Si sufres estos síntomas, es el estrés cronificado de la sexta ola

Desde que irrumpiera la pandemia en el año 2020, la sociedad mundial se ha visto obligada a vivir situaciones inimaginables y dolorosas, como la pérdida de seres queridos, el miedo al contagio de un virus completamente desconocido, la pérdida de estabilidad laboral y económica, y el colapso del sistema sanitario, que ha hecho que muchas personas con patologías que necesitan un seguimiento no hayan tenido esas citas médicas.

“La fatiga pandémica surge porque la situación está durando mucho tiempo”

La complicada realidad a la que nos hemos visto expuestos ha creado denominaciones que ni siquiera imaginábamos hace años, como la famosa 'fatiga pandémica'. Y ahora, en la meseta de la que se supone sexta ola de contagios, nos damos cuenta de que el estrés y la fatiga se han cronificado en la sociedad.

Cómo medir la fatiga pandémica

Carlos Toni, mánager en Stimulus, participó el pasado mes de abril en un webinar titulado ‘Cómo medir la fatiga pandémica’ -que formaba parte de un programa de actividades enmarcadas en el desarrollo de los Premios Internacionales Empresa Saludable, Flexible y Sostenible (Premios SFS), que tienen como objetivo detectar y difundir las mejores prácticas de empresas SFS-, en el que afirma que las personas somos resilientes en el corto plazo, pero, a largo plazo, nos cuesta más y comienzan a aparecer los síntomas.

Según la información disponible hasta el momento, el colectivo más afectado por la fatiga pandémica es el formado por las parejas de jóvenes entre 18 y 39 años, con hijos a su cargo. Es una visión sesgada, puesto que los estudios se han realizado solo en países desarrollados, pero se aplica a España y en concreto a la población activa.

El consultor señaló que “la pandemia ha generado un entorno con unos niveles de incertidumbre, complejidad, volatilidad y ambigüedad como los que caracterizan los entornos VUCA, pero se han cronificado”. La fatiga pandémica, aseguró en el webinar, “surge porque está durando mucho tiempo y la situación empieza a afectar tanto a la esfera privada como a la profesional”.

Cómo saber si tienes estrés crónico

La Biblioteca de Medicina de EEUU explica que nuestro cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que el cerebro esté más alerta, causan que los músculos se tensionen y aumentan su pulso.

“A corto plazo, estas reacciones son buenas porque pueden ayudarte a manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en que tu cuerpo se protege a sí mismo. Sin embargo, cuando tienes estrés crónico, tu cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro”.

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Con el tiempo, el estrés puede hacer que tengamos diferentes problemas de salud como presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, diabetes, obesidad, depresión o ansiedad, problemas de la piel, como acné o eczema o problemas menstruales.

Pero ¿cuáles son las señales que emite tu cuerpo y que te están diciendo que tiene estrés crónico?

• Diarrea o estreñimiento
• Mala memoria
• Dolores y achaques frecuentes
• Dolores de cabeza
• Falta de energía o concentración
• Problemas sexuales
• Cuello o mandíbula rígidos
• Cansancio
• Problemas para dormir o dormir demasiado
• Malestar de estómago
• Uso de alcohol o drogas para relajarse
• Pérdida o aumento de peso

Medidas de autocuidado

Los expertos de la Clínica Mayo dan algunos consejos para que llevemos a cabo medidas de autocuidado que puedan echarnos una mano para combatir el estrés. “Las medidas de cuidado personal son buenas para tu salud física y mental, y pueden ayudarte a tomar control de tu vida. Cuida tu cuerpo y tu mente, y conéctate con otros para beneficio de tu salud mental”, comentan.

Cuida tu cuerpo

• Duerme lo suficiente. Y mantén los mismos horarios.
• Haz actividad física de manera regular. Ayuda a reducir la ansiedad y mejora el estado de ánimo.
• Come de manera saludable. Elige una alimentación equilibrada. Si estás con mucho estrés, los expertos aconsejan limitar el consumo de cafeína.
• Evita el consumo del tabaco y el alcohol.
• Limita el tiempo frente a las pantallas. Apaga los dispositivos electrónicos durante cierto tiempo al día, incluso entre 30 y 60 minutos antes de acostarte.
• Relájate y recarga energías. Reserva tiempo para ti mismo.

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Cuida tu mente

• Reduce los desencadenantes de estrés y mantén tu rutina habitual.
• Limita la exposición a la información que te genere estrés o angustia.
• Mantente ocupado. “Las distracciones saludables pueden alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión”, subrayan desde la Clínica Mayo.
• Concéntrate en los pensamientos positivos.
• Usa tus valores morales o tu vida espiritual como apoyo.
• Establece prioridades. Fija metas razonables todos los días y haz un esquema de los pasos que puedes seguir para lograrlas.