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Con este edulcorante pones freno al hígado graso no alcohólico
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Sustitutos del azúcar

Con este edulcorante pones freno al hígado graso no alcohólico

Se trata de una auténtica epidemia silente en Europa. Sin embargo, un estudio constata que existen alternativas sintéticas y naturales al azúcar que pueden contribuir a reducir los signos de la enfermedad

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Por si los médicos tuvieran pocas pesadillas en sus cabezas en estos tiempos, resulta que tienen que dejar espacio para otra más: la enfermedad del hígado graso no alcohólico (o NAFLD, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en una pandemia silente, ya que afecta a uno de cada tres adultos y, por si fuera poco, un 20% acaba en cirrosis.

"El hígado graso no alcohólico afecta a uno de cada tres adultos y, por si fuera poco, un 20% acaba en cirrosis"

Las estrategias de tratamiento actuales se han centrado en el manejo del estilo de vida de los factores de riesgo modificables, a través de una combinación de dieta y ejercicio. Los posibles objetivos terapéuticos se cruzan con la compleja patogénesis, incluida la esteatosis hepática por el desequilibrio de la lipogénesis y el ácido graso libre (FFA) que promueve la respuesta inflamatoria y la progresión de la fibrosis. Sin embargo, a pesar de los agentes farmacéuticos que actualmente se dan en etapas avanzadas de pruebas clínicas, la enfermedad está camino de convertirse en la razón principal para el trasplante de hígado, en un futuro muy cercano. Por lo tanto, es esencial continuar explorando nuevas terapias.

Las bebidas azucaradas están en el punto de mira por tener graves consecuencias en la salud humana. En consecuencia, los edulcorantes no calóricos, como el aspartamo, la sucralosa, la sacarina y stevia han aumentado en popularidad y en su uso. Sin embargo, existe una evidencia limitada de los beneficios de su consumo frecuente como sustitutos del azúcar.

Por el contrario, sabemos que hay evidencia clara de que el alto consumo de azúcar conduce a la obesidad y la enfermedad del hígado graso. Un estudio, dirigido por Rohit Kohli, MBBS, MS, del Hospital Infantil de Los Ángeles (EEUU), muestra que el extracto de stevia puede reducir los marcadores de enfermedad del hígado graso. Los resultados de la investigación preclínica, publicada en la revista 'Scientific Reports', condujeron a un nuevo ensayo clínico, que ahora se está llevando a cabo.

Trabajos anteriores

No es el primero. En 2015, un trabajo de la Universidad de Leuven (Bélgica), junto con el Centre de Recerca Biomèdica de Reus, publicado en 'Food and Chemical Toxicology', documentaba que el consumo de azúcares derivados de la stevia previene la enfermedad del hígado graso (esteatosis hepática). Es decir, evita la acumulación de grasas en las células del hígado. Los investigadores llegaron a esta conclusión tras un ensayo realizado con 32 ratones obesos genéticamente. Se analizaron los efectos de los componentes steviol, esteviósido y el rebaudiósido A, en 24 de los 32 roedores, a los que se les administró alguno de los tres derivados. El resto formó parte del llamado grupo de control.

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Al seguir una dieta con alguno de los tres azúcares extraídos de la stevia se observó que estos derivados activan las vías metabólicas que estimulan la degradación de las grasas del hígado, su transporte fuera de las células hepáticas y que inhiben su almacenamiento en forma de gotas de grasa.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, los conocidos CDC, informan que la obesidad afecta ya a casi el 19% de los niños. "Los alimentos y bebidas azucaradas pueden causar cicatrices en el hígado -dice el Dr. Kohli-, pero no sabemos cómo los edulcorantes pueden afectar a la enfermedad hepática". En un primer estudio, este investigador abordó y respondió a la siguiente pregunta: ¿pueden los edulcorantes no calóricos mejorar los signos de enfermedad del hígado graso?

Utilizando un modelo preclínico probó dos edulcorantes como sucralosa y extracto de stevia. Ambos están ampliamente disponibles y aparecen en muchos alimentos y bebidas. "Estábamos interesados ​​en esos dos compuestos porque son los más nuevos y menos estudiados en el contexto de la enfermedad hepática y la obesidad", asegura Kohli.

Foto: Foto: Unsplash@/elsip.

Los resultados fueron sorprendentes. "Los comparamos cara a cara con el azúcar", afirma. "El extracto de stevia reduce los niveles de glucosa y mejora los marcadores de enfermedad del hígado graso". Estos marcadores incluyen fibrosis y niveles de grasa en el hígado. El estudio también descubrió algunos mecanismos potenciales que podrían ser responsables de revertir estos marcadores de la patología. "Vimos una disminución en los signos de estrés celular y algunos cambios en el microbioma intestinal -insiste el Dr. Kohli-, pero hay más trabajo por hacer para que comprendamos la relevancia clínica".

El estudio preclínico fue financiado por la Fundación Stanley W. Ekstrom. Los resultados llevaron al equipo de Kohli directamente a un ensayo clínico, también financiado por la citada fundación, para evaluar los efectos de la stevia en pacientes pediátricos. "Lo emocionante es que hemos abordado un problema que vemos en la clínica, lo estudiamos preclínicamente y ahora volvemos a probar la solución, todo en menos de dos años", asevera.

Por si los médicos tuvieran pocas pesadillas en sus cabezas en estos tiempos, resulta que tienen que dejar espacio para otra más: la enfermedad del hígado graso no alcohólico (o NAFLD, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en una pandemia silente, ya que afecta a uno de cada tres adultos y, por si fuera poco, un 20% acaba en cirrosis.

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