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De la Viagra a... La revolución de los medicamentos para la erección
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Disfunción eréctil

De la Viagra a... La revolución de los medicamentos para la erección

Los expertos aseguran que, en el año 2025, más de 300 millones de hombres en el mundo padecerán este problema que afecta a la salud física y psicológica

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Si hablo del sildenafilo (nombre genérico), probablemente no te diga mucho. Pero ¿y si hablo de Viagra? ¡Claro que la conoces! No en vano, esta pastillita azul que apareció en el mercado en 1998 llegó a convertirse en el fármaco más vendido en el mundo y, en los tres primeros meses de ese año el laboratorio que la desarrolló, Pfizer ganó más de 400 millones de dólares.

Según un artículo publicado por 'The Guardian', en las últimas décadas, la Viagra ha generado unas ventas anuales de más de 1.800 millones de dólares. Esta publicación pone en evidencia el esfuerzo que realiza la industria farmacéutica para encontrar nuevos fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil (DE) que, en 2025, padecerán más de 300 millones de hombres en el mundo.

¿En qué se diferencian los fármacos existentes?

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Como en muchos casos en el mundo de la farmacología, el descubrimiento de la Viagra fue casual, y sus investigaciones y desarrollo partieron al observar que un medicamento que se utilizaba para el corazón inducía erecciones de forma accidental.

A lo largo de estos 23 años han aparecido otros tres fármacos orales cuyo efecto final es la vasodilatación de los vasos sanguíneos del pene, y, mientras que las patentes que hay en el mercado se están agotando, los laboratorios genéricos compiten por lanzar al mercado fármacos con menor coste para el paciente.

Los cuatro fármacos se diferencian en sus dosis y efectos. “Desde la Viagra han aparecido fundamentalmente otros tres fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil. Quizás el más famoso tras la Viagra ha sido el Cialis (tadalafilo). Este último tiene un tiempo de acción de más de 30 horas y por ello se le ha llamado 'la pastilla del fin de semana'. Los pacientes no tenían que programar la relación sexual en función del tiempo de toma del fármaco. También está la dosis diaria de 5 mg que se suele administrar por la noche y permite que los pacientes recobren erecciones naturales y no tengan que programar de nuevo las relaciones”, explica a El Confidencial el doctor François Peinado, cirujano, urólogo y andrólogo del Hospital Ruber Juan Bravo, de donde es jefe del Servicio de Urología.

"El propósito es impedir la relajación del pene cuando alcanza una erección siempre que exista deseo sexual", afirma el Dr. Peinado

Con todo, en España están aprobados cuatro principios activos:

  1. Viagra de Pfizer (vardenafilo): ingesta 1 hora antes de la relación y tiene un tiempo de duración de 6 horas.
  2. Cialis de ICOS y Eli Lilly and Company (tadalafilo): 'la pastilla de fin de semana', con periodo de acción de más de 30 horas.
  3. Levitra de Bayer (vardenafilo): desde los 25 minutos y hasta las cuatro o cinco horas después de la toma.
  4. Spedra de Menarini (avanafilo): efecto 30 minutos después de su administración, llegando a la eficacia máxima después de dos horas; tiene un tiempo de duración unas 10 horas.

“Cada uno de los cuatro fármacos en el mercado tiene unas características que hacen que a un paciente le pueda ir peor o mejor, según las horas de potencia, los efectos secundarios, etc”, señala el doctor Javier Romero-Otero, director en ROC Global Health y del Departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid, quien considera que “es muy recomendable que cada paciente pruebe algunos de ellos para ver cuál se ajusta a sus necesidades”.

¿Qué reduce sus efectos?

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En España, a partir de los 50 años, detalla el experto, un 50% de los varones padecen algún grado de disfunción eréctil, de los cuales un 10% es severa. A partir de los 70 años, más del 75% de los varones padecen DE.

El propósito final de estos medicamentos, explica, por su parte, Peinado Ibarra, es impedir la relajación del pene cuando alcanza una erección siempre que exista deseo sexual. En general, la respuesta al tratamiento suele ser positiva en el 70% de los casos.

Los doctores Romero-Otero y Peinado destacan los efectos secundarios más frecuentes de estos medicamentos: dolor de cabeza, molestias estomacales o acidez, dolor muscular y rubor facial, y coinciden en que estos fármacos tienen un perfil de seguridad elevado, por lo que rompen el mito: es muy difícil acabar en urgencias por estos fármacos.

Pero ¿qué reduce su eficacia o cuáles son los errores más comunes en su uso? Los urólogos enumeran las causas. El problema más común es que los pacientes no esperan el tiempo suficiente a la distribución del fármaco en su organismo, que suele estar en una media de entre 30 y 45 minutos. El siguiente fallo más frecuente es que no se tiene en cuenta que se necesita estímulo. Además, estos fármacos interfieren con alcohol y grasas, por lo que no es recomendable ingerir las ‘píldoras’ durante la comida o la cena.

Antes de la toma de estos medicamentos, siempre es conveniente acudir al urólogo para una revisión médica con el fin de detectar enfermedades de base, por ejemplo cardiovasculares, y que los niveles de testosterona estén bien. Los pacientes con cardiopatías pueden tomar los fármacos para la disfunción eréctil a excepción de los pacientes que estén en tratamiento con fármacos o parches cardiacos. El aumento de la longevidad, las enfermedades vasculares y la obesidad, unido al deseo de mantener una vida sexual activa durante más años, hace que acudan cada vez más hombres y de mayor edad a consulta médica.

