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Las reacciones de los antivacunas cuando son hospitalizados: "¿No me la puedo poner ahora?"
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3,5 millones de españoles sin ninguna dosis

Las reacciones de los antivacunas cuando son hospitalizados: "¿No me la puedo poner ahora?"

El arrepentimiento y el miedo son las principales respuestas de los no inoculados cuando tienen que ser ingresados, según explican sanitarios de todo el país. Salvo los negacionistas, que siguen sin creer en el covid-19

Foto: Foto: Reuters / Kacper Pempel.
Foto: Reuters / Kacper Pempel.

Cuando el líder del movimiento antivacunas italiano despertó en la UCI, el covid todavía estaba allí. Lorenzo Damiano fue durante mucho tiempo el mesías de este movimiento en su país, pero su opinión contraria a la inoculación contra el covid-19 cambió por completo después de contagiarse de coronavirus, pasar una semana en la unidad de cuidados intensivos y ver su vida pender de un hilo.

Tras salir de la UCI, Damiano manifestó públicamente su arrepentido por no vacunarse y pidió a la población "seguir la ciencia", que "cura y salva": “Seguiré la ciencia. Me vacunaré. Vacunaos todos”. "Claramente, mi visión ha cambiado, estoy listo para decirle al mundo lo importante que es seguir colectivamente la ciencia, la que te cura y te salva", dijo el exlíder de los antivacunas.

Foto: Protesta contra el uso de certificado covid en Turín. (EFE/Alessandro di Marco)

A diferencia de otros países, en España el movimiento antivacunas es algo residual. A pesar de ello, más de 3,5 millones de españoles no tienen ninguna dosis, sobre todo en la franja de edad de 20 a 39 años, según los datos del Ministerio de Sanidad. Lo que muchos de ellos pasan por alto es que la vacunación reduce considerablemente el riesgo de hospitalización –tanto en planta como en UCI– y de muerte en todas las edades. Una realidad de la que no son conscientes hasta que van a ser ingresados.

Las reacciones de los antivacunas y los no vacunados cuando van a ser internados en el hospital son distintas, pero pueden simplificarse en un puñado de grupos, según explican a El Confidencial varios sanitarios de Urgencias de distintos rincones de nuestro país.

Los facultativos coinciden en que muchos de ellos son directamente negacionistas del coronavirus hasta las últimas consecuencias, pero la mayoría se arrepienten de no haberse vacunado en el momento que van a ser ingresados. “‘¿Y no me la puedo poner ahora?’, preguntan algunos antes de ser hospitalizados. Como si las vacunas funcionaran de manera inmediata”, ejemplifica, José Ramón Codesido, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital El Bierzo de Ponferrada (Castilla y León).

Los arrepentidos: “¿Cuándo me podré vacunar?”

Desde Galicia a Cataluña pasando por Cantabria, sin olvidar a Castilla y León y Madrid, los profesionales coinciden en que la reacción más frecuente de estas personas que van a ser hospitalizadas es el arrepentimiento.

“Hay arrepentimiento y miedo”, describe José Manuel Fandiño, coordinador de Urgencias del Hospital Clínico de A Coruña. “Cuando empiezan a notar los síntomas algunos intentan pedir cita para vacunarse a toda velocidad”, cuenta el presidente de SEMES Galicia.

placeholder Foto de archivo.
Foto de archivo.

En esta misa línea se mueven los pacientes no vacunados que van a ingresar de Elena Álvarez Cabañas, enfermera de Urgencias del madrileño Hospital Severo Ochoa: “Lo que más estoy viendo es arrepentimiento de no haberse vacunado. Cuando ya ven las orejas al lobo y van a ingresar, sobre todo los que van a la UCI, hacen un análisis y se dan cuenta de que podrían haberlo evitado”, cuenta

Muchos de ellos, según explica la médico de Urgencias catalana Sonia Jiménez, “se arrepienten, tienen miedo y preguntan por cuánto tiempo tiene que pasar para que se puedan vacunar desde que salgan del hospital”.

Perfiles de todo tipo: “Porque no me dio la gana”

El perfil de los arrepentidos es variado, pero no todos los que acaban ingresados sin estar inoculados son antivacunas, ni niegan el efecto de estas, ni la pandemia, según aclaran estos profesionales. Algunos tienen una información muy sesgada sobre las dosis, otros alegan miedo impuesto por las familias, motivos religiosos, consideran que la enfermedad no puede llevarles al hospital o falta de tiempo.

