Dolor de rodilla: por qué el tratamiento de Rafa Nadal no te funciona
Es la campeona de lesiones articulares y de procesos dolorosos, más frecuentes a partir de los 30 años. Un traumatólogo y una reumatóloga explican qué es la gonalgia, por qué sucede y cuál es la mejor terapia para cada caso
La rodilla es la articulación más grande y compleja del cuerpo humano. Une el muslo y la pierna y está estructurada para soportar nuestro peso mientras caminamos, corremos o simplemente estamos de pie, y esa complejidad influye en que sea una articulación muy vulnerable. De hecho, el de rodilla es uno de los dolores más comunes entre la población y, aunque es mucho más habitual a partir de los 65 años (a consecuencia de la artrosis), nadie está completamente a salvo de sufrirlo.
“El dolor de rodilla (gonalgia) puede tener muchas causas, tanto por las múltiples estructuras que componen esta articulación (huesos, tendones, músculos, ligamentos, meniscos, membrana sinovial...) como por su posible origen (enfermedades inflamatorias o degenerativas, golpes o caídas, sobrecargas deportivas…)”, enumera la doctora Cristina Macía, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER). “Los médicos introducimos todas estas variables en una ‘coctelera’ interrogando y explorando al paciente, si es necesario solicitamos pruebas y, finalmente, obtenemos un diagnóstico, dependiendo del cual el enfermo será valorado por un reumatólogo o un traumatólogo”.
Este es el quid de la cuestión para el ciudadano de a pie: ¿cómo saber a qué especialista debe acudir cuando le duelen las rodillas?
Si duelen varias articulaciones, hay que consultar con el reumatólogo; si solo duele una y ha habido un traumatismo, hay que ir al traumatólogo
El doctor Manuel Leyes, traumatólogo de la Clínica Cemtro y uno de los mayores especialistas en traumatología deportiva (por sus manos han pasado Alberto Contador, Javier Fernández, Carlos Sainz o Luka Modric, entre otros), apunta los síntomas principales que orientan hacia uno u otro profesional: “Hay que ir al reumatólogo cuando el paciente no se ha dado ningún golpe (carece de antecedentes traumáticos) o tiene dolores poliarticulares o manifestaciones en diferentes partes del cuerpo de alteraciones reumáticas (cambios en la piel y rigidez matutina son síntomas que se pueden asociar a reumatismos). Por el contrario, se debe consultar con el traumatólogo cuando hay traumatismo previo o alteraciones mecánicas en la rodilla”.
Lo que provoca dolor
Desde la perspectiva reumatológica, existen numerosas causas de gonalgia, como son las enfermedades inflamatorias (artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, gota, etc), en las que hay además de inflamación de la articulación (gonartritis), puede haber acúmulo de líquido que, en ocasiones, hay que drenar. “Estas enfermedades pueden aparecer desde la infancia”, destaca Macía, también reumatóloga del Hospital Severo Ochoa, de Madrid.
Sin embargo, “las enfermedades degenerativas (por desgaste de las estructuras de la articulación, como las piezas de un coche que usamos desde hace muchos años) aparecen en edad adulta, y el mayor ejemplo es la artrosis (desgaste del cartílago articular). Ocasionalmente puede producir inflamación, pero el síntoma típico es la gonalgia mecánica: dolor de rodilla que empeora con el movimiento y mejora con el reposo”.
Leyes confirma que la artrosis de rodilla es el problema articular más habitual en las consultas de traumatología, y por encima de los 60 años la sufren el 10% de los hombres y el 13% de las mujeres. “Tener sobrepeso, lesiones previas o mala alineación de las piernas son factores que influyen en el desarrollo de la artrosis”.
Cuidado con las pachangas
En adultos jóvenes, las causas del dolor de rodilla son, sobre todo, golpes y lesiones en los que tiene mucho que ver el deporte. Manuel Leyes hace referencia especial a los “guerreros de fin de semana”, que es como llaman entre los traumatólogos a “los aficionados a las pachangas del fin de semana, a los que consideramos de alto riesgo por su propensión a lesionarse”.
De hecho, tienen un peligro de lesión muy superior al deportista profesional, por varios motivos: “Carecen de una buena preparación física y, generalmente, realizan una actividad muy intensa en un corto periodo de tiempo sin haber calentado previamente, lo que lleva a que se multipliquen las lesiones, sobre todo en deportes de pivote y contacto”.
Este especialista insiste a Alimente en el riesgo que entraña “la búsqueda de actividades muy intensas para liberar en poco tiempo toda la adrenalina acumulada. Esas prácticas, sin preparación previa, terminan con frecuencia en lesiones musculares, rotura de ligamento cruzado anterior y lesiones traumáticas”.
Predecir la evolución
El paciente tipo con lesión de rodilla en las consultas de traumatología es un adulto de entre 35 y 50 años de edad, en el que se puede hacer una estimación de la seriedad de la lesión bastante aproximada a partir de los siguientes criterios:
- Presencia de líquido: si hay líquido intraarticular y se hincha, es porque hay algo dentro que no le gusta a la rodilla y se está defendiendo. Siempre que haya derrame, hay que sospechar que algo importante está pasando dentro de la rodilla.
- Pérdida de movilidad: es un signo de mal pronóstico, sobre todo la extensión. “Cuando el paciente no consigue estirar completamente la rodilla es el principio del fin. Al no poder estirar, comienzan a caminar con la rodilla en flexo y eso genera más incapacidad”, refiere el traumatólogo de la Clínica Cemtro. “La pérdida de extensión es mucho peor que la pérdida de flexión”, enfatiza.
