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Estos vegetales sí previenen el hígado graso no alcohólico
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Enfermedad hepática

Estos vegetales sí previenen el hígado graso no alcohólico

Es una epidemia silente que afecta a uno de cada tres adultos y en un 20% de los casos evoluciona a cirrosis. Pero un estudio trae buenas noticias. La clave está en las crucíferas

Foto: Foto: Unsplash/keenanloo.
Foto: Unsplash/keenanloo.

Se la conoce como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (o NAFLD, por sus siglas en inglés) y se ha convertido en una epidemia silente que afecta a uno de cada tres adultos. El problema más grave: en un 20% de los casos la enfermedad evoluciona a cirrosis.

Pero desde la Universidad de Texas A&M AgriLife Research (Estados Unidos) llegan buenas noticias. Un estudio publicado en 'Hepatology' constata que un compuesto de los vegetales crucíferos protege de la enfermedad. Se trata del indol, que se encuentra en las bacterias intestinales, pero también en el brócoli, el repollo, la coliflor o las coles de Bruselas.

"Afecta a uno de cada tres adultos. El problema más grave: en un 20% de los casos la enfermedad evoluciona a cirrosis"

"En base a esta investigación, creemos que los alimentos saludables con alta capacidad para la producción de indol son esenciales para prevenir la NAFLD y son beneficiosos para mejorar la salud de quienes la padecen", ha declarado Chaodong Wu, autor principal de la investigación. "Este es otro ejemplo en el que alterar la dieta puede ayudar a prevenir o tratar enfermedades y mejorar el bienestar del individuo".

La enfermedad, provocada en gran medida por el sobrepeso y la diabetes y que no está relacionada con el consumo de alcohol, se debe al exceso de grasa almacenada en las células hepáticas, y algunos afectados pueden desarrollar esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés), una forma agresiva de enfermedad del hígado graso, que se caracteriza por la inflamación del órgano y que puede progresar a cicatrización avanzada (cirrosis) e insuficiencia hepática. Este daño es similar al daño causado por el consumo excesivo de alcohol.

Entre sus síntomas destacan

  • Hinchazón abdominal (ascitis)
  • Vasos sanguíneos dilatados justo debajo de la superficie de la piel
  • Bazo agrandado
  • Palmas rojas
  • Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia)
  • Fatiga
  • Dolor en la parte superior derecha del abdomen

Además de la obesidad y la diabetes, tener prediabetes, colesterol o triglicéridos elevados e hipertensión son factores de riesgo de la enfermedad. Las bacterias intestinales también pueden tener un efecto, ya sea positivo o negativo, en la progresión de la enfermedad del hígado graso. Estas bacterias producen muchos compuestos diferentes, uno de los cuales, como hemos dicho antes, es el indol, como producto de la degradación del aminoácido triptófano, así como su derivado el escatol. El propio Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. también señala los beneficios del indol-3-carbinol que se encuentra en las verduras crucíferas, incluidas sus propiedades antiinflamatorias y de lucha contra el cáncer.

El ensayo

El estudio examinó el efecto de las concentraciones de indol en las personas (137 participantes), los modelos animales y las células individuales para ayudar a determinar el efecto del indol sobre la inflamación del hígado y sus posibles beneficios para los afectados de NAFLD. Se investigó, además, el grado en que el indol alivia la patología, incorporando hallazgos previos sobre bacterias intestinales, inflamación intestinal e inflamación del hígado. También incorporó un estudio sobre cómo el indol mejora el hígado graso en modelos animales.

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Foto: iStock.

Para el ensayo, los científicos investigaron los efectos del indol en los individuos con hígado graso. El equipo de investigación descubrió que las personas con un índice de masa corporal más alto tendían a tener niveles más bajos de indol en la sangre. Además, los niveles en aquellos que eran clínicamente obesos eran significativamente más bajos que los que se consideraban delgados. Y en aquellos con niveles más bajos de indol, también hubo una mayor cantidad de deposición de grasa en las células hepáticas.

Aunque los participantes eran chinos, los científicos creen que es probable que este resultado se extienda a otras etnias, "aunque el origen étnico puede tener cierta influencia en las poblaciones de bacterias intestinales y los niveles exactos de metabolitos".

Para determinar aún más el impacto del indol, el equipo de investigación utilizó modelos animales alimentados con una dieta baja en grasas (dieta de control) y alta en grasas para simular los efectos de la NAFLD.

"Las comparaciones de modelos animales alimentados con una dieta baja en grasas y alta en grasas nos dieron una mejor comprensión de cómo el indol es relevante para la NAFLD", ha comentado Gianfranco Alpini, MD, colaborador del estudio y exprofesor distinguido del Centro de Ciencias de la Salud Texas A&M, ahora el director del Centro de Indiana para la Investigación del Hígado.

Alpini indica que el tratamiento de modelos animales que imitan NAFLD con indol disminuyó significativamente la acumulación de grasa y la inflamación en el hígado. El equipo de investigación también estudió cómo el indol afecta las células individuales.

Shannon Glaser, M.D., profesora del Centro de Ciencias de la Salud de Texas A&M, ha asegurado que, además de reducir la cantidad de grasa en las células del hígado, el indol también actúa sobre las células del intestino, que envían señales moleculares que amortiguan la inflamación.

"El vínculo entre el intestino y el hígado agrega otra capa de complejidad a los estudios sobre la enfermedad del hígado graso no alcohólico, y los estudios futuros son muy necesarios para comprender completamente el papel del indol", ha aseverado Glaser.

Investigación nutricional adicional

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Foto: iStock.

"Los alimentos con una alta capacidad de producción de indol o medicamentos que imitan sus efectos pueden ser nuevas terapias para el tratamiento de la NAFLD", dijo Wu, y agregó que la prevención es otro aspecto importante a considerar.

"La prevención del desarrollo y la progresión de NAFLD puede depender de enfoques nutricionales para garantizar que los microbios intestinales permitan que el indol y otros metabolitos funcionen de manera efectiva", afirman los autores.

Se necesita investigación futura para investigar cómo ciertas dietas pueden lograr estos efectos. En futuras investigaciones, el equipo de Wu espera colaborar con científicos de alimentos y nutricionistas clínicos para examinar qué alimentos saludables pueden alterar la microbiota intestinal y aumentar la producción de indol.

Se la conoce como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (o NAFLD, por sus siglas en inglés) y se ha convertido en una epidemia silente que afecta a uno de cada tres adultos. El problema más grave: en un 20% de los casos la enfermedad evoluciona a cirrosis.

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