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¿Es una buena idea diseñar la polipíldora contra el envejecimiento?
  1. Bienestar
Reunión científica

¿Es una buena idea diseñar la polipíldora contra el envejecimiento?

Meter en una pastilla las sustancias con efecto positivo sobre los cambios que ocurren con la edad es una idea atractiva, pero no real. Las vías para atajar la senectud se debaten en el Congreso de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento

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Vivir más años y, sobre todo, bien es una aspiración que siempre ha acompañado al ser humano. El conocimiento científico da alas a ese deseo y otros ponen los recursos para hacer realidad los hallazgos. “El envejecimiento es un campo apasionante científica y económicamente, y la prueba es que Google ha invertido en ciencia antienvejecimiento, y también lo han hecho multimillonarios como Jeff Bezos y Yuri Milner, que han creado la compañía Altos Labs, para desarrollar tecnologías para vivir más años y en buenas condiciones, una tarea para la que han fichado a los científicos españoles Juan Carlos Izpisúa y Manuel Serrano", cuenta el doctor José Serres, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL).

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Tantos son los ángulos de interés del envejecimiento que para poder tener una idea global de por dónde van los avances no hay otra fórmula más completa que un congreso, como el que la SEMAL lleva a cabo estos días, y en el que se habla desde prevenir el cáncer, procesos neurodegenerativos, la genética del envejecimiento, los tratamientos, la economía y, por supuesto, las tendencias en antiaging.

Un paso por delante

Las principales enfermedades del envejecimiento son deterioro cognitivo (alzhéimer), cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedad metabólica y problemas locomotores, pero casi todos ellos comparten el mismo mecanismo preventivo: “Controlar la inflamación, la glicación de las proteínas, la oxidación y la metilación”, enumera el doctor Ángel Durántez, presidente del comité organizador, que ha explicado estos procesos en algunos posts de su blog Más años más vida, que publica cada semana Alimente.

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Aunque el cáncer puede aparecer en cualquier momento de la vida, es a partir de los 45 o 50 años cuando el riesgo aumenta y a partir de los 85 años, la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres tendrá un tumor, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Este hecho justifica que la oncoprevención sea uno de los aspectos más relevantes de esta reunión científica. “Lo que podemos hacer es abordar precozmente el diagnóstico del cáncer, y para ello los oncólogos prevencionistas proponen incorporar la medicina de los estilos de vida -analizando la nutrición, el ejercicio y otros hábitos- y el análisis de biomarcadores que se vinculan a un mayor riesgo de aparición de un cáncer, como son niveles bajos de vitamina D”, refiere Durántez.

Pero mejor aún es cogerle la delantera al cáncer, ¿cómo? Además de las pruebas de cribaje clásicas (colonoscopia, sangre oculta en heces, mamografías, etc), está ganando terreno la biopsia líquida, que “consiste en buscar evidencias de cáncer antes de que sea visible con los procedimientos diagnósticos de imagen; son análisis de sangre en los que se pueden detectar restos de material genético (ADN) de un tumor”. Sin embargo, este avance aún no está incorporado para prevenir un tumor y el experto lamenta que “en la prevención de tumores estamos 20 años por detrás de la prevención de la enfermedad cardiovascular”.

El entrenamiento cerebral es importante para prevenir el deterioro cognitivo

El deterioro cognitivo es otra de las graves consecuencias de la vejez, y como ocurre con los tumores, hay que ir a buscarlo antes de que dé la cara, sobre todo el alzhéimer. “Nuevamente, la inflamación, glicación y metilación aparecen, y el gran debate ahora es si hay que tratar antes la causa de la enfermedad (el estilo de vida) o la consecuencia (las placas de amiloide del alzhéimer)”, reflexiona Durántez. Y como para otras enfermedades, el entrenamiento cerebral es un mecanismo para prevenir el deterioro neurocognitivo.

Melatonina y metformina

Las hormonas son fundamentales en la vida de una persona, y durante el envejecimiento adquieren una relevancia especial porque pueden prevenir muchas de las consecuencias de esa etapa. El presidente del comité organizador afirma que “este es uno de los grandes avances”. Como prueba de cómo está cambiando la percepción que se tiene de las hormonas señala: “Las mujeres que han tenido la menopausia y utilizan terapia de estrógenos tienen una incidencia de enfermedad cardiovascular baja y también desciende la incidencia de cáncer”. La clave está en el tipo de hormonas que se utilizan, en que sean naturales (similares a las de las mujeres) o sintéticas.

De igual manera sucede en el varón con el uso de la testosterona, que “es una hormona esteroidea anabolizante, pero no es un esteroide anabolizante de diseño sintético”.

