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Estos son los factores que te ponen al borde del infarto (y puedes evitarlos)
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Dia Mundial del corazón

Estos son los factores que te ponen al borde del infarto (y puedes evitarlos)

Tensión y colesterol altos, obesidad, estrés o dormir mal amenazan la salud cardiaca, y más de la mitad de los españoles reúnen dos o más situaciones que les exponen a sufrir un ataque. ¿Sabrías cómo neutralizar el peligro?

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La cardiopatía isquémica (una enfermedad provocada por la falta de aporte de sangre al corazón) es la primera causa de muerte en el mundo, y todo apunta a que, por el momento, su liderazgo es imbatible: en 2019 provocó 8,9 millones de defunciones, cuatro veces más que en el año 2000, según los datos que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El dato es alarmante porque deja entrever que los esfuerzos por detener esa letal progresión no son suficientes. Hay que actuar a todos los niveles: desde la investigación hasta la práctica clínica. Sin embargo, en este caso, parece que buena parte de la solución pasa por hacer caso a nuestro refranero: más vale prevenir que curar. Y prevenir y concienciar es el fin del Día Mundial del Corazón, que desde el año 2000 se conmemora cada 29 de septiembre.

La presencia de varios factores multiplica exponencialmente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus

Para este día, la Fundación Española del Corazón (FEC) ha realizado una encuesta que arroja datos reveladores. El más llamativo es que el 57% de los españoles tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular -en los mayores de 55 años la cifra sube hasta el 70,4% y baja hasta 41,6% en la población de entre 16 y 35 años-, algo que va más allá de un efecto sumatorio, ya que “la presencia de varios factores multiplica exponencialmente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus”, subraya el doctor Carlos Macaya, presidente de la FEC.

Resultados de la encuesta

La encuesta permite conocer qué variables impactan en la salud cardiovascular y las diferencias entre sexos. Así, el trabajo de la FEC revela:

  • El sobrepeso es el factor de riesgo más habitual (afecta al 33,8%), seguido de colesterol alto (22,8%), hipertensión (22,2%), sedentarismo (19,4%), estrés (17,4%), obesidad (16,7%), tabaquismo (15,9%). Además, el 36,2% tiene falta de sueño.
  • Predominio masculino: el 58,7% de los hombres tiene más de dos factores de riesgo, y también tienen más sobrepeso y obesidad, hipertensión, colesterol alto y tabaquismo.
  • Características femeninas: el 56% de las mujeres tiene más de dos factores de riesgo; y en ellas son más frecuentes el sueño insuficiente (afecta al 37,8%), el sedentarismo (22,4%) y el estrés (21,8%)
  • El sedentarismo y el estrés son más frecuentes en la población de 36 a 54 años.
  • El tabaquismo es más común entre los 16 y 35 años.
  • El estrés se da más entre los que viven en ciudades de más de 100.000 habitantes.
  • En ciudades de menos de 100.000 habitantes hay más hipertensión, hipercolesterolemia y sobrepeso.
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La dieta es decisiva para la salud del corazón debido a que puede promover o prevenir la aparición de la mayoría de los factores de riesgo. Así lo pone de manifiesto el doctor Javier Aranceta, miembro del comité de nutrición de la FEC: “La hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad están íntimamente ligados a nuestros hábitos alimentarios, por lo que resulta fundamental poner el foco en mantener una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas y verduras". Y entre todos las pautas, “la mediterránea es la que más beneficios ha demostrado a nivel cardiovascular”.

Cicatrices del infarto

Pero la vida real es mucho más complicada y, desgraciadamente, 70.000 personas sufren un infarto cada año en España, al que sobreviven algo más de 40.000. Sin embargo, como en casi todas las heridas, el ataque deja una cicatriz en el corazón que puede dar lugar a problemas potencialmente graves, incluso mortales. Por ello, la evaluación precisa de la cicatriz es fundamental para prevenirlos.

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Un trabajo dirigido por la Universidad de Valladolid y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), publicado en 'Scientific Reports', ha desarrollado una tecnología que identifica las características tridimensionales de esa cicatriz y que aumenta el valor de la resonancia magnética cardiaca para establecer el pronóstico. Uno de los puntos relevantes de este desarrollo es que se puede aplicar en la clínica. El doctor David Filgueiras, del CNIC y del Hospital Clínico San Carlos, asegura a Alimente que “la tecnología tiene la capacidad de ser aplicada en la clínica de forma directa tras incorporar los algoritmos desarrollados a la rutina de trabajo habitual. Nuestro objetivo es poder utilizarla en una nueva cohorte más amplia de pacientes y de esta forma hacerla más visible en una rutina práctica habitual”.

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El también coautor del estudio aclara que la tecnología desarrollada permite, entre otras cosas, la evaluación tridimensional de la pared del miocardio y de las cicatrices asociadas al daño relacionado con un infarto: “Esta evaluación 3D es superior a la evaluación convencional 2D con respecto a su capacidad para determinar las características de las taquicardias ventriculares asociadas al tejido cicatricial posinfarto”.

Las cicatrices posinfarto acarrean, entre otros, problemas relacionados con la pérdida de fuerza para contraerse del ventrículo (se pierde masa muscular cardiaca) y trastornos graves del ritmo cardiaco como son las taquicardias ventriculares que pueden llegar a degenerar en muerte súbita.

Un paso por delante

¿Cómo cambiarán las consecuencias de esas cicatrices con ese diagnóstico más exacto? Según Filgueiras, y basándose en los datos del estudio, “la evaluación tridimensional del tejido cicatricial posinfarto permite conocer con mayor precisión las características de las taquicardias ventriculares que puede sufrir un paciente en concreto. Es decir, en función de los datos podemos estimar que, en caso de producirse una taquicardia ventricular, esta sea más o menos rápida en lo que respecta a la frecuencia cardiaca con la que se presenta”. Además, también permite identificar a los pacientes que tienen más probabilidad de tener taquicardias ventriculares a pesar de que se les hayan realizado procedimientos intervencionistas para tratarlas. El objetivo: evitar muertes súbitas.

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Aunque nunca es tarde para corregir malas costumbres, y el esfuerzo se traduce en una salud mejor, los mayores beneficios se consiguen trabajando desde la infancia. Por eso, promover iniciativas que fomenten hábitos cardiosaludables en las primeras etapas educativas es un fin en el que están involucradas instituciones públicas, privadas y científicos reconocidos mundialmente, como el profesor Valentín Fuster, director del CNIC y del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinaí, de Nueva York, que, junto con las doctoras Gloria Santos, directora científica de la Fundación SHE-Fundación la Caixa, y Judith Cubedo, directora ejecutiva de la empresa GlyCardial Diagnosis, hablarán esta tarde del abordaje de las enfermedades cardiacas en el X Debate CaixaResearch, y que modera El Confidencial (para seguir el debate hay que inscribirse hasta una hora antes en este enlace).

La cardiopatía isquémica (una enfermedad provocada por la falta de aporte de sangre al corazón) es la primera causa de muerte en el mundo, y todo apunta a que, por el momento, su liderazgo es imbatible: en 2019 provocó 8,9 millones de defunciones, cuatro veces más que en el año 2000, según los datos que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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