Llega un nuevo avance que pone freno al cáncer de próstata metastásico
Los científicos han identificado dos subtipos de esta neoplasia que responden de manera diferente al tratamiento, información que podría orientar a los médicos para seleccionar las terapias que mejor se adapten a cada paciente
Si hay algo que preocupa a la población masculina es la próstata. Motivos, de sobra, tienen: es la segunda causa de tumor más común entre los hombres de todo el mundo y afecta, sobre todo, a los de edad avanzada. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en nuestro país se producen 1.276.106 casos nuevos cada año. No existe una estrategia confirmada que ayude a su prevención, pero sí se sabe que los chequeos rutinarios (mediante el análisis del antígeno prostático específico -PSA- en la sangre o el tacto rectal) contribuyen a su diagnóstico precoz: antes de que lancen metástasis.
Es, precisamente, la diseminación de la enfermedad oncológica la primera causa de preocupación de los oncólogos. Pero llega una nueva investigación que orienta en el mapa del tratamiento de la peor forma del cáncer de próstata. Se han identificado dos subtipos que responden de manera diferente al tratamiento, información que algún día podría orientar a los médicos para prescribir la mejor terapia individualizada a sus pacientes, un hecho que forma parte de la gran apuesta por la medicina personalizada de hoy en día.
Avance tecnológico
Los avances en tecnologías genómicas y estrategias bioinformáticas han llevado a una comprensión sin precedentes de las bases moleculares del cáncer de próstata. A partir de estudios anteriores se han descubierto subtipos clínicamente relevantes, por ejemplo para el cáncer de mama y cáncer de próstata no metastásico. Los investigadores identificaron firmas genéticas que pueden dividir los tumores de próstata metastásicos en dos tipos conocidos como luminal y basal.
"En 2020 fue el tercero en tasa de mortalidad de varones en España. Según las estadísticas, afectará a más de 35.000 hombres en España en 2021", Dr. Martínez-Salamanca
Los tumores luminales respondieron mejor a los tratamientos que bloquean la testosterona, mientras que los tumores basales no se beneficiaron tanto de este tratamiento hormonal. Los tumores basales también incluían la forma particularmente agresiva de enfermedad metastásica conocida como cáncer de próstata neuroendocrino de células pequeñas.
“La razón por la que estos subtipos son importantes es que responden a la terapia hormonal de manera muy diferente”, dice Shuang Zhao, profesor de oncología en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin (EEUU), que ayudó a dirigir la investigación. “En el cáncer de próstata localizado, hemos demostrado que los tumores luminales tienen un mayor beneficio de la terapia antitestosterona. Queríamos saber si el mismo patrón se extendía a la enfermedad metastásica". Con colegas de la Universidad de California (San Francisco) y otras instituciones, Zhao ha publicado sus hallazgos en la revista 'JAMA Oncology'.
Tras dos décadas
Hace unos 20 años, los científicos descubrieron los subtipos luminal y basal de cáncer de mama y descubrieron que cada uno responde mejor a diferentes terapias. Esto les ha dado a los médicos una mayor precisión en el tratamiento de sus pacientes con cáncer de mama.
Dado que los tumores de mama y de próstata comparten muchas similitudes, incluida su sensibilidad al tratamiento hormonal, en 2016 el equipo de Zhao analizó si estas se extendían a diferentes subtipos de cáncer de la glándula. Publicaron el primer informe que identificó los subtipos luminal y basal en el cáncer de próstata localizado, cuando la enfermedad permanece confinada a la próstata.
El nuevo estudio amplió el análisis al cáncer metastásico, cuando la enfermedad se extiende más allá de su propio origen. Sabemos que el cáncer de próstata metastásico es mucho más letal que su versión local. También es más difícil de estudiar, porque los tumores pequeños pueden estar en muchas partes diferentes del cuerpo y son más complicados de biopsiar.
Entonces, para identificar suficientes muestras para ejecutar su análisis, el equipo de Zhao recurrió a múltiples estudios nacionales de pacientes afectados. El más grande de estos se basó en UCSF y fue dirigido por dos de los autores principales del actual, Eric Small y Felix Feng.
“Reunimos todos los datos y la mayor cohorte de cáncer de próstata metastásico hasta la fecha”, apunta Zhao. El equipo terminó con un total de 634 muestras de pacientes.
Los científicos utilizaron métodos computacionales para comparar los patrones de expresión génica en las biopsias de tumores. Un grupo de 50 genes determina la naturaleza basal o luminal del cáncer de mama y de próstata y, dependiendo de cómo de activo sea cada uno de estos genes, los científicos pueden separar los dos subtipos. Como habían visto para el cáncer de próstata localizado, el equipo identificó también los tipos luminal y basal del cáncer metastásico. Luego preguntaron cómo afectaban los subtipos la supervivencia del paciente y la respuesta al tratamiento.
Debido a que los médicos que trataban a los pacientes del estudio no conocían los subtipos en ese momento, tuvieron que decidir qué tratamiento pensaban que podría funcionar mejor sin esta información. La variación en el tratamiento produjo un experimento natural que los investigadores pudieron analizar.
