Descubierto el secreto del poder regenerador de un buen masaje
Científicos de la Universidad de Harvard han encontrado 'el mecanismo' por el que masajear consigue aliviar y reparar lesiones musculares. La clave está en la conexión entre la estimulación mecánica y la inmunidad
¿Quién no ha recurrido alguna vez al masaje buscando alivio para un dolor o lesión muscular, para descargar estrés o simplemente por mero placer? Sea cual sea el objetivo, en lo que casi todos coincidimos es en esa sensación de bienestar que nos invade después de recibirlo. Eso es así desde siempre, y hace miles de años que los humanos utilizamos las manos con intención curativa.
El masaje tiene mucha ciencia detrás y, además de las enseñanzas académicas, existen asociaciones cuyo fin es acumular conocimiento en torno a esta práctica, como la americana Fundación de la Terapia del Masaje, que en sus 30 años de existencia ha promovido numerosas investigaciones y hasta edita una revista, 'International of Therapeutic Massage & Bodywork', revisada por pares.
Las fuerzas eliminan los neutrófilos y las proteínas inflamatorias de los músculos lesionados de forma que mejora el proceso de regeneración muscular
Uno de los últimos hallazgos científicos relacionados con los masajes viene de un equipo del Instituto Wyss de Ingeniería, de la Universidad de Harvard, que ha confirmado que existe una relación entre la mecanoterapia y la inmunoterapia en la regeneración muscular. Para su trabajo, los investigadores han creado un sistema robótico capaz de ejercer fuerzas de compresión consistentes y ajustables a las extremidades, y esas fuerzas pueden eliminar de los músculos lesionados los neutrófilos (un tipo de glóbulo blanco que acude al lugar del organismo donde existe una lesión) y las proteínas inflamatorias (citoquinas) que liberan de tal forma que se mejora el proceso de regeneración de las fibras musculares.
“Mucha gente ha estado tratando de estudiar los efectos beneficiosos del masaje y otras mecanoterapias en el cuerpo, pero hasta este momento no se había hecho de manera sistemática y reproducible”, sostiene el doctor Bo Ri Seo, investigador principal. "Nuestro trabajo muestra una conexión muy clara entre la estimulación mecánica y la función inmunológica y promete regenerar una amplia variedad de tejidos -incluidos huesos, tendones, pelo y piel- y también se puede usar en pacientes con enfermedades que no admiten el uso de fármacos”.
Diseño robótico a medida
Para este trabajo, que se ha publicado en la revista 'Science Traslational Medicine', el equipo de Seo estudió durante varios años los efectos del masaje en tejidos lesionados de ratones, y en ellos encontraron que la regeneración muscular era el doble con el masaje que sin él, y que en dos semanas se reducía la cicatriz del tejido.
Esta observación llevó a los investigadores a pedir ayuda al equipo de robótica de Harvard para que desarrollara un dispositivo, provisto de sensores, con el que monitorizar la fuerza -en cantidad y frecuencia- aplicada a la extremidad del animal. Durante dos semanas imprimieron una fuerza y repetida en los músculos lesionados y confirmaron que, efectivamente, se producía la reparación y recuperación de la fuerza muscular. Además, cuanto más intenso el masaje, más fuertes se hicieron los músculos lesionados, y esto confirma su poder terapéutico.
Mecanismo biológico
El mecanismo biológico que conduce a esa mejoría está relacionado con la inflamación y con las células del sistema inmunitario; concretamente, consiste en ese ‘borrado’ de neutrófilos apuntado más arriba, aunque es cierto que estas células son necesarias en los primeros momentos de recuperación de la lesión.
El próximo paso es reproducir los experimentos en animales más grandes y también en personas. El bioingeniero Don Ingber, fundador del Instituto Wyss, afirma que este trabajo revela la, hasta ahora desconocida, interacción entre la mecanobiología y la inmunología; además, “describe una nueva forma de mecanoterapia que, potencialmente, podría ser tan potente como las terapias químicas o genéticas, pero mucho más simple y menos invasiva”.
El entusiasmo de los autores de Harvard está plenamente justificado, pero ¿qué opinan los especialistas, los que atienden a personas que sufren lesiones reales? El doctor Tomás Fernández Jaén, jefe de Medicina Deportiva de Clínica Cemtro, confirma el efecto regenerador del masaje y explica a Alimente: “Los tres factores más importantes para la reparación de un tejido dañado son el estado metabólico de la persona, el nivel de oxígeno en la zona lesionada y el grado de vascularización. El masaje 'regenerador' incrementa el nivel de vascularización de la zona lesionada -mejora el recambio sanguíneo- favoreciendo la llegada de nutrientes y de células de reparación”. Además, añade, “los masajes de este tipo incrementan la actuación de los factores de crecimiento llamados mecanorreceptores”.
Máquinas para masaje
Fernández Jaén confirma que en fisioterapia ya se emplean desde hace muchos años máquinas e instrumentos que producen presiones y masajes de tipo mecánico, pasivos automáticos, etc. Ahora bien, destaca que el masaje debe ser realizado por profesionales. “La existencia de distintos tipos de masajes (percusión, estimulador, relajante, etc) obliga a la persona que lo aplica a tener conocimiento sobre el tipo de masaje que se ha de aplicar en la zona lesionada, el cómo y el cuándo”.
Como en cualquier tratamiento, en los masajes mandan las condiciones individuales, por eso no se pueden dar pautas generales, válidas para todos. Así, sobre qué masajes están indicados en medicina rehabilitadora, el especialista de Clínica Cemtro aclara: “Depende el tipo de lesión, no es lo mismo un masaje vascular que un masaje decontracturante de amasamiento muscular”. ¿Y la duración? “Se individualiza según la persona y la lesión en cuestión”.
Y es que, como confirma la ciencia, el masaje terapéutico tiene unos efectos biológicos y, como un acto médico que es, debe ser prescrito y realizado por un especialista.
¿Quién no ha recurrido alguna vez al masaje buscando alivio para un dolor o lesión muscular, para descargar estrés o simplemente por mero placer? Sea cual sea el objetivo, en lo que casi todos coincidimos es en esa sensación de bienestar que nos invade después de recibirlo. Eso es así desde siempre, y hace miles de años que los humanos utilizamos las manos con intención curativa.