Compra por internet y redes de contacto

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En España, se necesita prescripción médica. Hay países en que no se necesita y se pueden comprar en las parafarmacias. Respecto a la compra por internet, el doctor Romero-Otero advierte: “Es un riesgo muy alto para el paciente. Determinados estudios demuestran que estos comprimidos no tienen porcentajes de sustancias para hacer su función y sí algunas nocivas para el organismo. Por ejemplo, tienen sacarosa y ello provoca picos de glucemia en determinados pacientes”.

Entretanto, el doctor Peinado sostiene: “Cada vez es mayor y es lógico. Estos fármacos son caros para mucha gente. El problema es que no se sabe la composición exacta de los mismos y hay muchas mezclas. Son productos que vienen de China, la India. Lo correcto es comprarlos en la farmacia”.

Además, el experto, preguntado acerca de si ha habido aumento de consumo de estos fármacos a raíz de la proliferación de citas por webs de contactos, detalla que, en general, hay un aumento del consumo de estos fármacos y, en particular, por parte de pacientes jóvenes: “El aumento del número de relaciones, las nuevas exigencias sexuales, el querer estar activo y la ansiedad antes de las relaciones con parejas desconocidas hacen que el consumo de estos fármacos se incremente, puesto que ayudan a tener erecciones más potentes”.

Otros tratamientos

Es importante seguir la dosis recomendada por el médico, quien decidirá subir la misma o probar con otra fórmula si el paciente no responde al tratamiento. Y es que también hay otros formatos de medicación para el tratamiento de la DE, como las grageas bucodispensables que se absorben en la boca o un spray oral (sildenafilo), que permitirá ajustar las dosis de administración de forma más eficaz.

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Si las pastillas no funcionan, se pasa a una segunda línea de tratamiento, una terapia no oral con prostaglandina T1, que se puede administrar a través de la uretra en crema o inyectada en el pene. Aunque en estos casos se produce una erección sin necesidad de estímulo sexual, esta línea de tratamiento no gusta por el pinchazo y porque las cremas no suelen ofrecer los resultados esperados. En esta línea, se está desarrollando un gel que podría provocar la erección en 5-10 minutos (Futura Medical).

Finalmente, la tercera opción sería el implante de prótesis de pene. Se trata de un dispositivo que se introduce en el pene, mediante una intervención quirúrgica, para permitir al paciente tener la rigidez para tener la relación sexual, sin afectar a la estética del miembro masculino ni a otras esferas de la sexualidad, como son el eyaculado, los orgasmos o la libido.

Pérdida de autoconfianza y de autoestima

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Los pacientes con DE sufren pérdida de autoconfianza en relación con el acto sexual y de autoestima, que pueden llegar a depresión y/o estrés, subraya la presidenta de la Sociedad Internacional de Especialistas en Sexología (SISEX), Miren Larrazabal, psicóloga especialista en psicología clínica y sexóloga, quien aboga por un tratamiento mixto entre el farmacológico y el psicológico.

“Se están tratando a nivel psicológico estas repercusiones. De hecho, los profesionales que nos dedicamos a la salud sexual masculina cada vez trabajamos más en equipos multidisciplinares. Trabajamos, por ejemplo, la ansiedad anticipatoria, que es el miedo que los pacientes con DE acaban teniendo ante la posibilidad de tener relaciones sexuales y también ansiedad de ejecución. Además de todas las repercusiones psicológicas que tiene el padecer una disfunción sexual”, detalla la experta.

"Es importantísimo entender que los problemas sexuales son problemas de pareja”, afirma la psicóloga Miren Larrazabal

Miren Larrazabal asegura que cuando han hecho estudios sobre cuál es la mejor terapia posible para estos pacientes, las recomendaciones siempre se orientan hacia la terapia mixta de fármacos acompañados con tratamiento psicológico. “De hecho, en el Instituto Lyx de Urología de Madrid, donde trabajo, se puede ver cómo el equipo está formado por urólogos, andrólogos y psicólogos de la salud sexual del varón. Los profesionales estamos cada vez más alentados y trabajamos con equipos donde podemos hacer un tratamiento más integral”, refleja.

Pero, además, “es importantísimo entender que los problemas sexuales son problemas de pareja, por lo que “es un tema a trabajar por ambos”. “De hecho, es el tratamiento más óptimo: que la pareja participe y colabore es un predictor de éxito. La terapia se va a llevar a cabo tanto en sesiones individuales como en pareja”, relata.

“Es importante animar a las personas a que se comuniquen con su pareja, si la tienen, y les cuenten el problema, y que acudan juntos a la terapia para encontrar de forma conjunta solución a problemas que tienen mucha repercusión en sus relaciones. No olvidemos que los problemas sexuales causan muchas crisis de pareja y esos casos pueden llevar a rupturas”, constata. “Aconsejo que las personas que tengan estas dificultades no aguanten y que acudan a un profesional para que los trate, porque hay terapias magníficas que tienen buena solución”, concluye.

Si hablo del sildenafilo (nombre genérico), probablemente no te diga mucho. Pero ¿y si hablo de Viagra? ¡Claro que la conoces! No en vano, esta pastillita azul que apareció en el mercado en 1998 llegó a convertirse en el fármaco más vendido en el mundo y, en los tres primeros meses de ese año el laboratorio que la desarrolló, Pfizer ganó más de 400 millones de dólares.

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