Descubierta la molécula 'somnífera' del vaso de leche templada

Meterse en la cama y dormir a pierna suelta hasta que suene el despertador es un privilegio, un seguro de salud (no dormir suficientes horas, al menos 7, se asocia a hipertensión arterial, obesidad o un agravamiento de problemas digestivos) y, casi, una suerte de lotería (la mitad de la población mundial tiene problemas de sueño, un tercio en el caso de nuestro país, según la Sociedad Española de Sueño).

Hay diferentes propuestas para conciliar el sueño, tan variadas como contar ovejas, dejar la mente en blanco, poner música relajante de fondo (el arrullo de la televisión es infalible, pero nada aconsejable, advierte el Instituto Europeo del Sueño), y cuando todo fracasa, muchas personas deciden unilateralmente (sin consultar con un médico) tomar un fármaco (hipnóticos o antidepresivos).

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Sin embargo, entre los ovinos y los medicamentos hay propuestas intermedias que, bajo una apariencia de ‘remedio de la abuela’, tienen fundamento científico, como es la de tomar un vaso de leche templada. La presencia de triptófano (un aminóacido esencial) en los lácteos es la explicación a su efecto como inductor del sueño.

Así ha sido hasta ahora, porque un equipo de investigadores de la Escuela de Ciencias e Ingeniería de los Alimentos de la Universidad Tecnológica del Sur de China (en Guangzhou) ha encontrado la ‘molécula somnífera’ de la leche tibia, un hallazgo que ha revelado a través de un artículo publicado en 'Journal of Agricultural and Food Chemistry'.

Efecto en el cerebro

Además del triptófano, los científicos sabían de la existencia de una mezcla de péptidos (moléculas formadas por aminoácidos, pero mucho más pequeñas que las proteínas) de la leche, llamada hidrolizado tríptico de caseína (CTH), que alivia el estrés y mejora el sueño. Pero los investigadores chinos han profundizado más y han conseguido identificar unos péptidos específicos en el CTH que, en su opinión, algún día se podrán emplear en nuevos remedios naturales para el sueño.

Las benzodiacepinas se recetan habitualmente para el insomnio, pero el tratamiento está limitado a un poco tiempo, porque pueden causar efectos secundarios y problemas de adición. Estos sedantes actúan activando el receptor GABA, una proteína que se encuentra en el cerebro y que suprime la señalización nerviosa. Los investigadores han descubierto varios péptidos naturales, que se unen al receptor GABA y tienen efectos ansiolíticos y mejoran el sueño. Dentro del CTH han identificado un péptido específico, el α-casozepina (α-CZP), que podría ser responsable de algunos de estos efectos.

Comparación de péptidos

Para su trabajo, primero compararon por separado los efectos del CTH y la α-CZP en ratones, y verificaron que las propiedades para mejorar el sueño eran superiores en el CTH que las del α-CZP solo. Este resultado sugirió que existen otros péptidos promotores del sueño además de α-CZP.

El péptido lYPVEPF consigue dormir a más sujetos, antes y con una duración del sueño un 400% mayor que en el grupo de control

Un análisis con la técnica de espectrometría de masas permitió identificar los péptidos bioactivos liberados del CTH durante la digestión gástrica y su examen para determinar su unión al receptor GABA, así como su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica (en el cerebro). Cuando testaron los diferentes candidatos, descubrieron que el mejor (lYPVEPF) consiguió dormir a más ratones y antes. Además, la duración del sueño fue un 400% mayor que los animales del grupo de control.

Los investigadores confían en que este hallazgo sea un punto de partida para desarrollar remedios naturales contra el insomnio, aunque abogan por seguir explorando la presencia de otros péptidos en el CTH.

Este trabajo, y los posteriores, ponen de manifiesto que el vaso de leche templada para dormir contiene mucha ciencia.