Ataque de ansiedad: síntomas y cómo hacerle frente
El 16% de los españoles reconoce haber sufrido una crisis a lo largo del último año, el mayor repunte de casos registrado nunca por el CIS
Un equipo de investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona, liderado por la doctora Ximena Goldberg, denunció el riesgo extremo del aumento de las enfermedades relacionadas con la salud mental como consecuencia de la pandemia.
El aislamiento social, las dificultades económicas, el sufrimiento por nuestros seres queridos o incluso el miedo a que la propagación del virus nos afecte personalmente son factores desencadenantes de los famosos ataques de ansiedad y otros problemas psicológicos graves.
Si no se ataja, se puede desarrollar depresión, fobia social u otros trastornos de pánico
Estos episodios se caracterizan por alcanzar un pico de malestar físico en muy poco tiempo. Es decir, a pesar de que su origen es psicológico, se manifiesta fisiológicamente a través de síntomas como hipoxia aguda, palpitaciones, arritmias, náuseas o incluso un miedo insuperable a cualquier actividad cotidiana.
Estos episodios repentinos son especialmente problemáticos por una razón: si no se atajan a tiempo y con la contundencia que requieren, pueden resultar en un trastorno crónico y condicionar el resto de nuestra vida para siempre.
Cómo diferenciar la ansiedad del estrés
En efecto, la ansiedad común es un acompañante habitual debido a nuestro ritmo de vida, agravado por los condicionantes impuestos por la crisis sanitaria. Sin embargo, el primer concepto que debemos tener claro es que un ataque de ansiedad es claramente diferenciable de la tensión cotidiana tanto por la magnitud como por la premura de sus síntomas.
Además, estos ataques no dependen de un alto nivel de estrés, todo lo contrario. Estos episodios repentinos pueden sobrevenirnos durante momentos de gran tensión o sorprendernos en un momento de relativa relajación. Una vez el estado de ansiedad alcanza su pico, el malestar extremo puede durar hasta media hora. Cuando se supera la crisis, la persona afectada suele retornar paulatinamente a una sensación de calma o de normalidad, aunque también es posible que la crisis vuelva a repetirse durante las horas siguientes a haber sufrido el primer ataque de ansiedad.
Uno de los peligros que suponen los ataques de ansiedad es el propio miedo a sus consecuencias
Por otro lado, aunque padecer una crisis de ansiedad aislada no demuestra la existencia de un trastorno psiquiátrico, estos ataques suelen resultar tan impactantes y dolorosos que los afectados pueden llegar a desarrollar un temor crónico a que puedan volver a producirse. Si esta preocupación se descontrola hasta el extremo de condicionar el modo de vida de los pacientes, se corre el riesgo de generar enfermedades mentales como la depresión, la fobia social u otros trastornos de pánico.
Combatir a tiempo los ataque de ansiedad
Tal y como hemos comentado, uno de los peligros que suponen los ataques de ansiedad es el propio miedo a sus consecuencias que se genera en la persona que lo padece, así como el pánico a las consecuencias que pueda acarrearle. Por este motivo, el autocontrol es la primera tarea imprescindible para hacer frente a un ataque de ansiedad.
Una vez hemos identificado los síntomas de la crisis de ansiedad, es necesario efectuar una serie de pautas psicoterapéuticas muy básicas para tratar de minimizar los efectos de la crisis y, sobre todo, prevenir un agravamiento como consecuencia de una reacción descontrolada ante esta situación.
Uno de los ejercicios relajantes que pueden ayudarnos es mantenernos tumbados (o lo más cómodos posible), cerrar los ojos y realizar la técnica de respiración consciente: concentrarnos todo lo posible en vaciar nuestros pulmones exhalando todo el aire por la boca y llenarlos al máximo de su capacidad inhalando despacio por la nariz. Este aislamiento mental de tu entorno y de tus preocupaciones es fundamental para superar los primeros minutos de un ataque de ansiedad.
Una vez hayamos contenido la primera oleada de pánico -que suele acompañar a los síntomas de la crisis de ansiedad en su momento álgido-, podemos aplicar otro tipo de estrategias para atenuar la sensación de malestar y favorecer la vuelta a la normalidad: proyectar paisajes relajantes en nuestra mente, recuerdos agradables, palabras o sonidos cosquillosos, o incluso una música suave.
Por último, si a pesar de todas estas técnicas de relajación la crisis persiste después de media hora o cuarenta minutos, debes considerar acudir a tu centro de salud para recibir atención médica.
Un equipo de investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona, liderado por la doctora Ximena Goldberg, denunció el riesgo extremo del aumento de las enfermedades relacionadas con la salud mental como consecuencia de la pandemia.