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La calima tiñe España: por qué es perjudicial para la salud el polvo del Sáhara
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La mascarilla, una gran aliada

La calima tiñe España: por qué es perjudicial para la salud el polvo del Sáhara

La exposición a niveles elevados de estas partículas provoca irritación de las vías respiratorias y de los pulmones, elevando el riesgo de aparición de bronquitis, entre otros problemas

Foto: Almería amanece cubierta de polvo sahariano. (EFE/Carlos Barba)
Almería amanece cubierta de polvo sahariano. (EFE/Carlos Barba)

La borrasca Celia —que entró el domingo por el suroeste y que todavía se mantiene en España en su desplazamiento hacia el este— ha dejado una excepcional presencia de polvo del Sáhara, que ha teñido de naranja casi toda la península.

La conocida como calima ha dejado un aspecto marciano en la mayoría del territorio español, con polvo en suspensión, coches llenos de barro tras la lluvia y suelos llenos de tierra. Un fenómeno meteorológico al que los canarios están más acostumbrados, pero que no se veía con esta intensidad en la península desde hace décadas.

El polvo procedente del Sáhara está compuesto generalmente por aluminosilicatos óxido de aluminio y sílice—, arcilla, yeso, calcita y otros minerales. También contiene partículas microscópicas de otras bacterias, hongos, polen y otros elementos no tan naturales.

La OMS fija el nivel máximo al que se puede estar expuesto a este aire en 50 mg por metro cúbico. Pero la mayoría de zonas de España afectadas por la calima ya registran índices superiores, por lo que existen riesgos para la salud —especialmente para determinados grupos de población— y se recomienda tomar precauciones.

Irritación de vías respiratorias, bronquitis…

“Los principales riesgos para la salud son a nivel respiratorio teniendo en cuenta que la calima contiene sobre todo partícula secas”, explica a El Confidencial el Dr. Felipe Villar Álvarez, jefe asociado del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Cuando respiramos, las partículas pasan un primer filtro en la nariz, faringe y laringe, desde donde pueden ser expulsadas al toser, estornudar, con la saliva o por vía esofágica. Si no se expulsan, las partículas más gruesas quedan retenidas en los tramos altos del sistema respiratorio (tráquea y bronquios) mientras que las menores penetran hasta zonas más profundas, pudiendo alcanzar los bronquiolos y quedar depositadas en los pulmones. Las ultrafinas alcanzan los alveolos, donde se realiza el intercambio de gases, y pueden pasar al torrente sanguíneo y causar efectos más graves para la salud.

Foto: La Alcazaba de Almería, teñida de naranja por la intensa calima. (EFE/Barba)

La exposición a niveles elevados de este polvo en suspensión provoca irritación de las vías respiratorias y de los pulmones. Esto eleva el riesgo de bronquitis, mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias y reagudización de la sintomatología que presentan las personas con enfermedades crónicas respiratorias (enfisema, EPOC...), asmáticos y alérgicos.

Para los pacientes con estas enfermedades crónicas, el neumólogo recomienda tener “mucho cuidado”, ya que “pueden tener una crisis o una agudización en el caso de que inhalen una cantidad de partículas importante”.

placeholder Jaén amanece cubierta de polvo. (EFE/José Manuel Pedrosa)
Jaén amanece cubierta de polvo. (EFE/José Manuel Pedrosa)

Asimismo, la calima puede generar respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio, con cambios en la viscosidad de la sangre y de la presión arterial, con un menor suministro de oxígeno a los tejidos. Esta respuesta del organismo agrava la sintomatología de enfermedades cardiovasculares y causar, incluso, arritmias, infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares (ictus isquémicos).

La exposición crónica a material particulado también ha mostrado un aumento de la incidencia de cáncer. De hecho, las partículas en suspensión han sido clasificadas como cancerígenos humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer.

Foto: La calima en Murcia la tarde del lunes (EFE/Guillén)

Además, distintos estudios científicos sugieren que la exposición a altos niveles de partículas puede asociarse con bajo peso al nacer y partos prematuros, por lo que las embarazadas son un colectivo de especial protección ante estos episodios.

De forma global, estos contaminantes pueden incidir en la reducción de la esperanza de vida en la población expuesta.

Aumento de las hospitalizaciones

El polvo del Sáhara se encuentra con las islas Canarias al comienzo de su viaje en dirección oeste, atravesando el Atlántico Norte; esto hace que se superen los niveles límite diarios europeos de polvo en suspensión. Por este motivo, sus dos capitales de provincia constituyen entornos óptimos para evaluar los efectos de este fenómeno natural en la salud.

Teniendo en cuenta la alta presencia de este fenómeno meteorológico, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT) elaboraron un estudio del 2021 en el que concluyeron que “los días de calima sahariana conllevan un riesgo de hospitalización por enfermedades respiratorias para los ciudadanos de las Islas Canarias”.

Evitar el deporte al aire libre, mascarillas, agua…

La población más vulnerable —como son las personas con las afecciones ya comentadas, las embarazadas, los menores de seis años y los mayores de 65 años— debe limitar la exposición prolongada y la realización al aire libre de ejercicio físico o actividades que requieran esfuerzo.

placeholder El cielo de Madrid con polvo en suspensión. (EFE/Javier Lizón)
El cielo de Madrid con polvo en suspensión. (EFE/Javier Lizón)

En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid recomienda que, si se sienten ahogos, sobreviene una tos profunda o empeoran los síntomas de una patología previa, se acuda a un servicio de urgencias.

Más concretamente, para la población general, el doctor Villar recomienda quedarse en casa y salir para lo imprescindible. “Y en casa hay que intentar cerrar bien las ventanas”, añade el neumólogo, que también es coordinador científico de Open Respiratory Archives de Separ (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).

La mascarilla, a la que nos hemos acostumbrado en los últimos dos años, también es una gran aliada para evitar que el polvo sahariano penetre en nuestro cuerpo.

En la misma línea que el neumólogo, desde el Gobierno de Canarias también recomiendan cerrar puertas y ventanas, situarse en ambientes húmedos y beber muchos líquidos.

La borrasca Celia —que entró el domingo por el suroeste y que todavía se mantiene en España en su desplazamiento hacia el este— ha dejado una excepcional presencia de polvo del Sáhara, que ha teñido de naranja casi toda la península.

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