10 consejos para embarazadas con problemas reumáticos autoinmunes
Las enfermedades reumatológicas inflamatorias son un desafío para las mujeres afectadas que quieren tener hijos. Es posible, pero para una gestación con éxito es necesario cumplir unas indicaciones estrictas
Los números no engañan: España sí es país para viejos; aunque para ser más exactos: es un país de viejos. En 2020, la pandemia se cebó también con la ya maltrecha natalidad y llevó a una caída de los nacimientos del 5,9%. Según las cifras que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), el año pasado nacieron 339.206 niños. ¿Son muchos o pocos? La realidad es que, como advierte el INE, estamos en crecimiento vegetativo negativo (mueren más personas que las que nacen) y por ello es urgente fomentar los nacimientos.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) rompe una lanza a favor de la maternidad entre las mujeres en edad fértil que padecen alguna enfermedad reumática (lupus, vasculitis, artritis reumatoide, síndrome antifosfolípido, etc): “Las mujeres con enfermedades reumáticas pueden tener hijos como cualquier mujer sana, aunque es necesario planificar el embarazo con el reumatólogo y contar con un equipo multidisciplinar que sepa abordar de forma adecuada las posibles complicaciones que puedan presentarse”.
Esta advertencia tiene mucho sentido, ya que en este tipo de patologías, los abortos de repetición son una de las características. Para promover la maternidad segura entre las afectadas, la doctora Julia Martínez Barrio, del Hospital Gregorio Marañón y miembro de la SER, ha desarrollado un decálogo:
Planificar el embarazo
La adecuada programación de la gestación es imprescindible para conseguir un embarazo exitoso. Desde el momento de su diagnóstico, las mujeres en edad fértil deben recibir información sobre el manejo de su enfermedad en esta etapa, y el adecuado consejo sobre anticonceptivos para aquellas que no desean quedarse embarazadas. Este primer consejo también es el punto de partida para el Colegio Americano de Reumatología, que en su página web ofrece información detallada para pacientes.
¿Cuándo se puede quedar embarazada?
Es importante tener controlada la enfermedad al menos de 3 a 6 meses antes de quedarse embarazada, incluso 12 meses en pacientes que han sufrido brotes graves de algunas enfermedades como, por ejemplo, el lupus.
La medicación es segura
Durante la planificación y el embarazo se aconsejará interrumpir aquellos tratamientos menos seguros como son metrotexato, leflunomida, micofenolato de mofetilo o algunos biológicos. Otros tratamientos ya han demostrado ser compatibles con la gestación, y el médico indicará cuál es el tratamiento adecuado y la posibilidad de poder utilizarlo a lo largo del embarazo, con el fin de controlar la enfermedad y evitar un cambio de tratamiento durante esos meses.
Control estricto del embarazo
Cuando una mujer con una enfermedad reumática, y especialmente en afecciones autoinmunes sistémicas como el lupus, el síndrome de Sjögren o la esclerodermia, se queda embarazada debe ser atendida en una Unidad de Embarazo de Alto Riesgo, y si no es posible, los obstetras y los reumatólogos deben permanecer siempre en contacto estrecho.
Parto natural
La vía del parto preferida en todas las mujeres, salvo que esté contraindicado por motivo obstétrico, es la vaginal, y en las mujeres con enfermedades reumáticas también lo es. Lo ideal es que el parto se inicie de forma espontánea, aunque dependiendo de si han aparecido complicaciones maternas o fetales a lo largo de la gestación se puede plantear la inducción según criterio del obstetra.
La anestesia epidural está permitida
Normalmente no hay ningún motivo por el que una paciente con enfermedad reumática no pueda recibir este tipo de anestesia, siempre según el criterio del anestesista y teniendo en cuenta su enfermedad y la medicación que utiliza.
Atención en el puerperio (posparto)
En esta etapa es importante extremar la vigilancia, ya que son frecuentes los brotes de la enfermedad. Esto, además, es un punto que preocupa mucho a las mujeres porque puede afectar a su capacidad para cuidar a su bebé. Por esto, es importante continuar con los tratamientos indicados.
No hay que renunciar a la lactancia
El objetivo es poder conseguir una lactancia natural si así lo desea la mujer mientras la enfermedad se encuentra controlada con tratamientos compatibles.
Buscar apoyo médico
Con la adecuada preparación y supervisión, lo más normal es que el embarazo sea posible, por ello las pacientes deben hablar con su médico para recibir apoyo durante todo el proceso y, en caso necesario, facilitar la atención médica inmediata si sucediese un brote de la enfermedad reumática.
Seguimiento por un equipo multidisciplinar
Esta etapa precisa una estrecha colaboración de los diferentes equipos asistenciales entre los que se incluyen reumatólogos, médicos de atención primaria, matronas, obstetras y, en algunos casos, farmacéuticos de hospital. Una buena comunicación entre profesionales y pacientes puede reducir de manera notable los riesgos e incrementar las posibilidades de éxito.
Los números no engañan: España sí es país para viejos; aunque para ser más exactos: es un país de viejos. En 2020, la pandemia se cebó también con la ya maltrecha natalidad y llevó a una caída de los nacimientos del 5,9%. Según las cifras que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), el año pasado nacieron 339.206 niños. ¿Son muchos o pocos? La realidad es que, como advierte el INE, estamos en crecimiento vegetativo negativo (mueren más personas que las que nacen) y por ello es urgente fomentar los nacimientos.