El estrés postraumático y la migraña tienen genes comunes

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se define, según la Biblioteca de Medicina de EEUU (Medline Plus), como “una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático”. Aunque comúnmente suele producirse por hechos que pueden poner en peligro la vida de la persona que lo padece, es cierto que, a veces, aparece por la pérdida repentina de un ser querido, por ejemplo.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la migraña afecta a un 12-13% de la población española

Sin embargo, no todas las personas que sufren episodios de este tipo en su vida desarrollan esta patología. En esta línea, como apuntan desde Medline Plus, “los investigadores no saben por qué algunas personas tienen TEPT y otras no”. Por eso, la genética, la neurobiología, los factores de riesgo y los aspectos personales son claves para estudiar estas afecciones.

Por otro lado, la TEPT suele coexistir con episodios de migrañas, que se definen como dolores de cabeza comunes y recurrentes que aparecen a un lado de la cabeza causando un dolor de moderado a intenso que puede ser pulsante o vibrante. Aunque existen factores de riesgo para la aparición de las migrañas como el estrés, la ansiedad o el consumo de alimentos y bebidas como el alcohol, chocolate, quesos maduros, algunos productos fermentados o encurtidos, levadura y algunas carnes curadas o procesadas, hay que subrayar que la genética influye, siendo algunas personas más propensas que otras a padecer esta afección.

En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la migraña afecta a un 12-13% de la población, lo que la convertiría en la enfermedad neurológica más prevalente de nuestro país.

Una base genética común

Aunque el TEPT a menudo coexiste con otras afecciones de salud, como depresión, trastornos cardiovasculares y enfermedades respiratorias, parece ser, según un estudio publicado en 'Frontiers in Neuroscience', que comparte una base genética común con las migrañas.

El equipo de investigadores australianos ha utilizado, por primera vez, gemelos idénticos, de los cuales uno tiene TEPT o migrañas y el otro no, para llegar a la conclusión de que existen genes comunes que podrían tener un cierto papel en ambas afecciones. De hecho, como señalan los científicos, estos hallazgos podrían explicar por qué coexisten ambas afecciones y, de esta manera, definir mejor qué tratamientos podrían ser eficaces para erradicarlas centrándose en los factores de riesgo epigenéticos.

Gemelos idénticos, claves en las respuestas

“En este estudio utilizamos el diseño de gemelos monocigóticos (MZ) discordantes de la enfermedad para investigar la comorbilidad de TEPT y migraña. Esta es una estrategia poderosa en epidemiología genética y epigenética, ya que los participantes son genéticamente idénticos y están bien emparejados por edad, sexo, entorno materno, efectos de cohortes de población y exposición a muchos factores ambientales compartidos”, aseguran los autores.

“Comprender qué genes están involucrados en el TEPT y la migraña respaldará el desarrollo de intervenciones psicológicas y/o farmacológicas más avanzadas”, concluyen en el estudio

El trabajo tuvo como objetivo identificar genes asociados con el trastorno de estrés postraumático que se superponen con la migraña y evaluar la similitud en las vías biológicas entre estos trastornos. “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que utiliza el diseño de gemelos monocigóticos para determinar las diferencias de metilación del ADN entre gemelos discordantes para el TEPT y la migraña”, apuntan.

Los resultados se basaron en el estudio de seis pares de gemelos que habían vivido una experiencia traumática y en los que uno de ellos había desarrollado TEPT y quince pares, en los que uno de los gemelos tenía migrañas.

“Identificar los factores que predisponen a los ataques de migraña es crucial para proporcionar dianas moleculares específicas para diseñar nuevos medicamentos para la migraña. Comprender qué genes están involucrados en trastornos comórbidos como el TEPT y la migraña respaldará el desarrollo de intervenciones psicológicas y/o farmacológicas más avanzadas que se dirijan a las vías clave que subyacen a ambos trastornos”, concluyen los autores.