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¿De dónde saco la oxitocina que necesito?
  1. Bienestar
La relación con la felicidad

¿De dónde saco la oxitocina que necesito?

Aumenta la generosidad, la confianza, los sentimientos de amor y de empatía, la excitación sexual y reduce el estrés, según varios estudios

Foto: Foto: iStock.
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Lamentablemente, no existe ningún alimento que contenga oxitocina, pero sí los hay que estimulan su producción en el organismo. Es el caso del romero, el perejil, el tomillo, la hierbabuena o el eneldo y, por supuesto, del chocolate.

“Está científicamente probado que si te sientes querido, aumenta la oxitocina y baja el cortisol, reforzándose el sistema inmunológico. Bioquímicamente, es fundamental para ser feliz como también lo es tener sentido del humor y aprender a descansar y recuperar la serenidad y la calma tras las batallas que lidiamos todos cada día. Esa lección la aprendí en Camboya, de las niñas que tenían que prostituirse. Se reponían una y otra vez, y sonreían. Siempre sonreían. No hay nada como ir a lugares donde el sufrimiento es permanente para aprender de la capacidad que tenemos los humanos para reponernos a pesar de la adversidad”, destaca la psiquiatra Marian Rojas Estapé.

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Foto: Unsplash/@laerciocavalcanti.

Existen estos cuatro químicos naturales en nuestro cuerpo que suelen ser definidos como el 'cuarteto de la felicidad'. Podemos entrenar a nuestro cerebro para que segregue estas hormonas y nos sintamos mejor y más felices. La doctora, hija del también psiquiatra Enrique Rojas, ha estudiado mucho sobre las hormonas de la felicidad: serotonina, oxitocina, dopamina y cortisol. Esta es una frase célebre de la psiquiatra: “Para que la pena y la soledad no te maten, debes sentirte querido y acompañado”.

Aceptado, integrado y querido

Hoy vamos a hablar de la oxitocina, una de las hormonas que regulan nuestros comportamientos sociales, afectivos, familiares y sexuales. Este neurotransmisor se activa cuando te sientes aceptado, integrado y querido.

La oxitocina, amén de comer chocolate negro, como dice Hontoria, se estimula fundamentalmente con las manifestaciones de afecto: los abrazos largos, besos, cuando te hacen un regalo, haciendo un voluntariado, bailando… Con estas actitudes se activa la confianza, la seguridad y el optimismo, y te sientes más feliz.

El abrazo reduce la presión arterial y favorece el sistema inmunológico

Este neurotransmisor también es la hormona de la confianza y contribuye a la empatía. ¿No crees que no es baladí un abrazo entre hermanos, amigos y familiares? Incluso un beso entre personas de una misma familia o amigos que no son pareja marca la diferencia y nos llena de oxitocina.

El llamado ‘cuarteto de la felicidad’ (serotonina, oxitocina, dopamina y cortisol) se forja como el referente de la felicidad y contribuye a que nos sintamos optimistas y alegres. ¿Un abrazote de oso?

¿Conoces los beneficios?

Al abrazar, además de agregar oxitocina, se libera serotonina y dopamina, neurotransmisores del buen humor, lo que provoca una sensación agradable de armonía y plenitud que carga al cuerpo de bienestar y calma. De hecho, la procrastinación, la duda y la falta de entusiasmo se relacionan con niveles bajos de dopamina, y se cree que los abrazos contribuyen al equilibrio.

Esta situación también se asocia con la reducción del estrés, la presión arterial y el ritmo cardiaco, mejora el flujo sanguíneo, favorece el sistema inmunológico, estimula la hormona de crecimiento en los niños, disminuye la probabilidad de padecer demencia y aporta seguridad, energía y fortaleza.

Foto: Foto: Unsplash/@Heftiba.

Numerosos expertos aseguran que este acto afectivo es imprescindible para el desarrollo emocional de bebés y niños. Asimismo, una parte de los beneficios de la lactancia materna reside en el estrecho contacto que se da entre la madre y el menor en los primeros meses de vida. El contacto físico en general contribuye a mejorar las relaciones familiares y de pareja, y estimula el desarrollo de las neuronas ayudando a prevenir y reducir el riesgo de enfermedades.

Lamentablemente, no existe ningún alimento que contenga oxitocina, pero sí los hay que estimulan su producción en el organismo. Es el caso del romero, el perejil, el tomillo, la hierbabuena o el eneldo y, por supuesto, del chocolate.

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