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Una de las hormonas más ‘populares’ para la población es la melatonina, sobre la que el doctor Darío Acuña, catedrático de la Universidad de Granada, aclara: “La melatonina no es un suplemento, sino un medicamento que se vende con receta médica y que tiene unas propiedades demostradas”. Su actividad fundamental es actuar como un regulador de los ritmos biológicos, pero también es un potente antioxidante y antiinflamatorio, y aquí es donde está la base de su uso en situaciones clínicas ajenas al sueño, como son el envejecimiento, evitar quemaduras en la piel causadas por la radioterapia y está en fase de estudio clínico su uso en pacientes con sepsis.

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De aquí se deduce que la melatonina de la farmacia no es comparable a la de otros establecimientos (por ejemplo, herbolarios), en los que lo que se vende son “productos con dosis muy bajas de melatonina que no requieren receta médica. Tienen cierta efectividad para regular, sobre todo, las alteraciones del sueño, pero no para otros fines”, explica Acuña en declaraciones a Alimente.

Además de sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, la melatonina estimula la función de las mitocondrias para que produzcan más energía. Por ello, en medicina antienvejecimiento se utiliza preventivamente para reducir el impacto de los cambios asociados a ese proceso biológico, pero también se administra para disminuir la neurodegeneración en alzhéimer o párkinson, “siempre que se den al comienzo de la enfermedad, porque después disminuye su efectividad”.

Una superpíldora

La evidencia científica respalda el uso de esta hormona en medicina antienvejecimiento. Pero ¿cuándo hay que comenzar a tomarla? En opinión de este experto, “a los 35 o 40 años, que es cuando comienza el proceso, siempre bajo control médico y de forma mantenida en el tiempo”. Ese uso prolongado es seguro, ya que “tiene una vida media muy corta y carece de efectos secundarios de tolerancia o adicción. Por ello, se puede tomar con seguridad durante años”.

La melatonina no aumenta la longevidad, pero sí ayuda a vivir más y en mejores condiciones

Ahora bien, despeja el doctor, la melatonina no aumenta la longevidad, aunque “sí ayuda a envejecer mejor y con más calidad de vida, y esto se puede traducir en vivir más”.

Una de las futuras promesas del arsenal antiaging es la metformina, el antidiabético oral más utilizado. El doctor José Serres afirma que “las personas con diabetes tipo 2 que llevan muchos años tomando metformina viven más”, y esto les coloca en la categoría de “fármacos senolíticos, que ayudan a eliminar las células que están a punto de morir (favorecen la eliminación de la basura celular)”.

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Vitaminas D y C, melatonina, coenzima Q10 y ahora metformina tienen un papel activo frente al envejecimiento. ¿Y si se juntasen todos en una polipíldora, sumando sus propiedades? La idea es tan atractiva como poco real, ya que “la medicina antienvejecimiento es una medicina personalizada. Se hacen análisis de cada individuo, se hace su historia clínica y en función de todos los datos, se establecen sus necesidades”, refiere Serres. “Esto no es la medicina de la polipíldora que vale para todo el mundo. Cada persona envejece de una forma diferente, y eso se manifiesta en marcadores en sangre y en saliva, que es en lo que se centra la medicina personalizada”, coinciden los médicos.

El creciente envejecimiento de la población lleva a pensar que la medicina antienvejecimiento quizá debería incorporarse a los sistemas de salud, un supuesto que el presidente de la SEMAL ve poco probable por cuestiones económicas: “¿Cómo vamos a hacer un chequeo preventivo a toda la población?”, se pregunta refiriéndose al alto coste que acarrearía.

El doctor Antonio Ayala, vicepresidente de la SEMAL, insiste en la complejidad del envejecimiento y la intensa actividad científica que promueve. Por ello, considera que congresos como el que tiene lugar estos días son importantes porque reúnen a investigadores básicos, médicos y otro tipo de profesionales. “A lo largo de los años observamos una evolución de las recomendaciones generales a otras más precisas, más individuales, donde lo que vale para una persona no funciona en otra, y toda esa complejidad hay que concretarla para materializarla en tratamientos”. Y predice: “Al final terminaremos confluyendo con ingenieros de la salud”.

Vivir más años y, sobre todo, bien es una aspiración que siempre ha acompañado al ser humano. El conocimiento científico da alas a ese deseo y otros ponen los recursos para hacer realidad los hallazgos. “El envejecimiento es un campo apasionante científica y económicamente, y la prueba es que Google ha invertido en ciencia antienvejecimiento, y también lo han hecho multimillonarios como Jeff Bezos y Yuri Milner, que han creado la compañía Altos Labs, para desarrollar tecnologías para vivir más años y en buenas condiciones, una tarea para la que han fichado a los científicos españoles Juan Carlos Izpisúa y Manuel Serrano", cuenta el doctor José Serres, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL).

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