¿Conoces tu riesgo real de tener un ictus? Estas son las señales de alarma
El actor Jordi Rebellón y antes el político Alfredo Pérez Rubalcaba ponen rostro a los miles de personas que mueren cada año por un infarto cerebral. Actuar inmediatamente tras el ataque es fundamental para el pronóstico
Las muertes inesperadas y repentinas de personas todavía jóvenes provocan una gran conmoción, especialmente cuando, aparentemente, estaban sanas y hacían su trabajo normalmente. Así ocurrió con el actor Jordi Rebellón el año pasado y hace tres con el político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero sus fallecimientos son solo dos de los más de 27.000 que ocurren cada año en España a causa de un ictus, y que seguirán aumentando (hasta un 39%) hasta 2035, como recoge el Atlas del Ictus en España 2019, redactado por la Sociedad Española de Neurología y avalado por diferentes sociedades médicas y de pacientes.
Los datos son aterradores: el 40% de las personas que sufren un ictus fallece y el 33% queda con una discapacidad permanente.
El mejor antídoto es, una vez que ocurre el ataque, recibir atención médica inmediata, y para eso hay que saber reconocer los síntomas. Mejor aún es prevenirlo e identificar a las personas que están en riesgo de tener este accidente cerebrovascular (el 80% de los casos se pueden evitar, dice el Atlas del Ictus). Aunque a partir de los 70 años las posibilidades aumentan más del 6%, nadie está completamente a salvo (Rebellón y Rubalcaba son dos claros ejemplos).
Todo esto es lo que tienes que saber para minimizar el riesgo de sufrirlo:
¿Qué es un ictus?
“Es la interrupción del suministro sanguíneo en una zona del cerebro. La ausencia de sangre provoca daño o destrucción de las células cerebrales. Las consecuencias dependerán de la zona en la que se produce la lesión, y van desde la alteración de la movilidad, el habla o la capacidad para pensar”, describe la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
¿Qué lo causa?
- Trombos en el corazón: un coágulo se desplaza desde el corazón al cerebro por un problema cardiaco (por ejemplo, fibrilación auricular) y tapona las venas del cerebro impidiendo el aporte de sangre.
- Desprendimiento de placas de ateroma (ateroesclerosis) de los vasos sanguíneos.
¿Cuáles son los síntomas?
Conocer las manifestaciones es decisivo para pedir ayuda médica y mejorar el pronóstico:
- ¿Se cae un lado de la cara?
- ¿Tiene un brazo más débil que otro?
- ¿Puede hablar? ¿Dice palabras inconexas?
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Tenemos muchas posibilidades de evitar el ictus al controlar las siguientes variables (con el adecuado tratamiento farmacológico en el caso de las enfermedades y modificando los hábitos de vida):
- Hipertensión arterial: es el principal factor de riesgo
- Diabetes tipo 2
- Sedentarismo
- Colesterol elevado
- Obesidad
- Fibrilación auricular: multiplica por cinco la posibilidad de tener un ictus.
¿Cuál es el tratamiento?
Lo primero es disolver el trombo y eso se hace con un medicamento por vía intravenosa (rtPA). El problema es que su eficacia es limitada y acarrea complicaciones hemorrágicas.
Para buscar nuevos tratamientos, el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) participa en el proyecto Platmed, que coordina la Universidad McGill, de Canadá. “El principal objetivo es fabricar un nuevo modelo de nanomedicinas inteligentes para encapsular este fármaco y aumentar su eficacia y seguridad, reduciendo de esta forma el riesgo de hemorragia”, explica el investigador Francisco Campos, del IDIS. “Este innovador camino en el abordaje de la enfermedad prevé que mejore el resultado de los pacientes con ictus tratados con rtPA y ampliar el número de personas que puedan beneficiarse de este tratamiento”, añade.
¿Se puede saber con antelación quién va a tenerlo?
La ciencia trabaja en la búsqueda de pistas que señalen quién es vulnerable. Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han encontrado que las proteínas que están presentes en la placa de ateroma (colesterol acumulado en la pared de arteria) pueden ser un biomarcador para detectar la aterosclerosis antes de que dé síntomas. “Esta identificación precoz serviría para seleccionar a las personas en las que está recomendado realizar pruebas con técnicas de imagen para evaluar su riesgo cardiovascular de forma más precisa”, señala el doctor Jesús Vázquez, uno de los coordinadores del estudio.
También existen aplicaciones médicas para evaluar el riesgo individual.
¿Se puede prevenir con la dieta?
El colesterol elevado predispone a sufrir un ictus. Con frecuencia, se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como sardinas, nueces y otros pescados grasos.
Sin embargo, este efecto es controvertido, y un informe del Centro Cochrane Iberoamericano concluye que es falso o, en todo caso, tiene que ser reevaluado.
De todos modos, realizar actividad física regularmente y llevar una dieta variada, con grasas saludables y rica en vegetales son las mejores recetas de salud que se pueden dar. Con todo, nunca hay que olvidar que, en medicina, el riesgo cero no existe.
Las muertes inesperadas y repentinas de personas todavía jóvenes provocan una gran conmoción, especialmente cuando, aparentemente, estaban sanas y hacían su trabajo normalmente. Así ocurrió con el actor Jordi Rebellón el año pasado y hace tres con el político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero sus fallecimientos son solo dos de los más de 27.000 que ocurren cada año en España a causa de un ictus, y que seguirán aumentando (hasta un 39%) hasta 2035, como recoge el Atlas del Ictus en España 2019, redactado por la Sociedad Española de Neurología y avalado por diferentes sociedades médicas y de pacientes.