Así te avisa tu boca de que puedes sufrir diabetes
Es una enfermedad crónica muy habitual de los países desarrollados, aunque muchos afectados desconocen que son diabéticos. La cavidad oral puede ser un espejo de lo que sucede con el metabolismo de la glucosa
La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa en sangre están muy altos y el sistema de regulación de la glucosa está alterado. Las cifras de personas con diabetes no dejan de aumentar, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que entre los años 1980 y 2014 se ha triplicado (ha pasado de 108 millones a 422 millones), un aumento fuertemente relacionado con nuestro estilo de vida (dieta, obesidad y sedentarismo, principalmente).
La salud oral y la diabetes tienen una relación tan íntima que el cuidado de la salud bucodental en personas diabéticas es una parte fundamental de su seguimiento para conseguir un buen estado de salud general.
Síntomas de la diabetes que perjudican la salud oral
- Aumento del apetito y de la sed: la necesidad de comer y beber más puede fácilmente producir un aumento de las caries y de la inflamación de las encías si no se realiza un buen cepillado después de cada comida. El estar 'picando' durante todo el día hace que sea más fácil olvidarse de que cepillarse es necesario después de que comamos cualquier cosa.
- Disminución de la saliva, boca seca: la xerostomía o boca seca es muy frecuente en los diabéticos, lo que puede producir un aumento de las caries y de la inflamación de las encías. La disminución del flujo salival predispone a la aparición de infecciones bacterianas en la boca.
- Dificultad en la cicatrización e infecciones frecuentes: esto es especialmente importante cuando las personas diabéticas se someten a alguna cirugía dental, como la extracción de un diente, la colocación de un implante dental o la realización de una cirugía periodontal. Las medidas de higiene y los cuidados posoperatorios deben extremarse y el paciente debe seguir cuidadosamente todas las recomendaciones dadas en su clínica dental para evitar complicaciones debidas a la dificultad en la cicatrización de las heridas y a la mayor incidencia de infecciones bucales.
- Encías rojas e inflamadas: la relación entre periodontitis y diabetes está científicamente demostrada. Es una relación íntima y bidireccional. Ambas enfermedades se retroalimentan la una a la otra, de manera que el empeoramiento de una perjudica a la otra de forma directa. Asimismo, la mejoría y el control de una de ellas repercute positivamente en la evolución de la otra patología.
Periodontitis y diabetes: una relación íntima
La periodontitis es una enfermedad de las encías producida por el acúmulo de placa bacteriana y sus síntomas son:
- Inflamación de encías
- Sangrado de encías
- Dolor de encías
- Movilidad dental
- Caía de dientes por la pérdida de soporte que produce la merma de hueso y encía
Los factores de riesgo de la periodontitis son el acúmulo de placa bacteriana por un mal cepillado dental, el tabaquismo y la diabetes no controlada.
El tratamiento de la periodontitis debe realizarlo un periodoncista, un odontólogo especialista en periodoncia. El objetivo del tratamiento periodontal es limpiar en profundidad todos los restos de placa bacteriana que hay en la boca del paciente; estos restos pueden estar como sarro y estar depositados por debajo de la encía, quedando completamente inaccesibles para el paciente.
En muchos casos es necesario realizar un tratamiento de ortodoncia en pacientes que sufren enfermedad periodontal, sean o no diabéticos, ya que la malposición de los dientes y una mala mordida agravan la periodontitis y limitan su buena evolución. En estos casos, el trabajo del ortodoncista y del periodoncista irán de la mano desde la planificación del tratamiento hasta el final del mismo.
El control de la enfermedad periodontal se hace aún más importante si cabe en los pacientes diabéticos porque el hecho de padecer periodontitis puede producir un empeoramiento y descontrol de su diabetes. También sucede al revés, ya que un buen control de la enfermedad periodontal ayudará al control glucémico del paciente.
El 90% de los pacientes diabéticos son propensos a padecer periodontitis
Las personas diabéticas tienen una mayor predisposición a padecer periodontitis y más posibilidades de que esta se agrave, por lo que acudir al dentista para una valoración periodontal periódica debería formar parte de la rutina de salud de cualquier persona diabética.
Según los estudios, el 90% de los pacientes diabéticos son propensos a padecer periodontitis. Si a la diabetes sumamos el consumo de tabaco, las posibilidades de padecer periodontitis se multiplican por veinte.
Consejos de salud oral
- Mantener una buena higiene bucodental. Cepillarse después de cada comida sin olvidar utilizar seda dental o cepillos interdentales.
- Acudir a revisiones dentales al menos cada 6 meses.
- Advertir siempre a su dentista que padece diabetes para que lo tenga en cuenta a la hora de realizar los protocolos adecuados de cuidados en estos casos.
- No fumar, porque las posibilidades de padecer enfermedad periodontal y de que esta sea grave se multiplican por 20.
- Llevar un buen control de la glucemia para evitar que la diabetes descontrolada afecte a las encías además de a su salud general.
En fundamental que las personas diabéticas sepan la importancia que tiene para ellos tener una buena salud bucodental.
La enfermedad periodontal es capaz de empeorar la evolución de la diabetes y viceversa; pero la buena noticia es que su relación es tan íntima que un buen control de la periodontitis mejorará el control de la diabetes, y al actuar sobre las dos, el beneficio será exponencial, puesto que ambas patologías mejorarán de manera sustancial.
La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa en sangre están muy altos y el sistema de regulación de la glucosa está alterado. Las cifras de personas con diabetes no dejan de aumentar, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que entre los años 1980 y 2014 se ha triplicado (ha pasado de 108 millones a 422 millones), un aumento fuertemente relacionado con nuestro estilo de vida (dieta, obesidad y sedentarismo, principalmente).
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