“Y descubrimos que, al igual que en el cáncer de próstata localizado, las terapias hormonales parecían funcionar mejor en los tumores luminales que en los basales”, señala Zhao.
Dos subtipos
Aunque había dos subtipos claros, los investigadores también vieron que los tumores caían en un espectro dependiendo de su grado de luminosidad o basalidad. En un extremo se encontraban los cánceres de próstata neuroendocrinos de células pequeñas resistentes al tratamiento hormonal, que parecían los más basales. En el otro extremo estaban los subtipos luminales menos agresivos, que son mucho más sensibles a la terapia hormonal. Pero también había tumores entre los dos extremos. Todavía no está claro cómo estos cánceres intermedios pueden beneficiarse de diferentes tratamientos.
Dado que los tumores metastásicos son tan difíciles de biopsiar, Zhao espera desarrollar análisis de sangre que puedan determinar más fácilmente la naturaleza luminal o basal de la enfermedad. Tal prueba de biomarcadores haría que los ensayos clínicos que prueban la utilidad de subtipificar tumores metastásicos sean mucho más factibles. Actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos similares para el cáncer de próstata local.
La valoración
En declaraciones a El Confidencial, el Dr. Martínez-Salamanca, director médico de Lyx Instituto de Urología, adjunto de Urología del Hospital Universitario de Puerta de Hierro y jefe de servicio de Urología del Hospital Virgen del Mar y del Vithas Pardo de Aravaca (todos en la capital), explica: "Se trata del mayor de los estudios llevados a cabo sobre pacientes con cáncer de próstata metastásico con un total de 634 muestras. Identifica dos subtipos de cáncer de próstata metastásico y también que las terapias hormonales funcionan mejor en los tumores lumbares que en los tumores basales".
Coincide en la valoración el Dr. François Peinado, jefe del Servicio de Urología del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid, que destaca que "se trata de un trabajo muy interesante y que abre una nueva vía en el tratamiento del cáncer de próstata. La sensibilidad de algunas células específicas de la glándula prostática puede condicionar su respuesta al tratamiento hormonal. En el futuro, habrá que determinar qué tipo de células está afectada y ello condicionará el tipo de tratamiento más adecuado".
Sabíamos que "la metástasis en esta neoplasia significa que la enfermedad ya se ha extendido desde la próstata a diferentes partes del cuerpo. El cáncer de próstata metastásico es mucho más letal que su versión localizada", afirma el doctor Martínez-Salamanca. Y añade: "En 2020 el cáncer de próstata fue el tercero en tasa de mortalidad de varones en España. Según las estadísticas, el cáncer de próstata afectará a más de 35.000 hombres en España en 2021".
Recuerda el Dr. Peinado que "uno de los lugares más afectados a distancia son los huesos y este es el motivo por el que cuando el PSA está elevado, particularmente por encima de 20 ng/ml, se debe solicitar una gammagrafía ósea para descartar afectación ósea". De hecho, "la mayor parte de los cánceres de próstata que se diagnostican se ven primero al realizar la prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico (PSA) o mediante el tacto rectal. Si los resultados sugieren que podría tener cáncer, entonces planteamos la realización de una biopsia de la próstata, extrayendo pequeñas muestras para luego examinarlas", detalla el director médico de Lyx Instituto de Urología-.
Según los últimos datos, "cuando se engloban todas las etapas de cáncer de próstata, las estadísticas recogen que la tasa relativa de supervivencia a 5 años es de aproximadamente el 100%, a 10 años es de 98% y a 15 años es del 95%. El de próstata es, por tanto, un tipo de cáncer con una alta tasa de supervivencia", subraya el experto..
La detección temprana
Y agrega: "La mejor herramienta es la prevención temprana. Llegado el caso, el tratamiento elegido dependerá de las características de los tumores y biológicas de cada paciente y la fase de la enfermedad en la que se encuentre. Cirugía robótica, crioterapia, braquiterapia, electroporación, láser….son tan solo algunas opciones".
Añade el doctor Peinado que actualmente "hay muchas herramientas nuevas como es la resonancia multiparamétrica de próstata, que permite realizar un estudio más preciso de su actividad metabólica y determinar zonas sospechosas dentro de esta. Esto permite que se puedan biopsiar esas zonas sospechosas mediante una técnica llamada biopsia de fusión. Las biopsias de próstata tradicionales realizan una aleatoria de varias zonas de la glándula, pero con esta nueva técnica se pueden biopsiar de forma precisa esas zonas sospechosas que aparecen en la resonancia".
Si hay algo que preocupa a la población masculina es la próstata. Motivos, de sobra, tienen: es la segunda causa de tumor más común entre los hombres de todo el mundo y afecta, sobre todo, a los de edad avanzada. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en nuestro país se producen 1.276.106 casos nuevos cada año. No existe una estrategia confirmada que ayude a su prevención, pero sí se sabe que los chequeos rutinarios (mediante el análisis del antígeno prostático específico -PSA- en la sangre o el tacto rectal) contribuyen a su diagnóstico precoz: antes de que lancen metástasis.
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