- Dolor en reposo: cuando no se está haciendo nada y duele, significa que algo importante sucede.
El mejor tratamiento
Obviamente, el remedio varía según la naturaleza de la afección que provoca la gonalgia. Si es por una enfermedad reumática, “cada una tiene su tratamiento específico, y adaptado a cada paciente en particular”, puntualiza la portavoz de la SER. Así, si la causa es un proceso inflamatorio, “se emplean fármacos antiinflamatorios e inmunosupresores, en los que ha habido evolución muy positiva en las últimas dos décadas”.
Cuando el origen es la artrosis, dado que el problema es que la articulación se ha desgastado, “las opciones de tratamiento pasan por fármacos que mejoren el dolor (analgésicos, antiinflamatorios orales e infiltrados) y en casos graves hay que valorar el recambio de la articulación (poner una prótesis)", sentencia Cristina Macía.
Manuel Leyes destaca los importantes avances ocurridos en la cirugía de sustitución de la rodilla: “Podemos remplazar solo las partes de la articulación que están desgastadas, no la rodilla entera como hacíamos antes. Además, tendemos a la cirugía ambulatoria (gracias a la mejoría de las técnicas quirúrgicas y de control del dolor postoperatorio) para que el paciente regrese cuanto antes a su entorno habitual. Por último, la impresión 3D permite crear implantes personalizados y la cirugía robótica hace que seamos mucho más precisos en los cortes y en la colocación de prótesis”.
Más fama que realidad
Sin embargo, el camino hasta la colocación de la prótesis puede ser tortuoso y, por qué no, lleno de trampas. Si el dolor complica la vida de cualquier persona normal, en deportistas de la talla de Rafa Nadal o Carolina Marín, una lesión puede cortar de cuajo grandes aspiraciones (la campeona olímpica de bádminton no ha podido participar en los Juegos de Tokio, y el resurgir del calvario de Nadal es épico), por lo que sus médicos no escatiman la aplicación de sofisticadas técnicas que consiguen recuperaciones casi milagrosas.
La inyección de factores de crecimiento derivados de las plaquetas actúa como un antiinflamatorio biológico
Entre estas, la inyección de factores de crecimiento derivados de las plaquetas del propio enfermo o de células madre se han hecho muy famosas entre la población que, a la vista de los espectaculares resultados en los deportistas, desean comprobar su efecto en primera persona. Pero Manuel Leyes pone las cosas en su sitio: “Estos factores de crecimiento son realmente un antiinflamatorio biológico. También estimula la producción de fibroblastos y células mesenquimales, pero no conviene engañar a la gente ni hacerles pensar que al pinchar estas células se va a regenerar el cartílago perdido, por desgracia no es así”.
Entonces, ¿este tratamiento carece de eficacia? El traumatólogo aclara: “Algunos pacientes experimentan una mejoría del dolor, y algunos estudios le atribuyen una eficacia superior al ácido hialurónico, que es el otro tratamiento que utilizamos actualmente. Pero en la consulta vemos un abuso de la indicación cuando, realmente, la solución en muchos casos es cambiar la articulación”.
El especialista defiende la utilidad de estas terapias cuando están bien indicadas e insiste en que la mejoría que experimentan algunas pacientes se debe al efecto antiinflamatorio, pero “de ninguna forma son la panacea”. Y el dato que confirma que no es un tratamiento curativo: “En Estados Unidos, el 1,5% de la población general lleva una prótesis de rodilla y en España se implantan cada año unas 45.000”.
Vale, pero ¿por qué le funcionan a Nadal o a Marín? “No hay que compararse con ellos, porque tienen una capacidad de recuperación y de aguantar el dolor impensables para los demás. Estas personas se recuperan solas, por eso los mensajes de los medios no se corresponden con la realidad”, subraya Leyes.
El mejor remedio es...
Las declaraciones de los expertos no dejan mucho margen para confiar en soluciones definitivas. Por si esto fuera poco, la reumatóloga acaba con la esperanza de que algún suplemento acabe con el desgaste de las rodillas: “Ningún suplemento nutricional ha demostrado en ensayos clínicos reglados ser eficaz”, asevera.
En lo que coinciden ambos es en el enorme beneficio de deshacerse del peso sobrante. “Lo que ha demostrado ser eficaz y es esencial es evitar el sobrepeso (ya que cada kilo extra recae sobre las rodillas) y hacer ejercicio físico adaptado (para potenciar la musculatura y ayudar a la rodilla a moverse). En muchas ocasiones solo estos dos puntos son la solución, y en otras suponen minimizar la medicación para el dolor”, afirma la doctora.
Manuel Leyes deja un recado final para aquellos que apuestan por running para adelgazar: “El impacto sobrecarga y desgasta las rodillas. Lo adecuado es empezar por hacer bicicleta y cuando se haya perdido peso, correr”.
La rodilla es la articulación más grande y compleja del cuerpo humano. Une el muslo y la pierna y está estructurada para soportar nuestro peso mientras caminamos, corremos o simplemente estamos de pie, y esa complejidad influye en que sea una articulación muy vulnerable. De hecho, el de rodilla es uno de los dolores más comunes entre la población y, aunque es mucho más habitual a partir de los 65 años (a consecuencia de la artrosis), nadie está completamente a salvo de sufrirlo.