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La diabetes sube sin control en España. ¿Qué está pasando?
  1. Bienestar
Informe de la Federación Internacional

La diabetes sube sin control en España. ¿Qué está pasando?

Hay más de 5 millones de personas con esta enfermedad, un 42% más que hace dos años. Es un aumento para el que se buscan respuestas. ¿Existe poca concienciación entre los ciudadanos? ¿Faltan recursos? Todas las hipótesis están abiertas

Foto: El lazo azul simboliza la lucha contra la diabetes. (iStock)
El lazo azul simboliza la lucha contra la diabetes. (iStock)

“La diabetes es uno de los grandes problemas de salud pública”. Este es un mensaje recurrente contra el que recitamos el mantra de dieta saludable, evitar el sobrepeso y huir del sedentarismo. Un ritual con escaso éxito a juzgar por los últimos datos disponibles sobre la incidencia de la enfermedad.

En vísperas del Día Mundial de la Diabetes (14 de noviembre), la Federación Internacional de Diabetes (FID) ha publicado nuevas cifras que indican que 537 millones de adultos viven actualmente con diabetes en todo el mundo, esto es, un incremento del 16% (74 millones) desde las estimaciones anteriores, de 2019. Esta mala noticia es aún peor para España, donde hay 5,1 millones de personas con la enfermedad, un 42% más que hace dos años.

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La 10 edición del Atlas de Diabetes de FID (que se publicará el próximo 6 diciembre) recoge que, en nuestro país, uno de cada 7 adultos es diabético (la prevalencia es del 14,3%), lo que nos coloca en la segunda tasa más alta de Europa. Sin embargo, casi un tercio de los afectados (30,3%) no están diagnosticados y cuando la diabetes no se detecta -o no se trata adecuadamente- puede causar complicaciones graves y potencialmente mortales (infarto de miocardio, ictus, insuficiencia renal, ceguera o amputación de miembros inferiores), que reducen la calidad de vida y aumentan los costes sanitarios.

¿Cómo hemos llegado a esto?

¿Qué ha pasado para llegar a este brutal aumento en tan solo dos años? “Los datos son realmente preocupantes, ya que muestran un incremento continuo en la prevalencia de la diabetes, y confirman que estamos ante un problema muy significativo para la salud y el bienestar de los afectados y de la sociedad”, admite a Alimente el doctor Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED).

placeholder Foto: Sergio Beleña.
Foto: Sergio Beleña.

No hay un único culpable de haber llegado a este punto, sino la suma de diversos factores, sobre todo la urbanización, el envejecimiento de la población, la disminución de los niveles de actividad física y el aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad. Y entre estos sobresalen “el incremento del sobrepeso y la obesidad desde edades cada vez más precoces y el envejecimiento”.

Sin embargo, no todo es negativo y que se hayan diagnosticado más casos (que ha mejorado respecto a los datos anteriores) es otra variable que influye en esa descontrolada subida de la prevalencia de diabetes.

A menudo, la diabetes tipo 2, la que tiene el 90% de afectados, se puede prevenir

Está claro que hay que hacer algo para contener ese avance extraordinario, porque de seguir así, en menos de 10 años, la mitad de la población española tendrá diabetes. “Se puede hacer mucho para reducir el impacto. La evidencia sugiere que, a menudo, la diabetes tipo 2 [la que tiene el 90% de casos] se puede prevenir, y el diagnóstico temprano y el acceso a la atención adecuada para todos los tipos de diabetes pueden evitar o retrasar las complicaciones”, subraya Pérez, que es también director de Unidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de la Santa Creu (en Barcelona).

Asumir responsabilidades

Para conseguir este objetivo, uno de los primeros pasos es modificar nuestro estilo de vida, y para ello se necesitan profesionales sanitarios bien formados en la prescripción dietética y de actividad física, y además, “dotarles de tiempo y estrategias para implementar estas medidas en las personas con riesgo de desarrollar diabetes”. También hay que hacer campañas informativas dirigidas a la población y promover “políticas que penalicen el consumo de alimentos no saludables a través de impuestos y que faciliten la práctica de actividad física (cambios urbanísticos y mejor acceso a prácticas deportivas)”.

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Sin embargo, los ciudadanos no podemos eludir nuestra responsabilidad en esta ‘pandemia’. El presidente de la SED asegura que “la visibilidad de la diabetes como problema de salud para la población es bajo y no refleja la carga sociosanitaria que conlleva”. Ese relativo desinterés se traduce en un peor cumplimiento de los tratamientos y, en consecuencia, en una peor calidad de vida.

Y llegó el covid

La combinación covid-19 y diabetes ha sido, y es, altamente perjudicial para las dos enfermedades, porque si la primera ha agravado diabetes previas -“en lo que han influido las restricciones para acceder a la atención médica”-, la segunda agrava la infección por SARS-CoV-2. Aun así, el endocrinólogo defiende que “esta es una oportunidad magnífica que tenemos que aprovechar para reforzar el impacto que tiene la diabetes para la salud, así como la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y su tratamiento”.

Más investigación, esto es la diabetes

La realidad que encierran los datos del documento de la FID también pone de manifiesto la necesidad de investigar más. Franz Martín, catedrático de nutrición e investigador del Ciberdem, dice que “la investigación en diabetes ha avanzado, pero claramente es insuficiente porque, a día de hoy, la prevención no funciona correctamente y sigue sin haber una cura”. También hay que desenmascarar todas las causas que conducen a la enfermedad: “En el caso de la diabetes tipo 2 están más o menos claras, aunque habría que conocer mejor el papel de los contaminantes medioambientales y de la microbiota intestinal”. Y para diabetes tipo 1, “es importante comprender mejor el funcionamiento del sistema inmunológico”.