El médico de Urgencias de El Bierzo pone varios ejemplos: “Cuando le pregunté a una señora mayor de más de 80 años por qué no se inoculó, me dijo que sus nietos no quisieron vacunarla. Aunque es ellos sí lo estaban”. “Luego hay gente que no se la ha puesto porque dice que no se junta con nadie, aunque acaben contagiándose. Algunos de estos, curiosamente, sí que se han vacunado de la gripe”, relata el también presidente SEMES-Castilla y León.

“También tuvimos a un agricultor que decía no se había podido vacunar porque trabajaba mucho, vinieron las campañas cosecha… vamos que no le venía bien. No era una persona negacionista, sino que por un tema ocupacional”, ilustra Codesido. E, incluso, cuenta que hay gente que les dice que no se inoculó “porque no les dio la gana”.

Del mismo modo cuenta que hay padres que no quieren que se inyecte contra el covid-19 a sus hijos, “aunque sí que les hayan puesto las otras 15 de la cartilla vacunal”.

Los sorprendidos: “No tengo miedo a morir”

En el camino entre los arrepentidos y los negacionistas Codesino sitúa a “los sorprendidos”. Este grupo sí que cree en el SARS-CoV-2, pero “no tiene miedo a morir, porque piensa que no pueden fallecer por culpa del covid y no se vacunan”.

Foto: Una profesional sanitaria prepara una vacuna. ( EFE Alejandro García)

“Esta gente no se la ha puesto porque considera que el coronavirus ​no puede afectarle de manera grave y luego se sorprende cuando acaban en planta o en la UCI”, cuenta el médico de Urgencias.

En este mismo grupo podríamos situar a los pacientes que acaban hospitalizados sin haberse puesto las dosis de refuerzo cuando tocaba, ya que creían que con una era suficiente.

Los negacionistas: “¿Para qué me voy a vacunar?”

Por otro lado, los profesionales de nuestro país se encuentran con los negacionistas. En este caso no están vacunados porque ni siquiera creen que exista el covid-19 y consideran que todo es una pantomima.

placeholder Hospital de Ifema. (EFE / Ballesteros)
Hospital de Ifema. (EFE / Ballesteros)

Según explica la enfermera del hospital madrileño estos siguen en sus trece, “te dicen que el coronavirus no existe y que para qué van a vacunarse para algo que no existe”. “Con estos pacientes es muy difícil lidiar. Es imposible intentar convencer a alguien de algo que no cree, aunque lo esté viendo a tu alrededor”, añade Álvarez.

Con este tipo de pacientes la médico catalana explica que se palpa la desconfianza: “A todo el mundo se le explica todo, si tiene una neumonía por coronavirus o una serie de enfermedades que por el covid pueden ir a más y hay que hospitalizar. Das la información, algunos te preguntan y otros no. En los antivacunas lo que observo muchísima desconfianza hacia el personal sanitario. Y la desconfianza hace que el trato no sea el mismo. No hay agresividad por parte de ello, porque no se encuentran bien. Pero se palpa la desconfianza”. Eso sí, aclara que aunque exista la sensación de que este tipo de enfermos vayan a rechazar el tratamiento, lo acaban aceptando.

Foto: Foto: EFE/Brais Lorenzo.

Más allá de los pacientes con los que tienen que lidiar, todos estos sanitarios coinciden en el cansancio físico, la fatiga mental, la desesperanza y hartazgo ante la sobrecarga de trabajo que están viviendo desde el comienzo de la pandemia, ante la que consideran que no se está poniendo remedio. Del mismo modo, los médicos reclaman la especialidad de Urgencias que consideran muy necesaria como están demostrando ola tras ola.

Cuando el líder del movimiento antivacunas italiano despertó en la UCI, el covid todavía estaba allí. Lorenzo Damiano fue durante mucho tiempo el mesías de este movimiento en su país, pero su opinión contraria a la inoculación contra el covid-19 cambió por completo después de contagiarse de coronavirus, pasar una semana en la unidad de cuidados intensivos y ver su vida pender de un hilo.

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