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Una dieta abundante en fibra frena la progresión del melanoma
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Estudio en 'Science'

Una dieta abundante en fibra frena la progresión del melanoma

El poder antitumoral de este componente vegetal ha quedado claramente probado en un trabajo en pacientes con cáncer de piel tratados con inmunoterapia. Los resultados son contundentes: aumentar 5 g diarios de fibra reduce un 30% el riesgo de muerte

Foto: Dermatología. (EFE/Daniel Pérez)
Dermatología. (EFE/Daniel Pérez)

El cáncer es una de las enfermedades más temidas y las cifras lo justifican: es la sexta causa de muerte en el mundo y la segunda en España (el 22,8% de defunciones en 2020 fue por tumores, según los datos del INE).

Ahora bien, hay que aclarar que no todas las neoplasias tienen el mismo impacto en número de afectados ni igual pronóstico. Entre todos, el melanoma maligno no es de los cánceres más frecuentes ni letales en función de los datos que maneja la Sociedad Española de Oncología Médica: este año, se diagnosticarán unos 276.000 nuevos tumores, de los que 6.100 serán melanoma, cuya supervivencia a los 5 años supera el 80% de los afectados.

Foto: Foto: iStock Opinión

La aspiración universal es reducir el impacto oncológico al mínimo y la ciencia sorprende cada día con nuevos hallazgos que demuestran que es posible. No siempre mejorar los resultados depende de sofisticados y caros tratamientos, sino de acciones cotidianas que están a nuestro alcance, como es la de aumentar nuestro consumo de frutas y verduras.

Confirmado: mejor con vegetales

La confirmación acaba de publicarse en la prestigiosa revista ‘Science’ y los encargados de anunciarlo han sido investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. Este equipo, liderado por la doctora Jennifer Wargo, profesora de Medicina Genómica y Oncología Quirúrgica, ha encontrado que los pacientes con melanoma que seguían una dieta rica en fibra en el momento de comenzar el tratamiento con inmunoterapia sobrevivieron más tiempo y sin progresión de la enfermedad que los enfermos que tenían una ingesta insuficiente de fibra. Más exactamente, comprobaron que aumentar 5 g diarios la ingesta de fibra se asocia a un 30% menos de riesgo de avance del cáncer y de muerte.

"Nuestro trabajo ha demostrado que los microbios intestinales influyen en la respuesta a la inmunoterapia y arroja luz sobre los efectos potenciales de la dieta y el uso de suplementos al iniciar este tipo de tratamiento”, destaca Wargo. “Estos resultados refuerzan la utilidad de llevar a cabo ensayos clínicos para modular el microbioma y así mejorar los resultados de control de la enfermedad mediante estrategias dietéticas y de otro tipo".

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Foto: iStock.

En el estudio han participado 438 pacientes con melanoma -321 con la enfermedad avanzada-, la mayoría (87%) tratados con inmunoterapia. A todos ellos se les analizó la composición de su microbioma intestinal, y 158 respondieron una encuesta sobre su estilo de vida, el consumo de antibióticos y el de probióticos.

Los pacientes que declararon que comían más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales (37) vivieron más y la respuesta al tratamiento -definida como una disminución del tumor o la enfermedad estabilizada durante, al menos, 6 meses- también fue superior en estos en comparación con los que tomaban algún probiótico comercial o tenían una ingesta insuficiente de fibra.

Fibra frente a probiótico

"La fibra dietética es importante para la salud intestinal y para la salud en general, y ambas están estrechamente relacionadas", apunta la coautora Carrie Daniel-MacDougall, profesora de Epidemiología. “En este estudio hemos visto que la fibra dietética también puede ser relevante para el tratamiento del cáncer y esto nos coloca en una posición en la que podemos diseñar estudios de intervención para responder a la pregunta que nos hacen nuestros pacientes sobre la importancia que tiene lo que comen y cómo influye en el resultado terapéutico”.

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Tomar un probiótico con el propósito de mejorar la microbiota y la salud es un recurso para muchas personas. Por esto, los investigadores del MD Anderson compararon en modelos preclínicos de melanoma el uso de probióticos con dietas altas o bajas en fibra. Los resultados fueron concluyentes: el consumo de probióticos se relacionó con tumores más grandes, con una peor respuesta a la inmunoterapia, con menos diversidad del microbioma intestinal y con células T (un tipo de células inmunitarias) menos efectivas contra las del tumor. El resultado fue completamente opuesto (para bien) en un ambiente rico en fibra.