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Foto: iStock.

Los científicos están trabajando en diferentes frentes. Para la diabetes 1 (la que exige la administración de insulina), Martín destaca la búsqueda de fuentes alternativas de células beta pancreáticas y mejorar cómo impedir su destrucción por parte del sistema inmunológico. En el caso de la diabetes tipo 2, un objetivo es buscar biomarcadores para identificar las personas con riesgo de desarrollar la enfermedad. Para ambos tipos, “tenemos que comprender mejor los mecanismos de regeneración de las células beta pancreáticas [las responsables de la producción de insulina]", dice el catedrático.

La aparición de la diabetes es un proceso de evolución continuo, que comienza con la ganancia de peso debida al estilo de vida

Un error que cometemos los ciudadanos es pensar que hay un momento clave a partir del cual se desencadena la diabetes tipo 2, un extremo que descarta el investigador del Ciberdem: “La enfermedad no tiene momentos clave. Es un proceso de evolución continuo que comienza con la ganancia de peso como consecuencia de un estilo de vida sedentario y una alimentación hipercalórica, rica en azúcares simples y grasas saturadas”. El cuerpo se va adaptando para que la insulina siga siendo efectiva, pero llega un punto en que fracasa y, cuando sucede, “la enfermedad ya está instaurada y no tiene cura”.

Con todo, aún queda esperanza: “En las situaciones de prediabetes, cuando la glucemia en ayunas se encuentra entre 100-125 mg/dl, los cambios en el estilo de vida -perder peso, comer de un modo más saludable, aumentar la actividad física, disminuir el consumo de alcohol y dejar de fumar- pueden ralentizar la progresión de la enfermedad”.

Enfermedad sin preaviso

Muy diferente es lo que ocurre en la diabetes tipo 1, que representa poco más del 5% de casos, y que frecuentemente aparece durante la infancia o la adolescencia, y ‘ata’ a quien la padece a la administración de insulina. Se desconoce qué la causa, aunque se le suele atribuir un origen genético o la exposición a algún virus. Gerard Rovira, quiropráctico y fundador de Creixer Espai Familiar, recibió el diagnóstico en 2017, ya siendo adulto (tenía 27 años), “algo inusual, pero por desgracia cada vez es más común”, cuenta a este periódico. “No había antecedentes en mi familia, así que la noticia nos sorprendió a todos”. Su historia no es extraña: una analítica de rutina detecta valores altos de glucosa; un tiempo después, se vuelve a repetir la anormalidad y los síntomas aparecen: “Empezaba a sentir mucha sed, ganas de orinar y malestar general”. Una curva de glucosa confirmó el diagnóstico: diabetes tipo1.

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Foto: iStock.

Acostumbrado a llevar una vida sana -“cuidarme siempre ha sido una prioridad en mi vida-, el gran cambio ha sido “aprender a depender de la insulina, aprender los tiempos, las cantidades, los cálculos de hidratos, proteínas y grasas, el deporte, el ayuno, etc”, y también “aprender a gestionar el estrés y la sobrecarga emocional que te va provocando la enfermedad, al principio sobre todo, como por ejemplo pincharte para ver tu glucosa más de tres veces al día, inyectarte insulina delante de gente, las hipoglucemias, la planificación durante deporte o viajes, etc”.

Ya ‘rodado’ en el control de la glucemia, su gran preocupación es su familia -tiene hijas pequeñas- y “saber que esto es una maratón, que la fatiga mental es muy real entre los diabéticos”. Por ello, “la constancia y el cuidarse continuamente es algo vital para poder disfrutar de muchos años y con buena calidad de vida”.

El empuje de los pacientes

Gerard Rovira sí es consciente del papel de los pacientes para impulsar el conocimiento: “Pienso firmemente que debemos ser los diabéticos el motor que mueva el conocimiento de nuestra enfermedad y empujemos a investigar y descubrir nuevas estrategias. No podemos esperar a que nos caigan soluciones, debemos unirnos y ser proactivos en la búsqueda de las mejores terapias, menos invasivas y sostenibles a largo plazo”.

La Estrategia en Diabetes del Sistema Nacional de Salud existe desde 2006 y se actualizó en 2012

Hacer frente a este escenario exige una Estrategia en Diabetes del Sistema Nacional de Salud, un plan que, como recuerda Antonio Pérez, existe desde 2006 y se actualizó en 2012: “Es un documento excelente, aunque por el tiempo transcurrido, en mi opinión requiere una actualización y sobre todo acompañarlo de un presupuesto y plan de implementación bien definido”.

Si cada uno de los protagonistas que intervienen en la ‘historia de la diabetes’ conoce bien ‘los entresijos de la trama’, ¿por qué no se frena su expansión? La clave está en facilitar el acceso a la atención sanitaria. La FID hace un llamamiento a los gobiernos nacionales para que proporcionen la mejor atención posible a las personas que viven con diabetes y desarrollen políticas que mejoren la detección de la diabetes y la prevención de la diabetes tipo 2, especialmente entre los jóvenes.

“La diabetes es uno de los grandes problemas de salud pública”. Este es un mensaje recurrente contra el que recitamos el mantra de dieta saludable, evitar el sobrepeso y huir del sedentarismo. Un ritual con escaso éxito a juzgar por los últimos datos disponibles sobre la incidencia de la enfermedad.

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