esta tecnología podemos diseñar un mapa dermatológico para registrar y hacer un seguimiento de la evolución de lunares y lesiones que nos permite ver de manera rápida y clara cualquier modificación sospechosa. Cuanto antes identifiquemos estas variaciones susceptibles de malignizarse, antes podremos establecer un diagnóstico y un tratamiento”, subraya.
Decálogo de fotoprotección
Además de la revisión periódica por parte del dermatólogo, la otra pata de la prevención es la fotoprotección. Desde la Fundación Piel Sana, de la Academia Española de Dermatología, insisten en el mensaje de que tanto la radiación ultravioleta UVB como la UVA inducen daño en la piel, dando lugar a un proceso que juega un papel importante en el desarrollo de cáncer de piel y en el envejecimiento prematuro. Por tanto, "evitar la quemadura es crucial, ya que el riesgo de melanoma en la edad adulta se duplica si en la infancia o adolescencia se sufrieron quemaduras".
Por ello, los dermatólogos de la Fundación Piel Sana recuerdan a la población la importancia de establecer unos hábitos adecuados frente a la radiación solar para poder aprovechar sus beneficios y minimizar sus riesgos. Su decálogo de consejos para disfrutar del sol con responsabilidad recomienda:
Utilizar ropa de trama tupida, no elásticos, preferiblemente de algodón y color oscuro.
Beneficiarse de otros complementos que actúen de barrera, como pueden ser las gorras, los sombreros de ala, los pañuelos o las gafas de sol.
Evitar la exposición durante las horas centrales del día, es decir entre las 12 y las 16 horas.
Hacer uso de las sombras: árboles, sombrillas, toldos, etc…
Evitar quedarse dormido al sol.
Es fundamental hidratarse por dentro (bebiendo al menos 1,5 litros de agua) y por fuera (aplicando crema hidratante tras la exposición solar).
Aplicar un fotoprotector solar adecuado a cada tipo de piel y zona específica del cuerpo con un SPF igual o superior a 30 media hora antes de la exposición solar con la piel limpia y seca (sin olvidarse de los labios, las orejas, y el cuero cabelludo)
Reaplicar el protector solar en abundancia y de manera uniforme cada dos horas o después del baño.
Recurrir a nuestras nuevas herramientas para ayudarle a realizar su autoexploración mensual de la piel y aprender hábitos dermosaludables frente a los efectos dañinos del exceso de exposición solar. Las apps UV Derma y eDerma son gratuitas y están disponibles para sistemas iOS y Android.
Acudir al dermatólogo ante cualquier cambio en la forma, el color o el tamaño de tus lunares y manchas cutáneas.
Eres tu mejor vigilante
Nunca hay que infravalorar cualquier variación de en las manchas de nuestra piel, por ello es primordial autoexplorarse periódicamente y, ante cualquier cambio o duda, consultar con el especialista.
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Para las autoexploraciones, el doctor Sánchez Viera ofrece las siguientes pistas que se deben tener en cuenta:
Lesiones que crecen en la piel que aumenten de tamaño y que tengan aspecto nacarado, traslúcido, marrón, negro o multicolor.
Heridas o llagas que pican, duelen, sangran o forman costra y que no sanen en un máximo de 3 semanas.
Lunares o manchas de nacimiento que experimenten cualquier cambio: es muy útil la conocida Regla del ABCDE de los lunares: A significa asimetría; B, corresponde a bordes irregulares; C se interpreta como cambios en el color; D es un diámetro superior a 0,6 cm; y E de evolución, es decir, un lunar que cambie de tamaño, forma o color en poco tiempo.
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