¿A qué se debe el efecto antitumoral de la fibra?

El doctor Felipe Lombó, de la unidad de investigación Biotecnología de Nutracéuticos y Compuestos Bioactivos BIONUC, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, explica a Alimente que los humanos carecemos de las enzimas digestivas necesarias para digerir las fibras prebióticas presentes en algunos tipos de verduras (cebolla, puerro, ajo, espárragos), en semillas (legumbres, cereales y frutos secos) y en algunas frutas (plátano, manzana, pera, sandía, uvas, etc). Por ello, “esas fibras llegan intactas al colon, donde, debido a la presencia de ciertas bacterias, fermentan y en ese proceso se generan ácidos grasos de cadena corta, que utilizan las células que recubren la mucosa del colon para producir energía”.

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Foto: iStock.

Sin embargo, una parte de esos ácidos grasos, como el propionato, pasa desde las células del colon a la sangre y de aquí al resto de tejidos del cuerpo, y “cuando las fibras prebióticas se consumen en cantidades altas, la cantidad de propionato y otros ácidos grasos de cadena corta que llega a la sangre es tan alta que empiezan a ejercer potentes efectos antiinflamatorios, moduladores del sistema inmunológico y antitumorales”.

El efecto antitumoral se debe a que las células cancerosas no pueden emplear los ácidos grasos de cadena corta para producir energía, de forma que se acumulan en su interior y promueven cambios que hacen que se expresen determinados genes que suelen estar silenciados. “Esto convierte al propionato, y a otros ácidos grasos de cadena corta, en moléculas interesantes para la prevención de ciertos tumores”, enfatiza el investigador (que ha estudiado el efecto de las fibras prebióticas en cáncer de colon), y esta es la explicación al mejor control del melanoma en los pacientes con dietas altas en fibra que han encontrado los autores del artículo de ‘Science’.

Varapalo para el probiótico

El resultado desfavorable del probiótico no sorprende a los expertos en microbiota, como el doctor Miguel Aganzo, del Departamento de Endocrinología y Nutrición de los Hospitales Fundación Jiménez Díaz y Rey Juan Carlos, en Madrid. “Un probiótico es un atajo para conseguir que las bacterias intestinales y su proporción sean las adecuadas”, revela. “Por contra, si se dejan de tomar los probióticos, el intestino vuelve a su estado de microbiota natural, ya que, precisamente, la función más básica de nuestra microbiota es evitar la colonización de otras especies que podrían ser consideradas invasoras (como lo es un tratamiento con probiótico)”.

Sin embargo, enfatiza que “el prebiótico es lo realmente importante, porque es la forma natural (y ausente de la necesidad de tratamientos en muchos casos costosos) de mantener una microbiota saludable que cuide de nuestra salud. El probiótico es como los peces, el prebiótico es la caña para pescarlos”.

Más evidencias en la piel

La piel es un excelente campo para estudiar la influencia de la microbiota en diferentes patologías. El doctor Óscar Muñoz, de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Pedro Jaén, ha liderado diferentes estudios que "han permitido determinar diferencias significativas en las bacterias intestinales de pacientes con rosácea inflamatoria y alopecia areata con respecto a controles sanos", unas diferencias que "abren la puerta a nuevas alternativas de tratamiento".

Además del conocido eje intestino-cerebro, Muñoz apunta la posible existencia del eje skin-gut-brain axis en procesos en los "clásicamente se ha relacionado el cerebro (estrés) como detonante" y destaca la evidencia creciente de la existencia de diversas moléculas y vías que interrelacionan los tres componentes. "La microbiota intestinal y su modulación del sistema inmune es la pieza que nos faltaba para entender la posible razón por la que si un paciente se estresa, empeora", concluye.

El cáncer es una de las enfermedades más temidas y las cifras lo justifican: es la sexta causa de muerte en el mundo y la segunda en España (el 22,8% de defunciones en 2020 fue por tumores, según los datos del INE).

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